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Flying Colors ‘Flying Colors’

Flying Colors se trata de una nueva super formación que incluye entre sus componentes a insignes nombres del rock como son: Steve Morse (Dixie Dregs, Deep Purple), Casey McPherson, Dave LaRue (Joe Satriani, Dixie Dregs), Neal Morse (Spock’s Beard, Transatlantic) y Mike Portnoy (ex-Dream Theater, Adrenaline Mob).

Cuenta la historia que todo comenzó con la idea de juntar unos cuantos músicos virtuosos con una voz pop, para hacer algo moderno, pero al mismo tiempo un sabor a clásico. Y vaya si lo consiguieron. Sobre la técnica de cada uno poco podría decir. Flying colors presume de puras raza, y se nota por la forma de componer que todos están deseando que llegue su parte para adornar y exhibirse de la mejor forma posible.

En cuestión de canciones, ‘Blue Ocean‘ es como una gran improvisación, pero que va encajando poco a poco, como una partida de Tetris perfecta, hasta alcanzar unos de los estribillos más deslumbrantes del disco. En ‘Shoulda coulda woulda‘ nos reciben con un genial sonido clásico y agresivo al mismo tiempo. Una gran canción distorsionada escrita para agitar, provocar y disfrutar. En ella también podremos encontrar a Portnoy jugando un rato con toda su armería. ‘Kayla‘ es una brillante gema que oscila entre distintos grados de intensidad.

Flying Colors es un proyecto suntuoso, provisto de libertad compositiva y élite musical.

En ‘The Storm‘ tenemos rock melódico dulce, agradable e intenso, con un ligero toque progresivo, pero donde relucen sobretodo unos coros a los que es imposible resistirse. Junto a ‘Blue Ocean’, dos temas que arrasan en euforia. ‘Forever in a daze‘ intercala quizá de forma más evidente el factor virtoso, pero sin dejar tampoco a un lado la amplitud del estribillo.

No podía faltar tampoco un episodio tierno, que tiene lugar en ‘Everything changes‘. Balada acústica, que se despliega no obstante sobre diferentes texturas y un sabor añejo, donde como sin darte cuenta, emerge un excelente punteo de Morse. Pero una de las canciones de las que más quería hablar, y que llama la atención al minuto es ‘All falls down‘. Donde estas leyendas del progresivo se enfrascan en un ejercicio power, con sus estribillos gloriosos y todo el percal, piques de bajo guitarra y batería incluídos. No se, no se le puede negar una gran ejecución, pero la verdad es que me descolocó bastante. Poco tiene que ver por ejemplo con la azucarada ‘Fool in my heart‘, o la sí directamente progresiva, ‘Infinite fire‘.

De Steve Morse siempre me ha encantado la perfección y soltura que tiene, así como la controlada magnitud que posee para contribuir con cuerpo y alma en todo lo que toca. Mike Portnoy sacude con mucha fuerza, y aunque la producción está gobernada con firmeza, por momentos se le puede sentir desplegar con ganas sus arsenales de golpes. Los teclados de Neil Morse aportan ese punto clásico de academia, y al mismo tiempo el factor progresivo. LaRue por su parte intercepta a todos los demás con tenacidad y un punto de distorsión cuando es necesario, también velocidad y calidad. Mientras que de Casey llama la atención como comentaba antes el protagonismo que tienen los coros en gran parte de todo el disco. Estupenda voz además.

Flying Colors es un proyecto suntuoso, provisto de libertad compositiva y élite musical. Lo más complejo, y al mismo tiempo no tanto, de concebir un conjunto así, imagino que debe ser la química entre todos los participantes. En ese sentido se podría decir que podemos escuchar una gran compenetración, también protagonismo balanceado, y una barbaridad de influencias barajadas. El dilema pienso que estará en qué pensarán los aficionados al rock melódico puro, o los que lo son del rock progresivo. La portada es terrible, pero saber si se ajustará este disco a los oídos de todo el mundo va a ser cuestión de escucharlo.

[Rating:8.5/10]

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