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Domain ‘The chronicles of love, hate and sorrow’

La banda germana vuelve a traernos una metal opera, basada esta vez en una obra de su paisano Goethe. Sin embargo, el disco solo vale para demostrar que es un grupo más perdido en el limbo del power metal, un estilo muy exigente a la hora de ensalzar a sus héroes por la superpoblación que la caracteriza.

Axel Ritt y sus nuevos pupilos se han dejado llevar por el éxito cosechado en el pasado y han decidido poner mucho de todo lo clásico para elevarse a sí mismos a la máxima potencia. Así los iniciales ‘Paint the beauty’ y ‘Sweeping scars’ aburren de típicos que son. Doble bombo hasta el absurdo y unos solos terriblemente simples no aportan nada a un mundo en el que está casi todo dicho por gente con más talento. Es en ‘Angel above’ donde retoman el estilo melódico en el que mejor se mueven.

Tengo que reconocer que el fichaje de Nicolaj Ruhnow a la voz ha sido un acierto, porque con su catálogo de registros se integra perfectamente en la estructura de la banda. Lo malo es que el catálogo no es muy amplio, y a mitad de la escucha comienza a cansar. También los teclados aportan la melodía necesario sin cargar. Por lo demás, la verdad es que se me hacen largos casi todos los temas, en los que los solos parecen repetirse una y otra vez. El señor Ironfist será todo lo rápido que quiera, pero lo que hace está más visto que el tebeo. Y aunque hay algunos momentos en los que creo que me emociono un poco, todo el tiempo volvemos a lo mismo. Los inicios de He is back o Inner rage parecen prometer, pero no hay manera.

Lo queda viene a ser más de lo mismo, destacando si acaso el tono épico de los dos último temas, ‘Twelve o’clock’ y ‘Two brothers & the sinners chess’. En definitiva, un disco de puro quiero y no puedo apto para los true metalheads y poco más.

[Rating:7/10]

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