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Viernes y Sábado en el Kobetasonic 2009

No tuvimos tiempo de llegar a ver a Crucified Barbara e Idi Bihotz, es complicado llegar tan temprano un viernes, pero por lo que nos pudieron contar, IB (muchos se preguntaban qué hacían allí, sin nada nuevo que presentar y habiendo tocado hace relativamente poco en otro festival de éstas características en Bilbao…) casi tocó delante de nadie, nos dijeron que durante sus primeros temas el recinto aún no estaba abierto.

Llegamos justo al comienzo de Gojira, lástima que tocaran tan temprano, demostraron que van para arriba en esto del metal extremo, con un muro de guitarras, y uno de los mejores baterías del metal extremo hoy en día, Mr. Mario Duplantier. Con Devildriver se demostró lo importante que es un buen ingeniero de sonido. La potencia y la contundencia de los de Dez Fafara se diluyó en una ausencia de guitarras que hizo que el grupo no transmitiera tanto como los de Baiona, por ejemplo.

De todas formas, celebro que Fafara haya encontrado su verdadera dirección musical. Siempre he pensado que Justin Hawkins es un gran músico desde The Darkness, pero muchas veces me cuesta tomar en serio esos falsetes que emite y a juzgar por las caras de muchos que me rodeaban, no soy el único. Los temas no estaban mal, entre Queen y el hard rock de los 80, pero esa voz…

Cathedral dieron a sus fans lo que querían, BLACK-SABBATH-ismo (permítaseme el palabro) a troche y moche, yo personalmente disfruté con algunos de sus riffs y atmósferas ultra-lentas y pesadas, aunque creo que sin conocer suficientemente los temas es difícil disfrutarlos.

A los de Danny Filth no pude verlos adecuadamente, aunque diré que no era un grupo que me moría por ver. Aun así, y que me perdonen sus fans, me reí bastante con el chorrito de voz del frontman, que uno de los que me acompañaba definió ‘como el sonido que hace un globo cuando lo inflas y dejas que escape el aire poco a poco’. Con Trivium empezamos a sentirnos en un festival más o menos ‘importante’ y ante un grupo más o menos grande. Su actitud lo transmitía asi: moviendo a la peña y tocando como apisonadoras, calentaron perfectamente el ambiente para lo que vino después en ese mismo escenario.

Antes, fuimos testigos de la gran sorpresa positiva del festival. Supongo que muchos fans de Trivium, In Flames o Machine Head ni siquiera sabían quienes son Journey, a pesar de tener una trayectoria de décadas y haber vendido decenas de millones de discos a lo largo de los últimos 30 años. Pero una vez empezaron a tocar y una vez su cantante, el filipino Arnel Pineda empezó con su chorro de voz, el magnífico dios de la guitarra Neal Schon nos soltara sus primeros punteos, y el excelso Deen Castronovo comenzara a golpear su kit con precisión y fiereza, dejaron boquiabiertos a los que los conocían y a los que no. No temo a equivocarme al decir que posiblemente fue el grupo que mejor sonó de los dos días del festival, junto a Dream Theater y Machine Head. Además, con maravillas como ‘Faithfully‘ o ‘Anyway you want it‘ se ganaron al público a pulso. Después llegó la verdadera apisonadora del festival: Machine Head.

Aquí tengo que decir que fueron los verdaderos acreedores de la cabeza de cartel, y después de ver lo que vimos de Manson creo que la razón nos asiste a los que pensamos así. De una banda que puede empezar su set con trallazos como ‘Imperium‘ y ‘Ten ton Hammer‘, poco más se puede decir. La batería de Dave Mc Clain sonaba de forma bestial, y Rob Flynn conducía el bulldozer con absoluta maestría. ‘Old‘ también arrasó, como todo el set list, finalizado magistralmente con ‘Davidian‘, que llevó al paroxismo a todos sus seguidores. Los triunfadores del festival sin ninguna duda.

