Sunset Strip, años 80. Todos nuestros héroes se estrenaron en una pequeña sala. En una de esas que a menudo se esconden en callejones -como Cherry en Melbourne- con luces exiguas y escenario casi a ras de suelo, decoración kitsch, lavabos punkies y público variopinto. En una de esas que según avanza la noche, por muy desconocida que sea la banda si se lo trabaja, cambia su futuro. Así nos sentimos en Edaska el pasado viernes, en nuestro propio Borderline londinense, vibrando por dos bandas de las que dudábamos, por Vega -por el mediocre show del Rockfest en 2011- y por Midway -porque su debut se publica en noviembre-. No más dudas: explotamos de puro gozo.
Midway
Hay ocasiones en las que la realidad supera a la ficción y vivimos una de ellas. Los suecos Midway comenzaron con una hora de retraso no porque a alguno de ellos le hubiese sentado mal un Danonino y estuviese haciendo caquitas en loop, si no por problemas mecánicos. En un vídeo introductorio de su web nos avisan de que están muy comprometidos con su música y que dan el 110% sobre el escenario. Considerando lo que ofrecieron una vez que conectaron el equipo, les hubiéramos esperado hasta las tres de la madrugada.
No nos fijemos en lo obvio, como en sus caritas angelicales ni en el look mezcla de Grönwall hipervitaminado con Josh Todd de Buckcherry del cantante y guitarrista, Leaf, y desechemos las maquetas que circulan por internet: estos tres nenes van a ser una de las grandes sensaciones suecas. Olvidémonos de los que se pavonean por encima de su capacidad porque tienen The Dirt de pisapapeles; estos chavales, además de majetones están bien dotados: durante 45 minutos nos ofrecieron la autenticidad de Bonafide con la electricidad zeppeliana de Heavens Basement, con la frescura y el entusiasmo de quienes se van a comer el mundo sin respirar. Esta es una banda de directo a la clásica usanza, de ampli y sudor; un trío, pero demoledores Leaf, Drillen y Linus.
Cuando algunos comenzaron a impacientarse por que acabaran, el frontman explicó: “si algo va mal, la culpa es del bajista”. Y a esta, vuestra reportera, le salió un sentido “nooo” -porque el bajista siempre suele ser el chivo expiatorio-. “¿Quién ha dicho “Nooo”?”, se interesó súper Grönwall. Glubs… Curtida en la arena nórdica, alcé el brazo como una amazona, resignada a ser avergonzada ante el graderío, pero recibí el agradecimiento del bajista, Drillen. Una vez más, La Estadea, siempre a la vanguardia.
Entre sus canciones, escuchamos el single ‘No Doubt About It’ – con un ritmo muy contagioso- y una nueva canción, ‘Physical’, -que comienza como la canción de Olivia Newton John. ¿Qué mejor que acabar la actuación que saltando del escenario?
No os quedéis a medio camino con estos chicos y pillaros el disco en noviembre: grandes vocales y vibraciones lisérgicas. Los porros los ponéis vosotros ;P
Alex&Co
Lo que sabíamos de Alex&Co era que lo lideraba Álex, uno de los chicos malos de la noche bilbaína, heavy de cartilla, y lo que no, que encontraríamos a la batería a Kobelo-, uno de los baterías más dotados de la escena vasca, además de tener los vídeos de práctica de batería más desternillantes de you tuve. Atentos a sus consejos sobre los trucos para el “fantasmeo” y lucir bien en un concierto-. Música tocada con aplomo y los huevos necesarios para hacer una versión de Dream Warriors de Dokken y no cagarla en el intento. Para amantes de bandas como Helloween y Blind Guardian.
