Hace algún tiempo leí en una entrevista a Tobías Sammet que siempre lleva consigo una grabadora, de manera que en el momento en que le asalta una idea, puede plasmarla inmediatamente. Con este doble lanzamiento queda claro que sea cual sea el precio que pagó por esa grabadora, fue poco, porque le saca un tremendo partido.
Por si fuera poco uno, el proyecto Avantasia vuelve con un doble disco que devuelven a Sammet a los altares. Veintidós temas potentes, variados, con una aceptable proporción entre temas buenos y rellenos. Y como siempre, rodeado de grandes músicos y voces que complementan el gran trabajo de Sacha Paeth a las guitarras y trío Singer- Bonhke – Holzwarth a la batería.
Es de los dos el que más me ha gustado. Porque tendiendo parte de los mejores temas, tiene el mejor conjunto. Comienza con un potente tema de metal sinfónico, moderno pero elegante, largo, con buenos riffs y buenos coros y con el complemento vocal de Russell Allen y Jorn Lande. Sigue con ‘Wasteland’ un tema de power clásico, perfecto para traer a la memoria a aquel Michael Kiske que aquí asoma. Para dosificar un poco las energías, con ‘Scales of justice’ continúan con un tema algo más denso e inaccesible. No ayuda mucho la voz de Ripper Owens, que al menos a mi me pone un poco de los nervios. Sin duda un tema arriesgado.
‘Dying for an angel’, tema que abrió el apartado de videos, da paso a ‘Blizzarg on a broken mirror’, un medio tiempo no demasiado entretenido en el que André Matos se mueve con bastante dignidad. El tema lento ‘Runaway trains’ con Catley a la voz y ‘Crestfallen’, otro tema un poco más moderno, dan paso a ‘For ever is a long time, un medio tiempo bastante entretenido.
Terminamos con otro tema lento, ‘Black wings’, muy en el estilo Edguy. El último coletazo de puro nervio nos lo trae ‘States of matter’ en el que vuelve a intervenir Russell Allen. Y terminamos con ‘The edge’ un tema de corte épico, dejando un buen sabor de boca para cerrar la primera parte de la escucha.
Esta segunda parte del trabajo también comienza fuerte, con ‘Stargazers’, un tema igualmente largo y de corte más bien épico, y con el extra del cuarteto vocal que forman Sammet, Lande, Allen y Kiske. También le sigue un tema con doble bombo a pleno rendimiento, y en el que podemos recordar lo que Jens Johansson podía hacer. Tras ‘Your love is evil’, un medio tiempo sin nada reseñable, hace su aparición Jon Oliva en una de las canciones que más me han gustado. En la mejor onda Savatage o Trans Siberian Orchestra el enorme artista neoyorkino firma en ‘Death is just a feeling’ uno de los temas más redondos de todo el conjunto.
En ‘Rat race’ Bruce Kulick nos deleita con una versión bastante metálica de sí mismo. A partir de ahí, vienen algunos temas más intrascendentes como ‘Down in the dark’ o la balada ‘Blowing out the flame’, que no pasa de ser típica. Otro de los temas que me ha gustado de esta entrega ha sido ‘Symphony of life’, más que nada por lo sorprendente que resulta junto a los demás, pues es el único con voz femenina y se acerca bastante al estilo gótico, en su versión quizá más comercial.
La versión más rockera del proyecto Avantasia asoma la cabeza en ‘Alone I remember’, con un tremendo Lande. La despedida empieza a tomar forma con un tema de power clásico, ‘Promise Land, de la mano de Henjo Richter y unos grandiosos coros en el estribillo. Coros que continúan en ‘Journey to Arcadia’ un tema que sabe a cierre a lo grande, con ese rollito ‘todos juntos a cantar’.
Queda pues demostrado que Tobías Sammet no solo es un músico con mucho talento, sino que también sabe rodearse de un gran grupo de artistas a los que exprime con maestría acoplando sus respectivos estilos a los temas. ‘Angel of Babylon’ y ‘The wicked symphony’ son buenos discos, que combinan calidad y variedad. Os los recomiendo.
[Rating:9/10]