Después de tal demostración, imaginamos que Marilyn Manson sería consciente de la imposibilidad de llegar ni siquiera a la mitad del nivel de MH, y así lo transmitió. Ya el detalle de que sólo apareciera su rostro en las pantallas de al lado del escenario fue bastante feo (fue inevitable compararlo con las pantallas de KISS el año pasado). Había banda y sólo los que estuvieran en la parte de delante pudieron verla. Sólo algunos de sus temas, generalmente los clásicos como ‘Dispossable teens‘, ‘Irresponsable hate anthem‘ o ‘The dope show‘ levantaron algo el show, pero no espereis que Manson reclutara nuevos fans esa noche. Sintomático fue que la gente respondiera a ‘Sweet dreams‘, una versión, con la euforia que no recibió ninguno de sus temas propios.

Difícil tarea para Suicidal Tendencies, tocar los últimos a esas horas, pero metieron mucha caña, grandes músicos, un batería de 200 kgs y rabia a raudales fueron un buen colofón para el primer dia. Dejaron subirse a la peña al escenario (que raro que les dejaran por razones de seguridad, más que nada) y todo acabó como una gran fiesta. Nos fuimos con la sensación de que los verdaderos cabezas de cartel fueron Machine Head, y con la agradabilísima sorpresa de Journey.

SÁBADO 20 JUNIO

El sábado sí que pudimos llegar a ver a Ekon, y menos mal, nos habríamos perdido un gran bolo. La actitud de Juan Sangre y sus adláteres siempre ha sido algo que les ha distinguido, y no iba a ser menos un día como el de hoy. Porque hay que tenerlos bien puestos para sacar la pirotecnia en un concierto a las 14:20 del mediodia, a pleno sol, y no sentir vergüenza. Pero ellos son asi, y repasaron todo lo que tienen publicado hasta ahora con mucha fuerza y convicción. Debo decir que me revienta bastante esto de meter a los grupos de aquí, en ocasiones con calidad suficiente para enfrentarse a algunos de fuera, en horarios como el de Ekon, cuando podrían ganarse muchos fans si tocaran más tarde.

Con God Forbid pasó algo parecido a lo de Devildriver, el sonido bastante embrollado no nos dejó apreciar la potencia de esta banda americana. Estábamos pasando por un momento de bajón del festival, provocado principalmente por la aparición de Lauren Harris en el escenario 2. Desde luego ésta chica pocas razones tendría para rebatir a alguien que le dijera que está en el negocio por ser quien es, porque si es por su voz (poca y mala) me da que no hubiera llegado muy lejos (y no nombraré ninguno de los comentarios acerca de cierta parte de su cuerpo comparándola con su voz que tuve la oportunidad de escuchar cerca de mí). Con un guitarrista clon de Zakk Wylde y empezando con ‘Natural Thing‘ de UFO, desafinando a diestro y siniestro, nos invitó encarecidamente a ir a por unos cachis y sentarnos un rato en la hierba.

El bajón se fue disipando con Buckherry, Dragonforce y Papa Roach, los primeros con ese hard rock angelino con algún tema destacable pero poco más y los Roach con un gran directo y moviendo mucho a la peña, descargando algunos de sus éxitos como ‘Gettin away with morder‘ o ‘She loves me not‘ con verdadera furia, a pesar del peinado del frontman.

Mención aparte para Dragonforce, una banda cuya credibilidad en mi opinión estaba en entredicho, y que hicieron que me tragara más de una palabra que he dicho de ellos en más de una ocasión. A pesar de que su estilo me parece exagerado, y que algún día se van a romper algún dedo tocando así, he de decir que cumplieron con su objetivo, que era divertir, mover a la peña, y tocar todo lo rápido que pudieran. Todavía no las tengo todas conmigo con que toquen todo lo que se escucha en directo, pero si hay algún truco lo esconden muy bien. Tienen un notable por mi parte.

