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Nightingale ‘White darkness’

Con Nightingale, Dan Swanö se divierte en la frontera entre el heavy y el rock, un terreno que domina a la perfección, a pesar de ser habitual de grupos más enfocados al death (Edge of Sanity, Bloodbath, etc…).

En el caso de este ‘White Darkness‘, además ha contado con la colaboración de su hermano Dag (sí, sus padres no perdieron mucho el tiempo buscando nombres) quien, ayudando la composición de algunos temas y rescatando otros del baúl de los recuerdos, ha ayudado a parir el que será, sin duda, uno de los discos revelación del año y la mejor obra hasta la fecha de Nightingale.

Ya ‘The fields of life‘ nos deja helados con las primeras notas de un teclado que roza el éxtasis. Con unas melodías de fácil digestión nos va guiando con una fantástica voz hacia el estribillo con unos arreglos sobresalientes. Y es que se puede decir que en este disco, Swanö canta mejor que nunca, y en este tema, que se convertirá en un clasicazo, realmente lo borda. De nuevo la misma idea es la esencia de ‘Trial and error‘, con unas guitarras más pesadas que se compensan con los coros y una melodía muy rockera con tintes incluso ‘funk’. La primera de las canciones que han sido rescatadas del baúl de Dag es ‘One way ticket‘, aunque en realidad ha sido escrita por Dan sobre la base de los esbozos hechos por su hermano hace 25 años. Se trata de un tema acústico en su mayor parte, con un estribillo bastante épico, y que va creciendo en intensidad a medida que avanza, añadiendo coros que van dando profundidad a la voz.

Reasons‘ nos deleita con otro inicio de teclados imposibles. Se trata de un medio tiempo con unos arreglos un poco más oscuros, quizá por tratarse de la aportación de Eric Oskarsson, bajista de la formación. De nuevo, atención a los coros del estribillo y a ese pequeño cambio de ritmo que por un momento rompe el esquema de la canción. ‘Wounded soul‘ es otro de los temas compuestos por Dag en los 80 y que han sido reescritos, con mucha clase, para este disco. Otro medio tiempo semi-acústico con unos coros tremendos. Y para que no se diga que en este grupo no curran todos, Tom Björn, el batería, es el artífice de ‘Hideaway‘, un tema bastante oscuro y sembrado de efectos de voz, que incluso me recuerda a las partes melódicas de los primeros Opeth, y que se encuentra entre los más destacados del álbum junto con el que abre fuego.

La única balada propiamente dicha es ‘To my inspiration‘, un tema de letra lacrimógena, recién traducidas al inglés, puesto que también fue compuesto por Dag hace un porrón de años y en sueco. Destaca un precioso punteo de guitarra española. El tema que da nombre al disco se inspira en el estado de ánimo de Dan Swanöö en los últimos tiempos (se divorció recientemente), y quizá eso explica que el sonido se mueva entre las melodías optimistas y sonidos más duros, con partes que recuerdan a los primeros discos de Queen en algún momento

El tramo final lo componen ‘Belief‘, que es un tema muy rockero y que huele por todas partes al heavy-rock de los 70, pero con la frescura de los teclados de Nightingale y ‘Trust‘, un tema de la casa, en el que Dan nos despide con una nueva exhibición de voz y coros, y que invita a mover las greñas con su riff pesado.