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Richie Kotzen en la Sala Rockstar Live (Barakaldo)

Buen plan para un domingo con tiempo de perros: ver a uno de los mejores guitarristas-cantantes-compositores que podemos encontrar hoy en dia en el panorama del Rock mundial, nada menos que en Barakaldo.

Que yo recuerde era la tercera visita de Kotzen a nuestras tierras, ésta vez con banda (la última fue en acústico, él sólo, en la Rockstar de Bilbao). El formato elegido era un power-trio, formado por un bajista-chicle llamado Daniel Pearson, el batería venezolano Demian Arriaga, y el mismo Kotzen, por supuesto.

Tras un comienzo con mucha clase, muy bluesy y hendrixiano, demostrando mucho groove y clase por parte de toda la banda. Después Kotzen presentó su primer, y casi único tema del último disco ‘Peace sing‘ que interpretaría durante la velada. Parecía que la noche se iba a centrar en las canciones y no iba a haber demasiada exhibición guitarrera… porque siguió con la primera baladita ‘Doing what the devil says to do‘.

Todo pintaba bien: calidad a raudales, absoluto control de la guitarra (me quedé absolutamente anonadado con el control del volumen de Richie, aunque ya lo había visto antes, y con el sonido de la Telecaster y el Cornford, que amplificador, por Dios), sección rítmica impecable…

Sigue la cosa con ‘Losing my mind‘, temazo en el que ya nos muestra que a pesar de ser el quinto concierto consecutivo de la gira española, su voz está intacta y bien engrasada, cosa que es patente durante todo el concierto. Hasta se permitió algún alarde que yo personalmente no había visto antes en Richie, quien por cierto siempre ha huido de la comparación con Glenn Hughes, pero a mí cada vez me recuerda más a mi héroe ex-Purple con su voz.

Pero lo que no debe hacer un artista de su talla, y aquí empieza la critica negativa, es dar la espalda a su público como lo hizo esa noche en Barakaldo. Tengo entendido que en el resto de los conciertos españoles hizo algo parecido. Siempre se ha dicho que éste personaje es un poco rarete y egocéntrico, pero lo que hizo no es de recibo. Gran parte del público que fue a verle tocar no pudo hacerlo, porque sólo la parte izquierda del escenario, y girando la cabeza, pudo ver los, por otra parte increíbles, solos de Kotzen. Me consta que hubo gente que se fue de la sala después de primera hora de concierto, hartos de la actitud del supuesto divo.

Esta bien ser escueto en tus comentarios entre canción y canción (inexistentes en la mayoría, sólo presentó los 2 únicos temas de ‘Peace sign‘ que tocó, y dijo que había cds en el merch). Pero dar la espalda cada vez que haces un solo… y estar 5 minutos así… pues no me parece de recibo.

Ya pasado el ecuador del concierto, los solos se hacían cada vez más largos. Aunque los intercalaba con temas como ‘Shine‘ de los adorados Mr. Big, un tema al que no puede renunciar en vivo, o ‘Remember‘, otra balada que no puede quitar del set-list. Pero la versión de ‘Shapes of Things‘ de los Yardbirds a mi personalmente se me hizo interminable.

Viendo a Kotzen percibo una contradicción: su concepto musical en las canciones es bastante purista, y como guitarrista rítmico también. Rock muy bien hecho, voz cristalina, mucha clase y groove… Pero cuando empiezan los solos en ocasiones se ve al Kotzen de antaño, el de los millones de notas y ligados por minuto, lo cual para un rato está bien, pero creo que a veces se sobra. Para alguien que toca la guitarra puede estar muy bien, pero el que va a escuchar buen rock puede llegar a aburrirse.

En definitiva, lo que sí está claro es que Richie es bueno en lo que hace, una técnica y un dominio de la guitarra como pocos, una voz impresionante, trajo una sección rítmica impecable, tiene algunos temas memorables, pero empañó un poco el concierto con su incomprensible actitud hacia el público y los interminables solos.

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