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El incidente, M. Night Shyamalan (The Happening – 2008)

Muchos fuimos los que nos sentimos engañados por la inmisericorde maquinaria de la publicidad cuando nos metimos en una sala a ver El Bosque. Y muchas fueron las críticas que le cayeron a su director, M. Night Shyamalan, que tras el aun más rotundo fracaso de La joven del agua ha decidido coger el toro por los cuernos y enfrentarse a sus fantasmas.

En El Incidente encontramos algunas buenas intenciones, mezcladas con los clásicos elementos de un miedo psicológico distinto al que habitualmente viene del otro lado del charco, pero exacerbado por un acercamiento al gore que le da un sabor extraño. Quizá esto último sea una respuesta a quienes le han estado dando caña al director tras sus últimos trabajos.

El inicio es tan prometedor como desconcertante. Una sola pregunta y varias respuestas, algunas más lógicas que otras, pero todas ellas con un cierto contenido socio-moral que deja un cierto tufillo a fábula. Pero a partir de ahí, el desarrollo argumental pierde fuelle según avanza el minutero. Y tampoco es que ayuden en exceso las interpretaciones de Mark Wahlberg, Zooey Deschanel, bastante planas e inexpresivas.

Como decía antes, Shyamalan ha cogido por la calle de en medio y ha incluido en la cinta algunas escenas que podríamos definir como las más explícitas de su carrera. Y aunque en algunos casos tienen gran impacto visual y ayudan a mantener una cierta atmósfera de angustia en el espectador, la verdad es que resultan insuficientes para cubrir los agujeros que va dejando una trama que se toma demasiadas pausas en su desarrollo. Además, como si tuviera mal de conciencia, ha quitado de la historia de amor todo lo que ha puesto de vísceras, y si a eso unimos que sus protagonistas a ratos parecen muñecos de cera, tenemos otra importante vía de agua en la nave.

Eso sí, hay que reconocer la originalidad de la idea como el punto fuerte de la película. Una propuesta atrevida aunque con el trasfondo moral antes mencionado. También destacaría la banda sonora, que resalta los momentos correctos y aporta intensidad sin empalagar. Sobre el final y la explicación que se ofrece prefiero no opinar y que seáis vosotros los que os manifestéis.

La verdad es que parece que después de petarlo con El Sexto Sentido, M. Night Shyamalan se ha descentrado y ha perdido el norte en su brújula, que oscila peligrosamente entre el exceso y el defecto. ¿Hacia dónde será el siguiente giro? Nadie lo sabe. Pero una cosa está clara: si pensáis en hacer una película. aseguraos que es él quien se encarga del trailer y al menos tendréis un par de semanas de taquillazo.

[Rating:6/10]