La explosión del tierno AORcito
¿Qué puedo deciros de Vega? El buen rollo comenzó antes del concierto. Teníamos cuentas pendientes con los peligrosos gemelos Martin -aunque honestamente, podríamos llamar a toda la banda los Mötley Crüe del AOR, por el descalabro mental que tienen, a la altura del de nuestra redacción, como luego descubriríamos -: les retamos a posar con nosotros con la camiseta de H.E.A.T. después de que el año pasado se metieran con nuestros niños bonitos y aceptaron de buen grado, como buenos fans de la banda -por muy extraño que parezca-. No mentimos si os aseguramos que consideraron a Erik un gran cantante y que lamentaron la pérdida para la música de un talento como Rivers. Nos lo creemos de pies juntillas de quienes son renombrados compositores para Frontiers (con canciones para, entre otros, Khymera, Joe Lynn Turner y House of Lords, nada menos) y de quienes consiguieron que Joe Elliot les hiciera coros en tres canciones. Y lo más importante: que no hay que sacar de contexto unas declaraciones que se hicieron de manera impulsiva y algo ebria en un festival de tu país. No olvidemos que una de las revistas de cotilleos británicas, se llama H.E.A.T.
Aclarado el desaguisado, nos pusimos en primera fila. Nos lo ordenaron los gemelos y no quisimos morder su corazoncito de York. Eran las doce y veinte de la noche y la carroza había partido hacía tiempo.
«Aunque intercalaron su discografía, incluido el primer tema que compusieron, recibimos con más agrado los del último porque ya suenan a clásicos. Vega se ha puesto en modo supernova»
Si algo nos ha llamado la atención del cuarto disco de Vega, ‘Who We Are’, es el peso de las guitarras. Bien, eso lo han mantenido en directo, y se han llevado como segundo guitarra a Mikey Dew -que también colaborara en su disco-. Para los más reacios a los británicos -entre los que me contaba- por esos teclados pasteleros tan recargados, ha sido un cambio de aires de lo más refrescante, un desbrozar que por fin ha permitido ver el bosque y algún que otro duende. Eso sí, seguimos echando de menos algún coro para dar volumen.
Como en su último lanzamiento, abrieron con ‘Explode’, un temazo que te arrastra como ventiladores gigantes. Siguieron con su single debut, ‘Kiss Of Life’, y ‘Every Little Monster’ -con ese comienzo tan Asia de ‘Heat Of The Moment’-, ‘Not There For You’ y ‘The Wild, The Weird, The Wonderful’.
Para entonces la primera fila estaba tan extásica que un fan se hizo un selfie tan descarado con los músicos de fondo que el cantante Nick Workman exclamó “este chico es parte de la banda”. No se libró de subir al escenario para hacerse una foto. Debemos confesaros que el señorito Workman, con lo formal que parece, estuvo no sólo suelto para esto, sino que lo notamos mucho más fluido que 5 años atrás; vocalmente más estimulante -sin un tono tan monótono- y físicamente más dinámico. Y claro, obedecimos como buenos chicos cuando nos pidió que subiéramos las manos para ‘Hands In The Air’ o cuando nos pidió corear otras canciones.
Y hablando de manos, como buenos sabuesos, seguimos atentamente las manitas de James Martin para ver si en alguna ocasión las levantaba del teclado porque había metido un backing track; si lo hizo, no lo pillamos. Vale, te perdonamos lo de Jona Tee. También nos llamó la atención que Tom Martin, al bajo, mantuviera su actitud de guitarrista, y alzó el instrumento en un par de ocasiones. Le hubiéramos pedido, al igual que al guitarrista Marcus Thurston, que se desagarrotara un poco. ¿Pequeño escenario o falta de aceite en las bisagras?
Recogieron los bártulos cerca de las dos de la madrugada, no sin antes de que Workman se mezclara con el público para cantarle ‘Saving Grace’, ese tema con toques de Manic Street Preachers. Sentimos propia la emoción de Josetxu Beaskoa -un histórico de la escena de rock-, al cual captamos en el vídeo que os grabamos, cantando a pleno pulmón, y poco importó que tuvieran que volver a empezar porque al cantante le pareció que el teclado tocaba una versión jazz o que hubiera problemas con la guitarra de Dew y tuviera que salvarlos poniéndose en el frente y animando a cantar al público, porque la gente estaba botando y cantando, ebrios de felicidad.
