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Kinkade, Showgirls Suicide, Skirtbox y Heavens Basement en el Paradise City en Madame Jojo’s (Londres)

El templo del strip tease burlesque se convirtió en el templo del rock, un rock de los que se tatuan en letras grandes, como indica el club Paradise City, considerado el mejor que existe por Kerrang! UK. En esta ocasión la entrada al paraíso fue proporcionada por: Kinkade, Showgirls Suicide, Skirtbox y Heavens Basement.

Kinkade abrió fuego con su rock clásico en la onda de Junkyard que convenció y atrapó. Sin sobreactuar, transmitieron perfectamente la esencia de un bar motero rodeado de strippers y aderezado de Jack Daniels. Sobre todas destacó el single ‘She’s Hot’.

Después fue el turno de Showgirls Suicide, la única decepción, aunque veníamos advertidos del MySpace. Pese a su fuerza escénica y abundante actitud, carecen de aquello que separa a los grupos que sólo serán de barrio a los que pueden aspirar a más. Sus principales lastres son un cantante espantoso y unas canciones monótonas que no aportan novedad.

Skirtbox fueron la gran sorpresa. Nos deleitaron con dos cantantes igual de cualificados, Will Stapleton y Jon Dow, y con canciones de las que cualquier banda de hair metal de los 80 se hubiese sentido orgullosa. Influidos por Whitesnake, mostraron toques de Metallica y Def Leppard, sin sonar como ninguno de ellos. ‘Two Hot Girls’, el primer single de su primer álbum, sonó como un cañonazo. Perdérselos en su próximo show en Londres el 15 de agosto en Purple Turtle (Camden) sería un delito.

El tocar a la medianoche entre semana perjudicó a Heavens Basement, cuyos shows suelen estar hasta la bandera y con fans devotos, pero la escasez de público nos permitió disfrutar con total intensidad de su propuesta. Fueron brillantes y enérgicos y asimismo descargaron un sudor y una adrenalina de los que fue imposible no contagiarse.

Perfectamente afinados, demostraron jugar en primera división y anticiparon la grandeza de la que son capaces. Led Zeppelin, AC/DC, Guns’N’Roses, Cinderella, y Motley Crue están ahí pero reconducidos y sonando como los británicos y sazonados con la amargura del desamor cantado desde la rabia. ‘Tear Your Heart Down‘, ‘Reign On My Parade‘, y ‘Saint Routine‘ fueron interpretados con la misma potencia y genialidad. En una escena dominada por las posturitas, Heavens Basement ofrecieron bofetadas de rock de carne y hueso.

La única contrariedad es que no cerraron con su tema más potente, ‘Executioner’s Day‘, lo que hubiera acabado en éxtasis total. Incluso siendo impecables individualmente, merecen especial atención el cantante Ritchie Hevanz, carismático frontman, y el guitarrista Sid Glover, jovencito pero muy prometedor.

Como hubieran dicho Guns’N’Roses en la noche de Paradise City nos sentimos como en casa.

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