En este caso la rama ‘funk’ se fusiona con el rock más tradicional. Esto se debe a una nueva inclusión dentro del proyecto liderado por el ex-Deep Purple, con todos ustedes: John Frusciante de los Red Hot Chili Peppers, le añade ese toque funky.
Este es el verdadero problema que muchos encuentran en los últimos lanzamientos de Glenn Hughes. Tanto en ‘Soul Mover’ como aquí, no encontramos con un regreso del genio, cuya horda de fans ahora tiene que dedicar su tiempo a escuchar un estilo que quizá no sea el que más les agrade. Y es que aunque alguien intente ocultarlo, del funk-rock, al rock clásico hay un trecho considerable. Hablando del disco, sí que es cierto que mantiene un nivel muy alto y que Glenn sigue paseando su voz como el primer día o incluso mejor. Pero la verdad es que se nos hace un poco aburrido en general.
Comenzando con – un corte muy lento – ‘The Valiant Denial’, es una introducción un tanto precipitada, puesto que puede provocar el primer bostezo en los incansables fanáticos de Mr. Hughes. Siguiendo con ‘Steppin On’, nos tragamos un tema 100% Funk con un Glenn inconfundible e inmejorable a la voz, esta vez consiguen meternos más marcha al cuerpo.
Como corte diferente y en formato acústico ‘This House’ resulta bastante aceptable, con unos coros que clavan bien el estribillo y otorgan un estilo muy ‘bluesy’ a la composición. El mejor tema del disco ‘Black Light’ se gana ese titulo tanto por su velocidad como por el constante frenesí Funk de las guitarras que convierten la composición en un pequeño hinmo a recordar por la mayoría. Como añadido curioso, se incluye una versión de Moody Blues, ‘White in Night Satin’ que queda muy por debajo de la original; la cual tuve el placer de escuchar tras este ‘Music for the Divine’.
En resumidas cuentas, Glenn Hughes consigue editar un álbum de gran calidad, eso sí, es un álbum de funk rock que no nos engañen. ¿Cuando podremos ver un regreso a sus raíces rockeras? Si os digo la verdad, mantengo la esperanza de que en el lanzamiento de Hughes/Thrall escuchemos al Glenn que todos queremos. Y sino, a explorar por los numerosos proyectos paralelos en los que a colaborado como el reciente Moonstone Project.
