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In Vain ‘Mantra’

La joven y prometedora banda noruega nos presenta su segundo larga duración con la intención de consolidarse como grupo de referencia en la escena oscura escandinava. Con algunos matices nuevos en su sonido han conseguido que su trabajo llame la atención de muchos. Y desde luego, no es casualidad.

Su sonido mezcla influencias del pasado, principalmente del death metal, con muchas atmósferas, que lo acercan enormemente al doom metal. Además, aquí y allá han querido continuar jugando con un sonido progresivo que les lleva a emplear complejos compases. Dado lo largo de la mayoría de temas, que no bajan de los siete minutos, van combinando estos elementos para obtener un sonido propio pero cercano al oyente habituado a bandas como Opeth, Novembre o In Mourning . En muchas ocasiones acentúan esos cambios jugando con las diferentes voces, que van de las limpias a las voces death, tanto en grave como en más agudo. O como decía un amigo, la de sapo cabreado. Así con el tema inicial, ‘Captivating Solitude’ se centran principalmente en la atmósfera, mientras que acto seguido, con ‘Ain’t no lovin’ rinden homenaje a los clásicos del death metal, con un inicio que me ha recordado a los Morbid Angel de ‘Where the slim live’. Sin embargo, luego cambian eliminan peso dando de nuevo el papel principal a la ambientación y las voces limpias.

Después de la introductoria ‘Mannefall’, ‘On the banks of Mississippi’ repite esquemas, pero dando entrada por primera vez a los riffs algo más complejos, al tiempo que la base rítmica hace un gran trabajo, especialmente la batería, que lleva gran parte del peso del tema. Con ‘Dark prophets, black hearts’ volvemos a unos esquemas más orientados hacia el death, aunque en este caso, a una versión más melódica. Sin embargo, hacia el final el tema cambia completamente, en un giro melódico-instrumental típico de la bipolaridad de Opeth, puesto que al final vuelve al riff inicial, pesado y oscuro.

El tema que continua ‘Wayakin (The guardian spirit of Nez Perce)’ es bastante extraño. Comienza con una voz a lo ‘Number of the beast’ y sigue con un grito difícilmente calificable. Luego parece que va a sonar ‘Indians’ de Anthrax, pero al final el susto se queda en nada, y resulta ser un tema casi totalmente instrumental bastante interesante. También me recordó a los primeros Opeth el inicio de ‘Circle of agony’, que poco más tiene a destacar. En este punto me doy cuenta de que es la tercera canción seguida en que llegando al final sacan a relucir las guitarras acústicas y los sonidos más melódicos. Similar a las anteriores en cuanto a su descripción es ‘Sombre fall, burdened winter’, el tema más largo del trabajo y en la única en que vuelven a meter sonido de saxo, como hicieran en su primer lanzamiento. Finalmente, ‘Wayphearing stranger’ es una curiosidad, un tema acústico cuyo sonido no sabría si definir como de balada sureña o country.

Aquí tenéis pues un buen disco, trabajado desde la calidad compositiva, y con el que disfrutarán un amplio abanico de fans, desde los amantes del doom hasta los seguidores de las distintas variantes del death. Para que os hagais una idea de a qué suenan, os dejamos el video del tema que abre el plástico, en versión abreviada.

[Rating:8.5/10]

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