Con tanta adrenalina en el cuerpo, sólo podíamos irnos de fiesta con estos macarras con toques de gentleman -a Midway, reventados por las peripecias del día, los dejamos durmiendo como tiernos angelitos- y puedo garantizaros que pocas veces nos hemos reído tanto ni hemos sentido mayor cercanía de espíritu con una banda de rock. Sí, parecen buenos con esos looks de nenes de anuncio de pañal, pero en cuanto abren la boca, rescatan toda la idiosincrasia rockstar del Sunset Strip. Chicas, el rockstar way of life no ha muerto, pero no hay que buscarlo en Suecia.
La música es lo que somos, lo que nos nutre, y a la que nos entregamos, cada vez desde más alto, cada vez más salvajemente, y no podemos concebir otra clase de vida. Eso es quiénes somos. Lo queremos todo.
Dijimos adiós a Vega como a esa estrella a la que pides un deseo y sabes que se te concederá.
English version
OUR HEART EXPLODED
Sunset Strip, the 80’s. All of our héroes started in a small venue. In one of those usually hidden in an alleyway -as Cherry in Melbourne- with dim lights and stage to the floor level, kitsch decorations, thrashed toilets and a mistmatched audience. In one of those, where, as the night goes by, even the most unknown band, if she works hard for it, changes her future. That’s the way we felt it in Edaska last Friday, in our own Borderline of London, trembling from emotion for two bands we doubted: Vega -due to their mediocre show in Rockfest 2011-and Midway -with their debut still unreleased-. No more hesitation: we exploded of pure joy.
Sometimes truth is stranger than fiction. Swedish Midway started one hour late not because one of them was feeling ill, pooing in a loop caused by an expired Danonino, but because of mechannical problems. In an introduction video in their web they warned they are very committed and give 110% on stage. Considering the show they put in, we’d had waited for them until 3 am.
Don’t focus in the obvious -their Botticelli faces and the high in vitamins Grönwall meets Buckcherry’s Josh Todd look of the singer and guitarrist, Leaf-, and let’s even forget the tracks on internet: these three guys are going to be the Swedish best new thing. Nothing to do with those that strutter beyond their abilities just because they own a copy of The Dirt as paperweight; these three guys are not only nice but gifted: for 45 minutes they delivered the authenticity of Bonafide mixed with the Zeppelin electricity of Heaven’s Basement, with the freshness and the enthusiasm of who are going to eat the world without a breath because they enjoy what they do. This is a live band in the classic way, of amp and sweat; a trio, but smashing: Leaf, Drillen and Linus.
When some started to get impatient and wanted them to leave the stage, the frontman explained: ”if something goes wrong, the bassist is to blame”. And this, your reporter, yelled a moving “nooo” -because the bassists are always the guinea pigs-. “Who said no?”, wondered super Grönwall Todd. Glubs… Get to known Nordic lands, I raised my hand as an amazon, resigned to my fate of being put to shame in the arena, but, on the contrary, was thanked by the bassist, Drillen. Once more, La Estadea, on the avant garde.
They didn’t missed songs as the single No Doubt About It – with a catchy rhythm-and the new song Physical -which starts as the song of Olivia Newton John.
The better way to put an end to their show? Jumping to the audience.
Don’t stay in the middle way with these guys and buy their record in November: great vocals and lysergic vibes. The weed is on you.
What we knew about Alex&Co is that they were led by Álex, one of the bad boys of the night life of Bilbao, the definition of a heavy rocker, and what we ignored is we would find Kobelo on drums, -one of the most gifted Basque drummers, who also has the craziest practice videos on You Tube. Don’t miss his advice on how to “brag” coolly-. Music well played and enough balls to play a cover of Dream Warriors of Dokken and not putting the step into it. For lovers of bands as Helloween and Blind Guardian.
