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Rant, Chuck Palahniuk (2007)

Es posible que este escritor de apellido difícil de deletrear sea desconocido por el gran público, pero cuenta con una inmensa legión de seguidores incondicionales. Y de best-sellers. El más conocido de todos, ‘Fight club’, era ya un libro de éxito antes de la brillante adaptación cinematográfica de David Fincher.

Rant es la biografía oral de Buster Casey, lo cual viene a significar que es como si estuviéramos leyendo el guión de un documental. El libro está compuesto por pequeñas declaraciones de gente que conoció a Rant –o Buster Casey– en vida, ya que en las primeras páginas descubrimos que el protagonista del ‘documental’ ha fallecido. En general, toda gran historia se suele caracterizar por un comienzo rotundo, que sobrecoge y engancha. Por desgracia, nos estamos acostumbrando a que en las novelas de hoy en día este comienzo sea un acontecimiento visualmente espectacular, en un lugar distinto al que se desarrolla el argumento principal de la obra, y muchas veces al estilo Hollywood, con muertes y explosiones.

He de decir que el comienzo de ‘Rant’ es de lo mejor que he leído últimamente, y Palahniuk es capaz de transmitirlo en el simple diálogo –o, mejor dicho, el recuerdo de uno de los personajes de dicha conversación– entre un granjero y un vendedor de coches en un avión. El vendedor le pregunta al granjero cómo se las ha apañado para conseguir volar gratis. Prefiero reservar la respuesta del aldeano para aquellos que quieran leerse el libro. No tiene desperdicio y, como digo, sumerge al lector en una espiral de carcajadas y sorpresas que le acompañarán hasta el insólito final.

La historia es tan absurda que cuesta creer que no sea cierta, al menos parte de ella. En español, el título se tradujo como ‘La vida de un asesino’, por lo que el lector no necesita llegar al primer capítulo para saber cómo se las gasta el protagonista. Sin embargo, el camino que lleva Rant para convertirse en un peligroso psicópata y, al mismo tiempo, en un líder espiritual, es algo que el lector va descubriendo al tiempo que disfruta del libro. Buster Casey –Rant es un apodo onomatopéyico que simula una arcada, debido a una de las ocurrencias de su infancia– puede llegar a adquirir varias personalidades. Sus padres le llaman por nombres distintos y, como se ha mencionado anteriormente, es héroe para muchos y villano para la mayoría de la Humanidad. Esta diversidad de personalidades en el chico es llevado hasta un extremo que el lector no puede llegar a imaginar. Palahniuk nos deja realmente boquiabiertos.

Casey suele tener la feliz ocurrencia de dejarse morder por animales salvajes que le transmiten la rabia, de la cual se trata, pero no tarda en volver a contraer. Esto, junto con el deseo que despierta en las chicas de su edad –quizá por el uso de las picaduras de viuda negra como Viagra particular–, desemboca en una pandemia que termina por convertirse en una auténtica lucha de clases. Aunque la historia arranca en un pueblo aparentemente normal de la América profunda, el desarrollo del libro nos hace ver que nos encontramos en un futuro cercano o en un Universo paralelo, en el cual la sociedad se divide entre los ‘perfectos’ daytimers, los que hacen vida durante el día, y los nighttimers, rebeldes sin causa, que ocupan la noche.

Tras una hilarante infancia rodeada de inexplicables riquezas, mordeduras de mapache y de viuda negra, y muertes de familiares, Rant decide emigrar a la gran ciudad animado por su padre. Allí se une a un extraño grupo de personajes –los party crashers– con una curiosa afición: perseguir con sus coches a otros compañeros de juego hasta chocar con ellos, lo suficientemente fuerte como para abollar el coche, pero no lo bastante como para dañar a los ocupantes. El porqué de este juego despierta un interesante debate sociológico entre los personajes del libro que cuentan sus testimonios, aunque sólo al final se descubrirá el verdadero objeto de tan curiosa afición.

Sin ninguna duda, el punto fuerte del libro es la capacidad de coger todos estos ingredientes –travesuras, mordeduras, muertes, rabia, pandemia, locura, party crashing, toque de queda, marginados y manadas de perros– y amasarlos de una manera suprema, de tal modo que al final cobran todo el sentido del mundo. Es uno de aquellos libros que sin duda merece la pena leer un par de veces para apreciarlo en su justa medida. Algunos de los libros que he comentado con anterioridad eran duros de leer, y así lo reconocí. Sin embargo, Rant es un libro original, incluso extraño, y que se disfruta de principio a fin.

Recomendado para: todo el mundo. Es fresco, fácil de leer, y al mismo tiempo muy original. Resulta increíble descubrir como el autor se las arregla para transmitir una historia muy compleja a modo de biografía oral –escrita, claro–.

No recomendado para: únicamente excluiría a lectores con una animadversión radical hacia la ficción.

El mejor escenario: sería genial hacer la experiencia de leerlo en grupo, con los amigos. En este sentido, puede que adquirirlo en audio-libro sea una buena idea.

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