Once asaltos repartidos en 50 minutos, donde podremos comprobar como el infierno posee a la tierra. Con el virtuosismo y furia de los hermanos Abott unido a una Angela Gossow recien bañada en aceite hirviendo, logran el equilibrio.
Arch Enemy regresan a las portadas, dos años después de su aclamado ‘Doomsday Machine’, con ‘Rise of the Tyrant’. La mayoría de seguidores que tienen coincidirán en que este nuevo disco se trata de una prueba de fuego para los suecos. De convertirse en un grupo que supo sorprender y dividir al mundo un par de veces, automáticamente se pasa a generar cierta tensión con cada nuevo lanzamiento. El problema que tiene el éxito, es que el público se vuelve cada vez más exigente, y muchos grupos no están a la altura.
Ligeramente envueltos en polémica por la inclusión de una chica como vocalista, no solo han conseguido reinventarse a si mismos, sino que han conseguido reinventar un género, que ellos mismos dieron a luz. Sus primeros pasos en ‘Black Earth’ (1996) y ‘Burning Bridges’ (1999) ya forman parte de la historia del metal y son un estandarte del Death Melódico Sueco que eclosionó en aquella época. Una época donde In flames lanzaba el ‘Jester Race’ (1996), Dark Tranquillity el ‘Gallery’ (1995) y donde estos tres grupos tenían lo mismo en común: facturar un Death Metal muy personal y de calidad. Cada uno a su manera fue progresando con el paso del tiempo y logrando mantenerse en las listas de ventas, que no es poco. Pero sin duda, de los tres, el grupo que menos se ha torcido de la senda, y que a mi parecer a sabido evolucionar su propio sonido en todos los sentidos, esos son Arch Enemy.
En este ‘Rise of the Tyrant’, Angela Gossow esta simplemente imparable, sin duda, de toda su etapa como vocalista del grupo, este es el trabajo más intenso y desgarrado en cuanto a labor vocal se refiere. Las composiciones que la sostienen, simple y llanamente son una fantástica labor de investigación y desarrollo por parte de los hermanos Abott. Progresiones extremadamente elaboradas y repletas de matices, que harán imposible que te despegues del disco.
Canciones como las que abren el disco ‘Blood on your hands’ y ‘The Last Enemy’ son death metal crudo, técnico e inmensamente producido con un ligero toque melódico. Los registros de Angela no nos ofrecen muchas variantes desde ‘Doomsday Machine’, pero cumplen a la perfección con su cometido. Llaman la atención los ya característicos ‘solos’ de la franquicia Abott que siguen siendo el engranaje principal de la vertiente melódica. ‘I Will Live Again’ (muy parecida a la ‘headbangeara’ y ‘videoclipera’ ‘We Will Rise’) y ‘Revolution begins’ son dos de los temas más comercial del plástico, y también donde más protagonismo cobran los sintetizadores. La canción que bautiza el disco, ‘Rise of the Tyrant’ podemos decir que se trata de un ‘old school meets new’, death-thrash del de siempre sin teclados. ‘The Day you Died’ es uno de esas canciones atípicas que tanto le gusta incluir a los suecos, su principal baza son los cambios de velocidad, los ritmos a contratiempo y la rotación de protagonismo entre los respectivos instrumentos, una buena composición que desemboca en un intermedio instrumental de matiz clásico ‘Intermezzo Liberte’, en la más pura onda Yngwie. Bonito, pero sinceramente no se muy bien que pinta aquí.
Llegando al final, las últimas composiciones son las menos asequibles del cd, sin embargo llama la atención ‘Night Falls Fast’, que vuelve a dejar de lado los teclados y se convierte en una progresión heavy-thrash de toda la vida, cuyo principal aliciente es el virtuosismo guitarrero que emana hacia el final; gran duelo de hachas de nuevo con marcado caríz clásico. De los dos últimos cortes destacaría ‘Vultures’ por el brillante garbeo que se dan por el mástil Michael y Christopher.