The explosión of the tender little aor
What can I tell you about Vega? The good vibes began before the concert. We had things to settle with the naughty Martin twins -though, honestly, we could call the whole band the Motley Crüe of Aor, as their crazyness can only match ours, as we would discover soon- : we challenged them to be in a picture with us and our H.E.A.T t-shirt just because last year they spoke badly of our cutties. As true fans of the Swedish, -as surprising as it might seem- they instantly agreed. We won’t lie if we assure you they considered Erik a great singer and that they regretted the loss for music of such a talented musician as Rivers. Did we believe it? Definetely, their curriculum vitae speaks for itself: renowned writers for Frontiers (with songs for, amongst others, Khymera, Joe Lynn Turner and House of Lords, not less) and charmers that had Joe Elliot as the back singer in three songs of one of their albums. And the most important of all, we realized that it shouldn’t be taken out of context some speech made in the heat of the moment in a festival of their country. Don’t forget one of the British gossip magazines is called H.E.A.T.
Once this is cleared up, we went to first row. The twins commanded us to do so and we didn’t want to bite their York heart. It was twelve past twenty and the carriage had left long ago.
If there’s something that has grabbed our attention from the fourth record of Vega, Who We Are, it’s the importance of guitars. Well, they kept that live and added a second guitar, Mikey Dew – also on the record-. For those not so fascinated for the British – those cheesy and baroque keyboards were too much if you are not an aor fanatic-, has been a very refreshing change, a clearing that allows us to see the forest and even some gnomes. Still, we keep on missing some more backing vocals for adding some perspective.
As in the new reléase, they opened with Explode, an anthem that drags you like giant fans. Next came their debut single, Kiss Of Life, and Every Little Monster -with that beginning that sets you straight at Asia and Heat Of The Moment-, Not There For You and The Wild, The Weird, The Wonderful.
By then first row was in ecstasy. A fan took such a notorious selfie, with the musicians in the background that singer Nick Workman exclaimed “this guy is part of the band” and invited him on stage. He had his picture taken altogether.
We must confess that Mr Workman, as quiet as he seems, was not only poised for this, but more dynamic than 5 years ago; vocally, more stimulating -with richer tones- and physically, more active. So, of course, we obeyed as good children when he commanded us to raise our hands for Hands In The Air or when he wanted us to join him in the vocals of other songs.
And talking about hands, as private eyes, we followed the hands of James Martin to check if anytime he raised them from the keyboard because he had on a backing track; if he did so, we didn’t caught him red handed. Ok, we forgive you your words about Jona Tee.
We also went after Tom Martín and it surprised us that on bass, he kept his attitude on guitars, and raised his instrument now and then. We’d have requested him, as well as to guitarist Marcus Thurston that he left himself loose a bit. Was the stage too small or they were lacking oil in their hinges?
Even though they alternated their discography, including the first song they wrote, we preferred the new ones because they already seem classics. Vega is on supernova mode now.
They pack their stuff nearly two in the morning, not before having Workman walking to the audience and singing with them Saving Grace, -that song with hints of Manic Street Preachers-. We felt as our own the thrill of Josetxu Beaskoa -a legend of the rock scene-, which is featured in the video, singing with all his might. No worry that they had to restart the song because the singer thought the keys were “too jazzy” or that the guitars of Dew had him go to the front to make people sing with them because they decided to go on vacation: people was bouncing and singing, happy as a clam.
Oozing so much adrenaline we could only go partying with these rascals meets gentlemen -we left Midway sleeping as angels, because they were deadly tired-and I can guarantee that we are kindred spirits. Yeah, they might seem candid with those toddlers locks, but once they open their mouth, Sunset Strip code unloads. Girls, the rockstar way of life hasn’t die, but no further look for it in Sweden.
Music is who we are, what feed us and we give ourselves to it; higher each time, more wildly each time, and we can’t picture ourselves living other way. That’s who we are. We want it all.
We said bye to Vega as to that star you wish on and that you truly know it will make your wish come true.
