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Bruce Kullick ‘BK3’

Veneno en estado puro es lo que carga el interior del último disco del maestro Bruce Kulick. Un trabajo repleto de colaboraciones estelares que desciende sin condición hacia el abismo mas soporífero, monótono y desintegrador. El ex-Kiss dibuja en ‘BK3’ un entorno familiar, con un puñado de amigos haciéndole el favor de decorar un horripilante pastel de cumpleaños, el resultado no es otro que una mezcla de Hard Rock con tintes modernos y pinceladas de virtuosismo guitarrero que siendo lo mejor del disco, quedan disfrazadas bajo la terrible máscara que cuelgan las numerosas atrocidades compositivas.

Siendo el propio Bruce quien lidera la maquinaria a las voces y en los mandos de su instrumento (musical) favorito, el disco abre con un castañazo titulado ‘Fate’, donde únicamente se salva el buen colchón de guitarras que propone el artista, para después verse inmerso en un despropósito de pastillas y voces enterradas en profundas cuevas que destruyen totalmente el núcleo del tema en cuestión. En ‘Ain’t Gonna Die’, el bueno de Genne Simons (Kiss) acompaña a Kulick en otro acto nefasto que sigue la misma linea modernilla que nos encasqueta el equivocado guitarrista: Muy pesado, lento y aburrido.

Proseguimos con un sinfín de colaborados como John Corabi (Ex-Motley Crüe, Ex-Ratt), Dan Lavery (The Fray) o el inesquivable Tobias Sammet (Avantasia, Edguy) quien apoya al dueño en ‘I’m The Animal’ un tema mas encendido e interesante que todos los que le siguen, en un filtro totalmente Hard que escapa de los artificios varios que dispara el crudo.

En ‘Between The Lines’, quizás lo mejor del disco, el maestro Steve Lukather emplea sus dotes para completar una composición instrumental rockera, melódica y en definitiva muy acertada, que se sale del desgraciado nivel que define a este ‘BK3’. En ‘Life’ y aunque el corte en si siga dando la puñeta como sus hermano, podemos encontrar un curioso reel folklórico que nos despierta de la pesadilla por momentos. Original forma de incluir variaciones al estilo del propio Kulick.

En definitiva, ni es un disco virtuoso, ni es un buen disco de rock ni es un buen trabajo en general. Si os gustan las fotos de familia y los libretos con caras de muchos famosos, podríais fotocopiarlo de algún colega esquizofrénico y colgarlo en vuestra pared. De lo contrario ahorrad la crisis para cualquier otra pieza de rock, lo de Kulick que se lo devore el tiempo y el espacio.

[Rating:4/10]

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