Que quede claro, esta no es una película de Quentin Tarantino, sino de Eli Roth. No es una obra maestra, sino un trabajo mediocre pero con un apartado gore de agradecer. No se trata de terror, sino una excusa barata para ver sangre. ¿La tachamos de olvidable y objeto a esquivar? La polémica está servida. Hostel llega con la intención de escandalizar.
Tacho de ridícula la manera en la que el argumento nos intenta regalar el contenido de la película, porque a buen seguro que a muchos no les hará gracia tragarse más de una hora de auténtico bodrio teenager para complacer su sed de gore con un desparrame pasajero.
El elenco de actores que completan este vistoso producto no se caracteriza precisamente por sus cualidades interpretativas. Ni siquiera se esmeran por conseguir un aprobado raso. Hostel se nota que está más orientado a un público masculino en forma de exhuberancia y chicha. No obstante, existimos aquellos que asqueados de recibir un producto ya demasiado desgastado, vemos vacío y simple el arranque y casi desenlace de esta mediocre filmación.
Sí es de aplaudir el apartado gráfico, que se apoya mayormente en la crudeza con la que son tratadas las escenas más sanguinarias. El gore es bueno, y consigue que apartemos la mirada de la pantalla, cosa que hoy en día resulta bastante difícil, pues el subgénero splatter no es precisamente bien recibidos entre la audencia generalista. Tanto la fotografía como la atmósfera, muy a lo Saw, conseguen incrementar el agobio y la tensión dejando un buen/mal sabor de boca, pero que lamentablemente se queda bastante corto en duración.
[Rating:6/10]