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Johan Hallgren (Pain of salvation) «Lo único que hacemos es la música que queremos escuchar y el mensaje que queremos transmitir»

Pain of Salvation, el ying y el yang, el bien y el mal… La contraposición define su nombre, su sonido (absolutamente experimental y nuevo en cada disco)… y a ellos mismos. Esta banda sueca de metal progresivo fundada por Daniel Gildenlöw (quien, con sólo 11 añitos, formó su primer grupo) es considerada sucesora de grandes innovadores de la escena.

Tras varios cambios en su formación, y con el reto de superar su álbum más ambicioso hasta la fecha (‘Be’, 2004), han pasado por estas tierras para presentar su sexto álbum de estudio, ‘Scarsick’. Esta es la información oficial. La extraoficial es que son fans acérrimos del humor de Monthy Pyton; de la saga de la Guerra de las Galaxias; que tienen muchísimo sentido del humor, son realmente agradables y, además, capaces de esperar casi tres cuartos de hora en un VIPS a que les sirvan un pez espada.

¿Qué son detalles irrelevantes? Pero, ayudan a comprender cómo es posible que, un guitarrista de la talla de Johan Hallgren – miembro oficial de la banda desde que, en 1998 se aprendiera, en sólo tres semanas, todos y cada uno de los temas del álbum ‘One Hour by the Concrete Lake’ (si lo has escuchado sabes de lo que hablo)- sea tan afable y se muestre dispuesto, a pesar del cansancio, a contar todo tipo de impresiones y experiencias sobre el álbum y sobre su propia persona. Con una sonrisa, y una cerveza, no duda en comenzar él mismo la entrevista.

Vuestros álbumes siempre son conceptuales. ¿Cuál es, en tus propias palabras, el concepto de ‘Scarsick’?

El concepto del álbum es que estamos llenos de cicatrices innecesarias. El ser humano está enfermo, no tanto a nivel individual como colectivo. Todo se ha convertido en un producto hoy en día; vendemos vidas, vendemos miedo, compramos y vendemos tiempo… Ahora todo está en venta. Nuestro único objetivo es hacer dinero y, cuando lo tenemos, hacer aún más. Aquí en Europa, América, Japón… tenemos unas vidas muy buenas, con stress si trabajas mucho, pero tenemos de todo y olvidamos que, en otras sociedades, hay gente que no tiene absolutamente nada.

Hay en este mundo unos seis billones y medio de personas, y de ellas quinientos millones acumulamos todo, y seis billones están en la miseria. No hablo sólo de productos, de cosas materiales; cuando nosotros compramos, por ejemplo, un iPod o cualquier otra cosa, es horrible que quienes lo han fabricado trabajen catorce horas al día y sólo tengan lo justo para sobrevivir. Estamos enfermos: nuestros corazones están solos y, en lugar de dedicarnos a relacionarnos con otras personas (familia, novios, amigos) preferimos ver la televisión.

Por supuesto, a nivel individual, pensamos en todas estas personas que no tienen ni para comer; pero no hacemos nada, simplemente les explotamos aún más. Debería haber cambios en la forma de ser de la humanidad o ni siquiera sobreviviremos. Si seguimos actuando así, creando nuevas guerras, colapsando el medio ambiente… La Naturaleza acabará matándonos, devolviéndonos todo lo que le estamos haciendo. Mucha gente dice que estamos destruyendo la naturaleza, pero realmente nos estamos destruyendo a nosotros mismos: si ella muere, nosotros también. Al final tendremos que irnos a vivir a otro planeta o algo así. Ese es el concepto del álbum, que tenemos que darnos cuenta de que, en realidad, sólo nos tenemos los unos a los otros; que pasarse el día viendo la televisión cuando lo que realmente necesitamos es entablar relaciones humanas nos está matando.

Y que, también, tenemos que darnos cuenta de que estamos enfermos, de que lo hemos puesto todo a la venta, el mundo entero está en venta, enfermo. Que es inevitable tener cicatrices por cosas reales: la gente que muere, ese tipo de cosas. Pero es absurdo creárnoslas nosotros mismos por que no vivamos la vida fuera de la televisión, o de las videoconsolas… Nos están utilizando, ya está bien.

