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Aborted ‘Global Flatline’

Suele ser habitual que, a principios de cada año, se haga un listado de los mejores discos editados durante el año anterior; lo que no suele ser normal es que a principios de dicho año una banda ponga sobre la mesa su último trabajo y nos diga “aquí lo tenéis, os quedan once meses para superarlo” como ha sido el caso del disco que hoy tenemos la fortuna de disfrutar.

Con siete discos a sus espaldas, los belgas Aborted son una de las bandas mejores consideradas dentro de la escena más extrema del ya por si mismo extremo género que es el death metal. Señalados por algunos como los herederos directos de Carcass, Aborted siempre ha llevado la brutalidad, sus enfermizas melodías y un “no compromiso” de aferrarse a unos cánones de un género tan ortodoxo, que en ocasiones los han encumbrado como llovido una tempestad de críticas. Por suerte, la perseverancia de su vocalista y fundador Sven de Caluwé, acompañado de nueva formación como suele ser habitual en esta banda donde es raro el miembro que dura más de 3 años (recordando el caso de los polacos Vader), ha dado como fruto un disco arriesgado, donde lo tradicional y lo moderno no van reñidos, si no que nos cogen de la mano para acompañarnos en esta atroz carnicería que es ‘Global Flatline‘.

Tras una breve introducción que bien podría ser un extracto de alguna película de serie Z, la banda carga con la canción que da título al disco y que es un compendio de lo que vamos a encontrarnos en los 13 cortes (15 en su edición limitada), que en poco más de 40 minutos nos van a sumergir en un océano de casquería sonora. Con un principio rítmico y machacón, en seguida nos veremos arrastrados a un en aparente sin sentido de riffs afilados y distorsionados acompañados de una batería endiabladamente rápida; mientras Sven cambia entre registros puramente guturales y cavernosos a otros más melódicos que incluso flirtean, con muy buen gusto, con el deathcore más agresivo. ‘Источник Болезни (The Origin of Disease)‘ arranca sin concesión ni previo aviso como un ciclón de cuchillas que nos cortará en rebanadas bien finas en gran medida gracias a la bestial labor de Ken Bedene tras la batería, un bajo hiper-saturado nos recuerda a unos lejanos y primerizos Carcass de quienes tanto beben, para descender poco a poco su velocidad hasta convertirlo en un tema hipnótico e increíblemente pegadizo. Con ‘Coronary Reconstruction‘ volvemos a encontrarnos esas pinceladas de deathcore, pero de tal forma que no eres capaz de distinguir cuando empiezan o cuando terminan, ya que el sabor a death metal añejo te llevan continuamente a rememorar pasajes que hubiesen encajado perfectamente en un disco clásico de Morbid Angel.

Agresivo, pesado, veloz, variado y recalcando la sorprendente accesibilidad de su música.

Pequeñas intros acompañan a algunas canciones, claro homenaje al género gore y de muy de vez en cuando se cuelan de forma furtiva en algunas de ellas, creando algunos pasajes que musicalmente sólo se le pueden ocurrir a una mente realmente enferma. Las canciones se suceden ofreciéndonos conatos de brutalidad y melodías a partes iguales, momentos realmente agresivos y salvajes, que rápidamente desembocan en otros más calmados y asequibles para los oidos no versados en estas cuotas de salvajismo. Si a todo esto le sumamos la colaboración de los vocalistas Trevor Strnad de The Black Dahlia Murder, Julien Truchan perteneciente a Benighted, Jason Netherton de los inconmensurables Misery Index y un desconocido Keijo Niinimaa de los fineses Rotten Sound, nos encontramos un disco variado y sorprendentemente accesible.

Respecto a la producción, suena potente y limpia, permitiéndose el lujo en algunos momentos muy destacados de ensuciarse a propósito, dándole un regustillo clásico que a los veteranos nos sacará una sonrisa cuando acudan a nuestra memoria pasajes de discos míticos; todo ello bajo el mando de Jacob Hansen, productor que cuenta en su haber con bandas como los clásicos Pestilence o la última sensación en el mundo del metal, Volbeat, por lo que si sabéis lo bien que suenan sus discos, ya podéis haceros una idea del sonido que son capaces de brindarnos Aborted. Para rematar, la guinda del pastel la pone Justin Osbourn, con sendos diseños para la edición convencional como limitada realmente retorcidos a la par que hipnóticos para todo aquel que disfrute de estas grotescas portadas.

En resumidas cuentas, nos encontramos ante un disco que está llamado a estar en lo más alto de esa lista que hemos nombrado al principio, y de la que nos acordaremos cuando termine este año; agresivo, pesado, veloz, variado y recalcando la sorprendente accesibilidad de su música. Si aún os queda la más mínima duda podeis escuchar el disco en su totalidad aquí.

[Rating:9/10]

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