Camden Town, la cuna del rock de la capital británica, fue la sede del festival Camden Crawl, que durante dos días ofreció actuaciones en más de 30 salas de la zona, con grupos locales y con clásicos, así como otras actividades.
Artistas como The Fall, Yeah Yeah Yeahs, Kasabian, Echo & The Bunnymen, o Billy Bragg desfilaron por allí, pero acudimos con especial expectación a Hot Leg, antes de su cita en Kobetasonik. Los chicos de la pierna caliente lucieron algo más que palmito ochentero en una sala atestada de gente con ganas de divertirse.
Si al frente de The Darkness nos demostró de qué era capaz, como cabeza visible de Hot Leg, Justin Hawkins va más lejos. Vestido con un mono de cuero negro lleno de tachuelas, impresionó con su estilismo, su profesionalidad, la perfección de su voz de castrati, y su pericia a la guitarra. Y eso que el público no se lo puso fácil. Desde el principio los espontáneos no paraban de usar el escenario como trampolín para saltar sobre la multitud, y nos sorprendió invitándoles a contribuir al show; sólo puso una condición: quien quisiera permanecer en su escenario debía quitarse la camiseta, incluso las chicas. El máximo despelote se produjo cuando un chico se paseó desnudo y quizá acostumbrados a los desmanes de Wimbledon, los allí presentes ni pestañearon.
Fue una hora intensa y ardorosa en la que se presentaron los temas de su álbum de debut en versiones extendidas. No faltaron ‘I’ve Met Jesus‘, ‘Gay In The 80’s‘, ‘You Can’t Hurt Me Anymore‘, ni el lingotazo final de ‘Cocktails‘, absolutamente espectacular. En una escena en la que algunos rockeros de barrio se sienten Jon Bon Jovi porque los reconocen en la esquina de su calle, Hot Leg ofrecen la alternativa de un rock irreverente y paródico en el que se mezclan Farinelli con Van Halen, Scissor Sisters con Pointer Sisters, y el cock rock con el rock cristano.
Si Justin Hawkins es una de las escasas superestrellas que quedan, quienes le acompañan son una Corte de excepción: el guitarrista ariete Pete Rinaldi; el batería cañonero Darby Todd; y el bajista arquero Samuel SJ Stokes.
Emociona pensar de lo que serán capaces ante un público multitudinario. En junio lo sabremos. Muy bien podrían esgrimir el eslogan ‘porque yo lo valgo’.