¿Proponéis alguna solución a esas cosas? Sé que es una pregunta imposible de contestar, pero…

¡Este álbum! Jajaja… No, en serio. Por supuesto, nosotros no tenemos la solución a todos estos problemas, pero al menos esperamos que la gente que escuche nuestro álbum reflexione sobre lo que decimos en él, hacerles debatir estos temas, ayudar de alguna forma a que la gente abra los ojos. Hay muchas manos amigas en el mundo, pero debería haber más.

Al final vivimos todos dentro de este sistema y la solución está muy lejos, pero tenemos que darnos cuenta de que no somos la primera especie que puebla la tierra y que, a este paso, no seremos la última. No todo debe girar entorno al dinero. Es como Norte América, que no hace más que fabricar armas y montar guerras para darles salida, para mí es un misterio dónde va a parar todo ese dinero. Tanto malgastar dinero y recursos en cosas que no hacen falta… me pone enfermo, me produce cicatrices porque todo el mundo utiliza a los demás.

¿Hacéis algo ‘extra’, aparte de transmitir este mensaje? ¿Colaboráis con alguna ONG, o algo?

Realmente no, lo único que hacemos es la música que queremos escuchar y el mensaje que queremos transmitir.

Creo que, con respecto a lo que antes comentabas, vuestra relación con George Bush deja bastante que desear… ¿Es cierto que durante una temporada suspendisteis vuestra gira por Estados Unidos al negaros a dejar vuestras huellas digitales a la policía del aeropuerto? (Tras el 11 de septiembre, cualquier extranjero está obligado a dejar sus huellas para que el Gobierno le realice una ficha policial)

Sí, es cierto. Fue Daniel (Gildenlöw). Se suponía que íbamos a hacer un tour por EEUU a finales de 2004/ principios de 2005 y quisieron hacerle la ficha policial. Daniel les dijo: ‘Eh, yo no soy un criminal, ¿por qué tenéis que ficharme como si lo fuera sólo por venir aquí?’ Ellos te venden el miedo para hacer dinero con ello, y Daniel se negó a formar parte de aquello.

Dijo: ‘No lo haré, no me importa qué ocurra, el dinero que perdamos. No pienso hacerlo’. Creo que es fue una posición muy fuerte, pero a veces tienes que comprometerte contigo mismo y renunciar a cosas por ser fiel a tus principios.

¿Habéis tocado allí desde entonces?

No… No estoy seguro, creo que a lo mejor hemos tocado sólo una vez desde el 11 de septiembre. No tenemos nada en contra de los americanos como individuos pero, como colectivo, hacen un montón de cosas estúpidas que de forma individual no querrían hacer. Eso me pone enfermo también. Cuando va la gente a la guerra, siempre son los pobres que sólo tienen dos opciones: vivir en la calle o alistarse en el ejército. Y el resto de la gente, que está cómodamente en su casa, se llena la boca diciendo: ‘Vamos a demostrarle al mundo que somos más fuertes, vamos a tirar bombas, vamos a vencer’. Pero ellos no están allí matando gente, ellos no están haciéndose cicatrices, ellos… simplemente compran cosas.

Volvamos a temas más musicales. Te uniste a Pain of Salvation en 1998. ¿Cómo resumirías tu experiencia en la banda?

Uff, todo este tiempo ha sido estupendo. He tenido la oportunidad de vivir mi sueño y estoy muy agradecido porque esto es lo que quiero hacer desde que era un adolescente. Estos chicos son geniales y, aunque estemos todos enfermos ahora (risas), aún así, somos muy felices juntos. Nunca se me ocurriría dejarles ni nada parecido, porque la felicidad es un sentimiento realmente bueno. Siempre estamos riendo, casi nunca tratamos los temas de los que deberíamos hablar (porque son cosas tristes): hablamos del tour, del set list, hacemos bromas, pasamos un buen rato. Así que mi experiencia con ellos, a pesar de que siempre hay temporadas duras, es realmente increíble.

