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Shaman ‘Inmortal’

Como muchos sabréis, Shaman fue la banda que surgió de la escisión de Angra protagonizada por André Matos, Luis Mariutti y Ricardo Confessori en el año 2000. Como en la formación faltaba un hacha, pescaron al hermano de Luis, Hugo.

Su andadura como banda estuvo plagada de éxitos, puesto que sus anteriores discos, ‘Ritual’ y en menor medida, ‘Reason’, tuvieron un gran impacto en los medios especializados, sobretodo en Brasil, y les permitieron protagonizar largas giras por todo el mundo, en las que no faltaban clásicos de Angra sobre los que aun tenían derechos, y telonear a algunos de los grandes como Iron Maiden o Judas Priest. Tal fue el éxito que llegaron a cosechar, que editaron un DVD en directo de la gira de su primer disco, algo de lo que pocos grupos pueden presumir, y que, para colmo, vendió bien.

Pero no todo lo que brilla es oro, y en octubre de 2005, las diferencias personales en el seno del grupo hacían que la banda se disolviera. Solo Ricardo Confessori decidió seguir adelante con la marca Shaman (con una sola A después de haberse convertido en Shaaman por algún tiempo). Para ello reclutó a tres nuevas piezas con las que completar su puzzle power metalero. Y la jugada no le ha salido mal, porque ha encontrado una base sólida con la que relanzar la carrera de la banda.

El producto que nos trae este remozado equipo de músicos no es malo, pero está lastrado por una producción bastante mejorable en general, especialmente en cuanto al sonido de las guitarras. Tras la intro ‘Renovatti’, todo un mensaje para sus fans, nos recibe ‘Inside the chains’, un tema de power bastante clásico, dominado por la percusión de Confessori, y en la que vemos detalles como que Leo Mancini, que ha acompañado a la guitarra a algunas vacas sagradas como Sheehan o Scott Soto en su pastar por las praderas brasileras, es capaz de interpretar brillantes solos o que Thiago Bianchi tiene potencial como cantante, aunque no se pueda comparar a Matos. ‘Trial by blood’ tiene un comienzo muy intenso, pero debió grabarse en un día de resaca, porque los teclados, y sobretodo la voz, en los momentos culminantes suenan de lo peor del disco a pesar de no ser un mal tema.

Con ‘One Life’ nos adentramos en la parte más indigna del album, y digo esto porque es el corte donde más se percibe que han querido recuperar la esencia de Angra, asi como de los primeros Shaman. Con toques brasileiros al inicio nos llevan al que posiblemente sea el riff más logrado del plástico y a una parte central del tema con momentos brillantes. ‘In the dark’ es el equivalente a la balada del disco, que termina por parecerse a otros temas similares del ‘Rebirth’ de Angra, especialmente en la voz, que recuerda poderosamente a los registros de Falaschi. Podéis comprobarlo en el video que acompañamos.

Y a partir de aquí, se termina lo interesante; ‘Strengh’ es un tema del montón, con su doble bombo y su riff más bien simple. ‘Freedom’, con un sonido algo más oscuro, tampoco tiene nada que llame especialmente la atención, salvo quizá en estribillo. ‘Never yield’ suena a ‘Holy Land’ del mercadillo y para acabar ‘The yellow brik road’, en una onda muy muy similar a la de ‘Wishing well’, nos despide con un profundo sabor a Brasil.

Es un disco cuyas mejores partes son aquellas en las que mejor han sabido parecerse a quienes querían parecerse; pero es una pena que Confessori haya querido mantener a toda costa el nombre de Shaman, porque de haber buscado su propio su propio estilo, podían haber obtenido un mejor resultado o al menos, más personal.

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