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PAIN y su público «on fire» en Razzmatazz 2

Se vestía de intimidad Razzmatazz 2, con la cortina que cubría la parte derecha de la sala, y que dejaba entrever que el concierto no tendría una asistencia masiva. Peter Tägtgren y los suyos se presentaban en la ciudad condal de gira presentando su nuevo álbum Coming Home (analizado aquí) y lo hacía acompañado de tres bandas más totalmente desconocidas para un servidor que, a la postre, le dieron un valor añadido inesperado al show. Antes de entrar en materia, nos toca darle un estirón de orejas a la producción de Madness Live pues los horarios publicados no se cumplieron y los conciertos se iniciaron 15 minutos antes de lo anunciado, lo cual hizo que nos perdiéramos parte de la primera actuación. He de decir que nos tienen acostumbrados a unos horarios impecables siempre y que esto me sorprendió, lo cual habla bien de sus producciones en general.

Billion Dollar Babies
PAIN y su público "on fire" en Razzmatazz 2
BBB nos agradecieron una y otra vez a los asistentes que estábamos ahí a horas tan tempranas, y descargaron su mezcla de hard rock moderno y heavy clásico. Fotografía: Abel Valdelvira

Los afectados fueron los chicos de Billion Dollar Babies que, a pesar de ser jovencísimos, tuvieron las tablas suficientes para aguantar el contratiempo y tomárselo con humor. Nos agradecieron una y otra vez a los asistentes que estábamos ahí a horas tan tempranas, y descargaron su mezcla de hard rock moderno y heavy clásico ataviados con una estética de lo más glammy. Sinceramente, soy un auténtico ignorante en este estilo musical, pero me pareció que los chicos le daban un toque de frescura a un género con tanto recorrido. Aunque toda la banda interpretaba bien sus temas la voz de su vocalista tomaba el protagonismo y alcanzaba unas cotas agudas bastante impresionantes. Salieron con las ideas claras y aprovecharon cada minuto de su actuación, una banda a la que dejarle el ojo puesto si estás dentro de estos estilos.

Dynazty
PAIN y su público "on fire" en Razzmatazz 2
Con la premisa de que su último álbum lo había producido el mismísimo Peter Tägtgren, podíamos esperar una banda con algo de nivel y así fue con Dynazty. Fotografía: Abel Valdelvira

La segunda banda que saldría a las tablas fueron los también suecos Dynazty. Con la premisa de que su último álbum lo había producido el mismísimo Peter Tägtgren, podíamos esperar una banda con algo de nivel y así fue. Proponen una especie de power sinfónico con una dosis de electrónica y toques de groove metal, de nuevo un toque moderno para un estilo con bastante recorrido, con la diferencia de que la propuesta de estos no me sorprendió. Lo que sí me sorprendió fue el recital de técnica de su bajista que mantuvo mi atención gracias a sus líneas rítmicas, el grupo también debe ver su filón pues lo dejó solo sobre el escenario para que nos impresionara con un solo. Muchas tablas para otra banda joven, y la verdad es que mostraron un muy buen nivel para ser bandas relativamente desconocidas.

The Vision Bleak
PAIN y su público "on fire" en Razzmatazz 2
La ejecución de The Vision Bleak fue más que correcta, pero sus composiciones me parecieron planas y sin dinamismo. Fotografía: Abel Valdelvira

La tercera actuación corrió a cargo de The Vision Bleak, una banda algo más veterana y madura. Ataviados con su maquillaje de ultratumba, salieron a demostrarnos que su horror metal podía convencernos, pero la realidad es que su show aburrió y no acabó de convencer tras la oleada de energía joven que les había precedido. Quizá fuese porque su propuesta no concordaba con lo que veníamos a ver, o porque tras tres actuaciones tan eclécticas ya estábamos empachados y teníamos ganas de pasar al plato principal. La ejecución de la banda fue más que correcta, pero sus composiciones me parecieron planas y sin dinamismo, cosa que acrecentó la sensación de que ver a la banda fue un puro trámite. Nos despertó un poco su canción ‘Ktulu!’, dedicada al dios lovecraftiano, con su melodía oscura y sus ritmos machacones. Aún así, creo que no fue un acierto la participación de los alemanes en esta gira.

PAIN
PAIN y su público "on fire" en Razzmatazz 2
Ataviado en su mítica camisa de fuerza, Peter Tägtgren se permitió llamar ‘Mini-me’ a su hijo Sebastian que estaba tras los parches. Fotografía: Abel Valdelvira

PAIN no tardaron en aparecer sobre el escenario tras recogerse el backline de las bandas teloneras. Los suecos tenían muy claro que venían a dar una fiesta en Razzmatazz. La asistencia fue bastante austera, pero las personas que estaban en la sala conectaron con la idea, así que el público estuvo activo y animado durante los 75 minutos que el cuarteto nos ofreció.

El sonido y el juego de luces acompañó, el estado vocal de Peter Tägtgren fue correcto (sin llegar a ser una maravilla) y el setlist fue bastante acertado, mezclando cortes de su último disco con sus imprescindibles. Como decía, los suecos plantearon el concierto como una fiesta (su estilo de hacer música así lo demanda) y aparte de música nos dejaron algún que otro “cameo” como la marioneta de Joakim Brodén para cantar sus partes en ‘Call Me’, la aparición de la mascota psiquiátrica aplacada por un celador o el buen humor de su frontman, ataviado en su mítica camisa de fuerza, que se permitió llamar ‘Mini-me’ a su hijo Sebastian que estaba tras los parches. Se presentó como un ‘Pain in the Ass’ (un grano en el culo como traducción literal del castellano) justo antes de lanzar ese mismo tema al público. Los detalles en este tipo de conciertos suelen mejorar la experiencia y así fue, todo fluyó junto al setlist, la gente coreaba los estribillos y la banda se sentía cómoda, quizá sea uno de los conciertos en los que he visto a la gente más animada en la última época.

El broche de oro lo puso el (casi obligatorio) encore con ‘Shut your Mouth’ como protagonista. La palabra de la noche es fiesta, así lo quisieron las bandas y así lo quiso el público.