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Far’n’hate ‘Eternal’, a todas luces un firme paso adelante

Hace ya bastante tiempo que la efervescencia que me podía generar el metalcore está prácticamente extinguida, pero es que este género nacido en los albores del milenio se ha devorado un tanto así mismo, con la constante aparición de bandas que lo único que tenían que decir era algo que ya había sido dicho antes con otra voz, y para qué negarlo, de forma más convincente.

Tampoco podemos pedir que cada vez que alguien publique un álbum dentro de cualquier género cree una obra maestra o que reinventen los parámetros del nicho en el que se desenvuelven, pero sí que se pueden establecer unos mínimos y uno de ellos podría ser que cuando vas escuchando el cuarto tema de un disco, no veas los que restan como una sentencia al bostezo o que cualquier chorrada sirva de coartada para desviar la atención de un disco que te dice poco o nada.
Justamente ahí encontramos el primer punto positivo para ‘Eternal‘, el nuevo álbum de Far’n’hate publicado con el año recién estrenado por White Tower Records, y que vamos a desmigar un poco en las siguientes lineas. Y es que han conseguido algo que no muchos han logrado en estos últimos años dentro del metalcore, y eso es que el disco me divierta.

Presumimos que este año será muy especial para sus artífices, Marc (voces) Hernán y Nacho (guitarras) Jorge (Bajo) y Jona (batería), tanto por el lanzamiento en sí mismo como porque seguro que intuyen el firme paso adelante que se traen entre manos.
Desde luego entre los diez temas de los que se compone Eternal y los de sus pasados trabajos – ‘From death comes life’ del 2011 y ‘Streadfast’ del 2013 – hay un margen bastante tangible. Mejores temas, mejor sonido y mejor funcionamiento del disco en conjunto. Es cierto que no se salen de los parámetros en estructuras musicales, temática lírica y otros elementos comúnmente encontrados en el género, pero al menos lo hacen con gancho, actitud y convencimiento en sus capacidades.

Otro de los puntos más destacados del álbum es lo mucho que se han esforzado en conseguir variadas y ondulantes lineas vocales. Tanto en las más limpias como en las contundentes, Marc se muestra muy versátil y siempre a la búsqueda de ese ‘algo más’ que es de agradecer. Es cierto que no todas me convencen y no siempre acabo encontrando los puentes entre las partes más guturales y las más limpias, más que por el registro en sí, por la melodía escogida, pero el trabajo minucioso ahí está.

Otra virtud desde mi punto de vista, es la de que no es un disco excesivamente largo y los diez temas que incluyen en Eternal, dos de ellos a modo de intro e interludio estratégicamente colocados en primera y sexta posición, hacen que el álbum vuele por tus altavoces. Se extiende a lo largo de poco más de media hora y en menos de lo que canta un gallo te lo has metido entre pecho y espalda.

La caña y la agresividad mezclada con estribillos más melódicos son la tónica habitual, alcanzando su cenit en tropelías como ‘Deceivers’ con un trabajo fenomenal a las voces, con sus señas de identidad bien enarboladas marchando a todo trapo y su mezcla de contundencia y melodía engrasada con precisión y unas guitarras desatadas que harán que te pongas a pegar botes por el pasillo de tu casa. Destaca también ‘Relentless’ con estrofas cargadas de bilis y con la textura vocal de su estribillo que hizo que me chispease en la cabeza el nombre de Dallas Green y ‘sus’ Alexisonfire, cortocircuito que se repite más adelante en la metalizada ‘Losing sight’.

En esta primera parte del álbum ‘Always overcome’ también tiene sus dosis de decibelios y un desenlace brillante…pero en el otro lado de la balanza el estribillo me echa fuera… ‘Born in sin’ repite fórmula y está bien ensamblada aunque se les va un poco la mano con la melodía vocal en el estribillo quedando un poco blandito de más.

A pesar de estos pequeños detalles me planto en el séptimo tema del álbum habiendo sacado buena tajada de su compacta sección rítmica y unas guitarras que reparten riffs a la par que buscan el detalle. ‘Horizon’ cambia de tercio y supone una pequeña revolución en la forma de estructurar las voces y la instrumentación, saliendo de empeño con uno de los mejores cortes del disco bajo el brazo, y ‘Deep down’ se acerca a la vertiente más core pero nuevamente un estribillo en el que la melodía tiene una tonalidad que le hace perder algo de músculo.
Finalmente en ‘Legacy’ tenemos un poco más de los mismo, en la típica receta metalcore, pero en esta ocasión es el estribillo bien resuelto lo que brilla por encima del resto y hace que el álbum se finiquite dejando una buena sensación global.

Ni cabe decir que han mejorado con este disco en muchos aspectos con respecto a sus discos anteriores, como en lo que atañe a la composición, consiguiendo que los temas sean más compactos, vayan mejor dirigidos, sin perderse ni divagar en meditaciones musicales que no vendrían al caso, y consiguiendo una transición entre las partes más guturales y las cantadas más natural y fluida. Todo esto, por supuesto, hace mejores las canciones.

A todas luces un firme paso adelante por parte Far’n’hate.

Lo mejor

  • Que sea directo y no se ande por las ramas de forma infructuosa.
  • Mejora apreciable en composición, en sonido y en producción.
  • Trabajo en el apartado vocal.
  • Algunas guitarras verdaderamente adictivas.

Lo mejor

  • El género sigue teniendo el problema de la repetición de estructuras y recursos y no siempre logran escapar de estos clichés.

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