En contadas ocasiones, el esfuerzo y el talento dan sus frutos. Es lo que ha ocurrido con los power metaleros belgas Iron Mask, que con sus notables discos han conseguido que una de las grandes, AFM, se fije en ellos y los fiche para el lanzamiento de este su cuarto disco.
Al frente de la nave, el virtuoso aunque poco conocido guitarrista, Dushan Petrosi, que pone su talento y creatividad al servicio del conjunto en vez de convertir el disco en un motivo para darse al onanismo sobre seis cuerdas. Y para demostrar que van en serio, han dado un paso más allá reforzando su formación con un vocalista de primer orden: Mark Boals. Además, en labores de apoyo cuentan con Oliver Hartmann y Goran Edman.
Desde un inicio, en el sonido general se aprecian las mejoras técnicas que conlleva trabajar con un sello potente. Tras la inevitable intro instrumental, nos atacan con el tema que da nombre al trabajo. Y aunque me habría gustado un punto más de velocidad en el primer tema, hay que reconocer que es un tema cargados de poderosos riffs y adornado con unos coros enormes. En ‘Broken Hero‘ hay una mayor carga melódica, que permite que Boals despliegue un amplio rango vocal y alguna de las cualidades que le han valido el crédito que tiene como gran voz europea.
Un disco que hará gozar a los amantes del power metal, que toca casi todos los palos relacionados con ese estilo.
En una onda más neoclásica tenemos temas como la veloz ‘Feel the fire‘ o con trabajados dúos de guitarra y teclado, que recuerdan a formaciones como Stratovarius o los extintos Kenziner. Con originales toques de música tradicional se presenta ‘Ghengis Khan‘, que comparte a su vez el carácter épico y grandiosa con ‘God punishes, I kill‘, en la que Petrosi sí tiene una aparición algo más destacada individualmente.
La trotona pero poco destacable ‘Rebel kid‘ da paso a uno de los cañonazos metálicos del disco, ‘Blizzard of doom‘, con una endiablada velocidad sabiamente mezclada con el toque neoclásico marca de la casa. Como contraste le sigue ‘The absence’, otro medio tiempo bastante intrascendente. Aun más lenta es ‘Magic sky requiem‘, un tema casi religioso que responde perfectamente a su nombre, y en el que los teclados, casi órgano de iglesia y la voz de Boals acompañad por Edman, absorben casi todo el protagonismo.
Para despertar de esta fase algo soporífera nos llega ‘Nosferatu‘, que combina con gracia la velocidad y brutalidad del power metal con el sonido recargado del metal neoclásico. No faltan los coros y el duo de solos que en esta parte final del disco es algo más habitual. Finalmente tenemos ‘When all braves fall‘, otro medio tiempo con buenos coros pensados para un potente directo, unos teclados galácticos y que coge algo de volecidad al final. Como sorpresa finla, tenemos la bonus track ‘Evil strikes in silence‘ un clásico corte power sin muchas pretensiones pero bastante entretenido.
En resumen, un disco que hará gozar a los amantes del power metal, que toca casi todos los palos relacionados con ese estilo, añade unas cuantas florituras que agradan sin saturar, una notable voz y una producción a la altura de los grandes, pero que no llegará todavía a acercarse al solicitado trono del metal clásico.
[Rating:8/10]