Creo que todo el mundo debería poder sentirse así de bien. Alguien me preguntó una vez qué tal estaba el panorama de las bandas de Metal en Suecia. Y yo le contesté que muy bien, porque la vida en Suecia es muy sofisticada y creo que, a nivel subconsciente, todos allí sabemos que, incluso si estás mal o si eres un drogadicto, sea cual sea el problema que tengas, siempre habrá alguien cerca para ayudarte. Así que pienso que todo el mundo debería tener esa oportunidad, es necesario ser consciente de los problemas y sentirse mal por ellos, pero también tener una oportunidad para ser feliz.

Ni siquiera ataco a la gente que tiene dinero, porque se recluye en su propio mundo y, probablemente, ni siquiera tiene la oportunidad de conocer a gente normal que seguramente aprecie más otras cosas de la vida. Sinceramente, siento pena por ellos. Creo en la humanidad. Bueno, excepto en Bush (risas), pero ni siquiera creo que él sea ‘el malo’, creo que es sólo una marioneta.

Todo esto es la mar de interesante… ¡Pero tenemos que volver al disco! (Risas). Sois conscientes de que, en estos momentos, vuestros fans de todo el mundo están debatiendo si ‘Scarsick’ es, en realidad, ‘The Perfect Element Part 2’ disfrazado… ¿Es así?

Bueno, no te puedo decir… ¡No lo sé! (Risas) Bueno, yo no quiero fastidiarle nada a los fans, creo que deben comprar el álbum y decidirlo por sí mismos. Ellos son quienes tienen que escucharlo, leer el libreto y decidir si es o no ‘The Perfect Element Part 2’.

Aunque sabemos que Daniel Gildenlöw es un crack (formó su primera banda a los once años de edad, es el fundador, letrista, principal compositor y vocalista principal de Pain of Salvation), creo que todos los miembros de la banda formáis parte activa del proceso de composición, en especial, tú mismo. ¿Cómo os organizáis?

Por supuesto, todos tomamos parte en el proceso y todos somos importantes en la banda. Obviamente, Daniel es ‘el cerebro’ de Pain of Salvation, es quien lo creó todo, es muy buen letrista y compositor, tiene una mente privilegiada.

Sabe perfectamente lo que quiere y no para hasta conseguirlo, es muy perfeccionista. Lo tiene todo en la cabeza antes de comenzar a hacer nada.

Puede dar la impresión de que es un dictador o algo así, pero no lo es en absoluto. Tiene muy en cuenta nuestras opiniones. Es muy fácil trabajar con Daniel, creo que él es muy bueno haciendo lo que hace y aunque, como te digo, tiene la voz predominante, siempre está abierto a lo que le decimos cualquiera de nosotros, presta atención a todas a nuestras ideas.

Creo que es una persona que piensa mucho, y eso a veces se convierte en un problema, porque apenas duerme. Es una especie de misántropo, pero no uno
de esos misántropos de hoy en día que se concentran en la teoría y dejan la humanidad para el final: se preocupa por la gente. Es muy buena persona.

Entrevista con Pain of Salvation

¿Cómo definirías, en una palabra, la personalidad de cada miembro de Pain of Salvation?

Fredrik (Hermansson, teclista): La harmonía
Johan (Langell, batería y percusión): Estructurado
Daniel (Gildenlöw): Uff, es tan complejo… Complejo

¿Y tú?

Salvaje (Risas).

¿De verdad?, ¿Qué es lo más salvaje que has hecho en tu vida?

Si, si… ¡Oh, mierda! Probablemente, una vez que estaba muy deprimido con 17 años o así, me dio por quitarme toda la ropa y a correr desnudo por toda la ciudad. (Risas) Hasta que la policía me paró, claro.

¿Y qué ocurrió?

Bueno, realmente no ocurrió nada, qué iban a hacer. (Risas) El policía me dijo: ‘¿Qué diablos estás haciendo?’ Yo le contesté: ‘No sé, sólo me sentía tan mal que necesitaba hacer algo’. – ‘Deja de hacer eso, no puedes hacerlo’. – ‘¿Por qué no?’ – ‘Piensa en los niños’… Yo repliqué, ‘¿Quéeee?’ ¡Si a los niños no les importa si voy desnudo o no! Yo no entiendo por qué es malo u ofensivo ir desnudo, cuando eres un niño puedes ir desnudo por todas partes con total normalidad y luego son tus padres los que te inculcan eso de ir vestido, de que hay que tapar el cuerpo. Destruyen la personalidad de los pequeños, creo que lo que pretenden esconder bajo la ropa es a ellos mismos.

