Malditos sean los remakes, los actores de moda y las pocas ganas de hacer algo bien, malditos sean todos ellos. Jamás se pudo errar tanto a la hora de reconstruir una vieja joya del terror.
Muchos aun no nos explicamos como un John Carpenter, asumiendo un papel tan crucial como es el de productor, haya permitido que el remake de ‘La niebla‘ se haya convertido en una de las películas más insustanciales de lo que llevamos de año. Y es que cuando uno ve finalizar una película así, aparte de dar las gracias por seguir viviendo, se pregunta como es posible el convertir un trabajo medianamente fácil, en un casquillo usado como este. Esto solo se puede hacer queriendo, y creo que ahí reside el verdadero problema de la película, en su falta de profesionalidad.
Y es que el simple añadido de los efectos especiales a la atmósfera simplista que caracterizo a la pieza original de Carpenter, hubiese bastado para hacer de ‘Terror en la niebla’ un remake más que digno. Pero se optó por destrozar la película, retocando su argumento, e incluyendo unas pobres actuaciones por parte del elenco de personajes que se eligió para la obra. Mentando la simplicidad de Tom Welling (como Nick Castle) y la poca experiencia de Maggie Grace (a la que se le conoce por su trabajo en la serie ‘Perdidos’) como ejemplos de la pésima calidad de actuación que nos encontraremos en cada escena.
El señor Rupert Wainwright tampoco digamos que se haya manejado bien a la hora de recrearse con los apartados mas terroríficos del largometraje, si bien hay algún que otro efecto gráfico notable, el uso del sonido como mecanismo de susto resulta pobre y repetido hasta la saciedad.
[Rating:3/10]
