Uno de los combos más irregulares de la escena metálica vuelve a sacar disco. Para la ocasión han recuperado a su vocalista original, el gran Jorn Lande, abandonando definitivamente el experimento con Mike DiMeo, que hacía aguas por todas partes. Sin embargo, esta novedad no es suficiente para sostener un disco que no pasa de los normalitos del género.
Y eso a pesar de que el inicial ‘Fiddle of time’ es un tema poderoso, con un ejemplo de los riffs que llevaron a Grapow a lo más alto. Los teclado de Axel Mackenrott lo inundan todo, y a la batería, el todoterreno Mike Terrana ejecuta sin piedad su conocida cantinela. Otro de los puntos fuertes del trabajo lo constituye sin duda la producción, con un sonido claro pero muy potente.
Enseguida nos sumergimos en temas un poco anodinos, como ‘Blow your winds’ o ‘Far from the end of the world’, sin nada concreto que destacar. En ‘Time to be king’ destaca únicamente el esfuerzo vocal de Lande en el estribillo. No es quizá hasta el medio tiempo ‘Lonely winds of war’ donde encontramos algo un poco distinto, aunque a estas alturas el teclado me carga un poco.
El tema ‘The dark road’ se soluciona con un buen montón de orquestaciones, aunque cada vez da más la impresión de que los temas empiezan a no tener demasiada historia. Aunque para romper esta tendencia tenemos ‘The sun is in your hands’ y ‘The black one’, algo más oscuras. A estas alturas, las actuaciones individuales, especialmente los solos de Grapow, van tomando cada vez más importancia.
El disco termina con ‘Blue Europa’ un tema bastante power con algún toque técnico, ‘Under the moon’ un tema bastante ecléctico y con la bonus track ‘Kisses from you’, sin duda el tema más fresco del trabajo, en uno onda similar a Queen. Así que, en resumen, tenemos un disco de los que sirven para que una banda siga en el candelero, pero que ni aporta nada nuevo ni deja nada para el recuerdo más allá de las buenas actuaciones individuales y una buena factura en la producción.
[Rating:7/10]