¿Cuál es tu tema favorito de ‘Scarsick’ y por qué?

‘Kingdom of Loss’, porque es tan descriptiva de cómo es el mundo hoy, de cómo se vende todo y todos… Describe muy bien la sociedad de alto consumo en la que vivimos, que aleja nuestra atención de las cosas realmente importantes, y de cómo el dinero lo controla todo, de cómo todo se resume en comprar cosas cuando lo que en realidad necesitamos es vivir la vida relacionándonos con los demás.

Mucha gente dice que sois el relevo generacional de bandas como Tool, Dream Theater… ¿Estáis de acuerdo?

Entiendo lo que quieren decir. Tenemos en común con esas bandas que, viendo nuestra evolución, en cada álbum intentamos hacer algo nuevo, no queremos repetirnos, cada álbum es diferente al anterior. Creo que es una cosa natural en todos nosotros pero, sobre todo, en Daniel. La mayoría de las bandas quieren hacer álbumes que se vendan bien, encuentran una fórmula y hacen diez discos iguales. Pero Daniel es muy complejo y siempre intenta superarse, hacer cosas nuevas.

Creo que esa es su propia enfermedad, esa ansia de crear, y nos la contagia a los demás. Aparte de eso, no puedo puntualizar realmente sobre otros parecidos en cuanto a nuestro sonido, porque la mayoría de nuestras composiciones son muy diferentes a las de otras bandas.

¿Qué bandas os influyen a la hora de componer?

Creo que la que más es Faith No More, porque ellos también tienen esa inquietud por hacer cada álbum diferente. En ese aspecto porque, como te digo, nuestras canciones tampoco pueden ser comparadas con las de otras bandas. Si es intencionado o no, no sabría decirlo. Eso sí: muchas bandas dicten que no tienen influencias, pero eso no es cierto, es imposible no tener ninguna influencia. Escuchas cosas todo el tiempo y obviamente eso te influye, siempre acabas asimilando algo. Por ejemplo, Daniel escucha mucho Pink Floyd, Dream Theater, Europe, Johny Cash… ¡Cualquier cosa! Las influencias son positivas: Cuantas más influencias tengas, más posibilidades tendrás de asimilar múltiples elementos y hacer cosas más diversas.

¿Estáis contentos con el resultado de este álbum?

Estoy orgulloso de este álbum, es precioso. Nos gusta tanto que estábamos deseando compartirlo con la gente. Costó mucho trabajo pero, al final, el resultado son canciones preciosas, y la respuesta está siendo muy buena, estamos muy contentos.

Tenéis seguidores en todo el mundo. Creo que los cuidáis mucho, sólo hay que echar un vistazo a vuestra página web y ver cómo explicáis con todo detalle cada paso que dais: la grabación del disco, incluso temas personales como que Daniel ha sido padre (por cierto, dale la enhorabuena…) ¿Qué significan, para vosotros, los fans?

Los fans son la razón por la que hacemos música. Sin ellos no seríamos nada, así que hacemos todo lo que podemos para agradecérselo. Probablemente, si no tuviéramos fans tocaríamos para nosotros mismos, pero ellos son los que al final te dan la motivación, la fuerza. Nuestros fans son fabulosos, son gente adorable, cada uno de ellos. Estamos muy sorprendidos de ver que hay toda esa buena gente en todas partes: eso demuestra que todos los seres humanos estamos conectados de alguna forma. Aunque ellos son los que nos ‘obligan’ a trabajar… (Risas).

¿Qué opinas sobre la escena Metalera de hoy en día?

No estoy realmente al tanto, pero hay bandas realmente buenas. Eso sí, siempre que una banda veterana intenta hacer algo bueno, como Queenryche, cae en picado.