El problema con el bajón es que no se pudo ir del todo, más que nada porque sustituir a Thin Lizzy con Lizzy Borden no puede provocar otra cosa que más bajón todavía. No sé si los Borden estaban alli por similitud en el nombre o porque pasaban por alli, pero yo creo que no dieron la talla como banda para un festival de éste calibre, además, no han sacado nada nuevo desde hace 2 años, con una relevancia cercana a la nulidad. Por razones de diversa índole no pude ver a In Flames, aunque sí pude escucharles, y diré que todo está muy bien, gran sonido, buenos músicos… Pero les falta algo que es muy importante: TEMAS, buenos temas. Noto en algunas bandas modernas (hubo algunas en Kobetas, como God Forbid o Devildriver) poca preocupación por las melodías y por hacer temas redondos, y eso si no eres muy fan la vedad es que no te engancha. Está bien sonar gordo, pero eso se consigue con buenos músicos y buen equipo, pero lo importante son los temas, y algunas bandas de hoy en día adolecen de ellos.

Los que sí que tienen temas y un set-list que tira de espaldas son los Anthrax, otros de los triunfadores del festival. Menuda lista, amigos: ‘Indians‘, ‘Got the time‘, ‘Madhouse‘, ‘Antisocial‘, un tema nuevo llamado ‘Fight ‘em till you can’t fight no more‘, ‘Caught in a mosh‘, ‘Only‘ y ‘I am the law‘. El nuevo cantante, Dan Nelson, al que muchos le ponen pegas y no sé por qué, respondió perfectamente a las exigencias de todos los temas, que abarcaron todas las etapas de la banda. Cantó perfectamente ‘Madhouse‘, llegando a los tonos de Belladona, matizó muy bien en ‘Only‘ y dio más de su estilo propio en ‘Fight’em..’, o sea que más no se le puede pedir, aparte de que dio impresión de un frontman con mucha entidad, totalmente integrado en la banda.

Con esas credenciales el éxito está asegurado, el disfrute fue total por parte de los fans y seguro que los que no lo eran también disfrutaron de una de las mejores bandas de la historia del metal. La verdad es que el mérito de Dream Theater es que siempre han sido muy ocurrentes. Y esta vez también lo demostraron, metiendo temas como ‘Voices‘ y ‘Erotomania‘ en un set de sólo 7 temas para algo más de una hora. Dieron repaso a algún tema nuevo y nos deleitaron con ‘Metropolis‘. Hasta ahí todo perfecto. Pero creo que la banda de Mike Portnoy debe descansar durante un tiempo, están cayendo en algo de auto-complacencia y lo que es más importante, lo último realmente con entidad que hicieron fue ‘Octavarium‘. Dicho todo esto he de comentar que la calidad de su actuación fue intachable, la interpretación rozó la perfección, totalmente impoluta y digna de los mejores músicos que se pueden ver hoy día en el panorama musical mundial. Pero lo dicho, seguro que muchos fans de DT, entre los que me incluyo, piensan que han de descansar, o en su defecto, buscar la frescura que poco a poco están perdiendo.

Lo de los cabezas de cartel de éste año es para hacerselo mirar, y la actuación de Mötley Crüe lo corrobora. Con un montaje bastante bueno, una batería descomunal (qué pedazo bombo de atrezzo!!) y un sonido un poquito bajo, los Crüe no empezaron mal con ‘Kickstart my Heart‘, ‘Wild side‘ y ‘Shout at the devil‘, pero la cosa se fue diluyendo por el hecho de no poder ver a la banda por las pantallas (por expreso deseo de sus miembros, quizá no querían que vieramos lo avejentados que estan) y más que nada por el extensísimo solo de guitarra de Mick Mars, cuya movilidad estaba bastante limitada por esa enfermedad que padece. El sólo paró bastante a la peña, pero su set salva a esta banda, pero creo que está cerca el momento de dejarlo, y la actuación de Kobetas es un buen exponente de ello.

Como contraste final tuvimos a Hatebreed, apisonando con su potentísimo hardcore, y por lo poco que pudimos ver, muy potentes descargando su set-list y dando punto final a un festival devaluado con respecto al del año anterior, más que nada por la elección de las bandas (y de los sustitutos), que no fue la más acertada. Esperamos que se tome nota y se mejore para el año que viene, si es que se celebra.

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