Aproximadamente año y medio después de sacar el ‘Ostinato‘ y tres discos a sus espaldas, los bermeanos OST vuelven a la carga con ‘Inorena ez den lurrean‘ y un sonido renovado, más clásico. Lo primero que llama la atención del disco es la portada, obra del diseñador gráfico vasco Josu Torrealday. Un pájaro muerto en una playa desierta un día de tormenta describen a la perfección el lugar en el que se encuentra OST y que da nombre al disco: ‘Inorena ez den lurrean’ (En tierra de nadie). Abre con una intro con el sonido del mar, las gaviotas, unos pasos, lluvia y un atronador grito que da paso a ‘Gutxiengoa‘, como dicen ellos, ‘el tema heavy del disco’. Es una canción con un sonido mucho más clásico de lo que nos tienen acostumbrados y que gustará hasta al heavy más purista.
‘Barruan‘, el tema que han escogido para ser la carta de presentación del disco, es un tema muy melódico con un estribillo muy pegadizo que describe de alguna manera los sentimientos que uno guarda en su interior y que nunca verán la luz. ‘Zu bezala‘ nos devuelve al sonido más clásico de OST, es una tema cargado de rabia y de riffs contundentes, pero a la vez tienen cabida unos estribillos muy melódicos. ‘Ezagutzen ez dena‘ cuenta con dos colaboraciones especiales: Aiora, cantante de Zea Mays, y Rafa Rueda. Dos genios colaborando en un tema progresivo con una variedad de ritmos diferentes y con un estribillo con un gran componente melódico, la voz de Aiora. Un giro de 180grados a todos los temas de los anteriores discos.
Con riffs pantereros y un sonido que haría vibrar al mismísimo Ozzy llega ‘Nahi dute‘, mi tema favorito del disco, no sólo por la música (con unos riffs que a pesar de su simpleza, consiguen ponerme el vello de punta), sino también por la forma en que está cantado, que recuerda a Phill Anselmo en sus mejores tiempos. Un temazo se mire por donde se mire. Con una base de batería emulando el ritmo de las agujas de un reloj, ‘Gelditu denbora‘ combina a la perfección trozos muy melódicos con unos solos sorprendentes. Expresa el eterno deseo del hombre de detener el tiempo.
Lleno de fuerza y rabia ‘Berriz‘, con sus ritmos entrecortados nos puede recordar a Helmet. ‘Más carroña en la que clavar las zarpas’. Esta frase del estribillo puede ayudar a hacernos una idea del tema en su conjunto. El nombramiento de un nuevo Papa abre paso a ‘Habemus‘, una canción que nos recuerda que tenemos muchas miserias en el mundo que el nombramiento de un nuevo Papa no va a arreglar. ‘Kaka zaharra! Hori da habemus duguna‘. (Puta mierda! Eso es lo que tenemos). Es el único tema del disco que carece de parte melódica.
Dedicado a la hija del cantante, ‘Haize berria‘ habla de todas las sensaciones nuevas que se viven con la llegada de un bebé y de cómo una cosa tan pequeña puede cambiar radicalmente tu vida, llegan los miedos, las preocupaciones pero a la vez aporta un aire nuevo y sentido a la misma. ‘Belauntzia mugituz aurrera bultzatzen nauen haizea’ (El viento que empuja mi velero hacia delante). Para cerrar el disco, una sorpresa: ‘Dena den‘. Una balada en acústico que sólo podrán disfrutar aquellos que consigan hacerse con el disco. Un tema que en un principio no se iba a incluir en el disco, ya que se aleja del todo del heavy, pero que en este disco repleto de cambios tenía un lugar reservado.
En definitiva, un señor disco, con un estilo más clásico que sus predecesores, temas llenas de solos de guitarra y estribillos melódicos. Un disco que hubiera sido impensable cuando sacaron el ‘Ostinato’. Ahora sólo queda ir a uno de sus conciertos y disfrutar de esta obra maestra en directo.
[Rating:9/10]