¿No crees que es, un poco, culpa de los propios fans? Porque creo que los seguidores de este género parece que siempre esperan de un grupo veterano que siga haciendo el mismo tipo de discos que los que hacía en los ochenta. Hay de todo pero, en general, los cambios no suelen ser bien recibidos…

Por supuesto, yo no diría ‘culpables’, pero sí son los responsables de eso. Nosotros tenemos suerte porque creo que nuestros fans son muy tolerantes. Hay quien nos odia en un momento dado, y piensa o nos escribe ‘Vaya mierda de disco, pero qué habéis hecho’. Pero, después, escucha el disco siguiente y nos manda un mail diciendo: ‘Siento tanto haber dicho esto sobre vosotros… Estaba equivocado, este nuevo disco es alucinante’.

Es genial tocar para todos ellos, porque al final no se quedan con un solo disco sino que acaban comprendiendo nuestro concepto en su totalidad: puede que en algún álbum especial perdamos un fan, pero esperan, porque saben que siempre hacemos algo distinto y que el próximo les va a gustar.

Creo que eso es lo extraño de nuestra banda. Siempre hay algo nuevo en cuanto a letras, música y artwork. Lleva su tiempo comprender los conceptos de los álbumes, como en ‘The Perfect Element’… ¡A mí aún me cuesta entender algunas cosas y llevo tocándolo seis años! (Risas).

Siento decir que nunca he podido ir a uno de vuestros conciertos. ¿Qué es lo que ofrecéis al público?

Un show muy energético, nos exponemos en cuerpo y alma, tal como somos, a la audiencia. Creo que creamos un feedback, un sentimiento mágico de comunión con los fans. Algo en sus ojos te dice: ‘Te conozco, y tú me conoces’. No vamos de estrellas del rock, somos nosotros mismos. Estamos todos al mismo nivel: los fans y nosotros.. Creo que creamos cierto tipo de magia sobre el escenario de la que la mayor parte es responsable la audiencia. A veces la mayor parte la ponen ellos, otras nosotros. Cuando llevas unos cuantos conciertos porque estás de tour, puede que salgas alguna vez al escenario aburrido de tanto tocar pero, cuando el público empieza a gritar, de pronto vuelves a meterte de lleno en ello, a entregarte del todo. Gracias a todo nuestro público, de verdad.

Siempre me he preguntado qué piensa un artista como tú justo antes de salir al escenario…

Me siento… Ahora que tengo experiencia, pues llevo diez años de giras… Sobre todo, expectación. Porque a veces crees que sabes lo que va a ocurrir, pero siempre acabas sorprendiéndote. Siempre te envuelve la situación: antes los fans se quedaban fascinados pero, ahora, cantan con nosotros. Es alucinante estar sobre el escenario y ver que la gente siente y canta tus canciones, es tan emocionante que alguna vez he llorado mientras tocaba. Es un sentimiento tan maravilloso… Es una prueba de que los humanos estamos conectados al final por los mismos sentimientos, de que compartimos todo.

¿Qué canción recuerdas haber escuchado y pensar ‘¡Eso pienso yo! ¡Eso me ocurrió a mí! ¡Exactamente así es como me siento!’? En definitiva, esa conexión de la que hablas…

Me ocurre muchas veces, por supuesto. Casi con cada canción que escucho. Pero recuerdo una con especial cariño: tenía doce años y estaba enamorado de una chica de mi clase. La canción es la de Steve Gonder, ‘I just called to say I love you’ (Risas). Realmente comprendí lo que él quería decir, cómo se sentía. Pero, por ejemplo, no entiendo tanto el power metal. Me encanta la fantasía, el misticismo, pero nunca he volado sobre un dragón ni he hecho magia, así que me gusta escucharlo pero, como nunca he estado en esa situación, no me llega tanto.

Y esa ola inglesa popera de los 90, ahora no recuerdo los nombres de los grupos, pero nunca comprendí lo que querían decir: eran muy aburridos, iban de pasotas, nunca les comprendí porque nunca he pensado que todo fuera aburrido. Puede que para ellos, para mí no. Por lo demás, puedo entender casi cada canción, excepto el mainstreim, la música popular, pero porque es incomprensible. No son canciones, sólo productos; no venden música, sino moda, erótica, esa clase de cosas. La moda está bien, pero no se siente.

¿Alguna ‘reflexión profunda’ para terminar esta entrevista?

Sí… Si volviera a nacer otra vez, no me importaría ser una gamba, porque las gambas se parecen a las bailarinas de ballet. (Risas).

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