Con las fuerzas parcialmente repuestas y muchas ganas de ver el desfile de bandas previsto para la segunda jornada, comparecimos a primerísimas hora en el recinto, a tiempo de ver cómo un furgón municipal de limpieza baldeaba con agua la zona de los escenarios principales. Un detalle más del cuidado de las pequeñas cosas que hacen más cómoda el paso de la gente por un festival.
El escenario principal se preparaba para la cometida de los death/black metaleros valencianos Noctem mientras la congregación de aficionados era aun modesta. Sin embargo, una vez comenzó a sonar la intro, la avalancha hacia la explanada principal fue notable. Ataviados con su elaborado maquillaje y macabra/sofisticada indumentaria, el grupo demostró por qué es una formación que empieza a hacerse un hueco es escenas tan exigentes como las escandinavas. Aprovechando la ligera brisa que corría hicieron el ventilador a tres melenas, mientras su vocalista Beleth desgarraba el espacio aéreo con temas como: ‘The arrival of the false gods‘, ‘Divinity‘ o ‘Under seas of silence‘. La única pega que se le pudo poner al show fue, de nuevo, el sonido, que tuvo tanta potencia como falta de definición. Desde una posición más atrasada se escuchaba algo mejor, pero nos habría gustado paladear con más detalle cada nota. Posteriormente confirmamos con el propio grupo que no fuimos los únicos en quedarnos con dicha sensación.
Decididos a dosificar algo más las energías hicimos un primer paso por la zona de prensa, por donde comenzaban a asomar algunas de las estrellas suecas que posteriormente repartirían en el festival. También pudimos ver una temible nube negra que se dirigía hacia nosotros, amenazante. Aunque finalmente no llegó a descargar, afortunadamente. En una rápida batida vimos unos temas de los metalcoretas británicos Architects en el escenario principal, donde se les veía cómodos ante una masa de gente ya digna de mención, y a los sorprendentes madrileños Adrift, que luchaban contra un deficiente sonido para hacernos llegar su violenta visión del sludge metal. Es otra de las formaciones de las que nos quedó ganas de más.
Terminada esta última descarga, nos dirigimos a buscar un puesto cómodo para ver a los suecos In Flames, primera de las bandas de gran calibre en descargar en esta jornada. Su setlist estuvo compuesto por temas de su época más reciente, siendo el tema más antiguo ‘Only for the weak‘. Anders estuvo muy comunicativo con el público, aunque éste no siempre respondió cómo esperaba, especialmente cuando invitó al público al desmelene, o cuando pidió que movieran los brazos en alto. Aún así, se vio al grupo muy motivado, como demuestran las instantáneas que tomamos de Bjorn o Niklas. Su sonido mejoró bastante lo que habíamos escuchado anteriormente y, pese a que me reconozco un fan de sus primeros trabajos, tengo que decir que fue una actuación enorme, a la altura del historial que arrastran.
Aprovechamos el final de su actuación para reponer combustible en algunos de los excelentes puestos de comida habilitados en el recinto, y nos dirigimos hacia la explanada principal para ver el show de los finlandeses Nightwish. Sinceramente hay que decir que fue lo mejor del día. El despliegue de sonido fue tremendo, desde la misma intro instrumental, con un espectáculo jalonado de espectaculares fuegos artificiales que acompañaban acompasados algunos de los temas de su set. Encima de las tablas se mostraron muy participativos, especialmente Marco Hietala y una Anette Olzon que no dejó de moverse de un lado a otro. Quizá la única tacha a una actuación sobresaliente fue la voz de la vocalista, que por momentos no estuvo del todo acertada. Salieron con toda la pompa de su último single, ‘Storytime‘ del más reciente trabajo ‘Imaginaerum‘, y continuaron con parte de su repertorio más aclamado del LP ‘Once‘ (2004) en adelante. Por lo que exceptuando ‘Come cover me‘, cayeron himnos como: ‘Wish I had an angel‘, ‘Nemo‘ o ‘Amaranth‘, todo siempre respaldado de una gran parafernalia escénica y dinamismo por parte del conjunto. Su actuación culminó con su versión de Gary Moore, ‘Over the hills and far away‘ seguida de otra instrumental.
A continuación, otra carrerita hacia el escenario Black Bikini para sentir el frío abrazo de la oscura melancolía de Katatonia. Creo que es el grupo internacional que más problemas tuvo con el sonido, llegando al punto de tener que detener el concierto durante unos diez minutos por problemas con su propio equipo, para desesperación de Jonas Renkse, que con manifiesta incomodidad intentaba acortar la espera dirigiéndose de forma intranquila al público. Esta interrupción les supuso montar aun más su actuación con la del segundo cabeza de cartel, por lo que nos perdimos el final de su set.
Dispuestos a ver un gran espectáculo, nos dirigimos a la explanada principal a unirnos a una marabunta de seguidores de Marilyn Manson que en ese momento ya abarrotaban el espacio. Sin duda fue el concierto más multitudinario del fin de semana, y por supuesto, no podían faltar algunos fans ataviados con algunas de las vestimentas que suele llevar el cantante americano. Allí vimos que una gran tela cubría todo el escenario, unos preparativos que presagiaban algo gordo. Con algo de retraso (curiosamente más que el ‘presunto tardón’ Axl Rose), comenzó a sonar una intro pero, para nuestra sorpresa, a la caída del telón no ocurrió nada reseñable, ningún despliegue de fuegos, luces o parafernalia que dejara al personal con la boca abierta. La verdad sea dicha, no somos grandes seguidores de MM y su obra, pero desde un punto de vista lo más objetivo posible podemos decir que el concierto que vimos nos dejó bastante indiferentes. Iban cayendo los temas, y ni el ritmo ni la intensidad de la ejecución conseguían engancharnos como lo hicieran otras formaciones igualmente desconocidas para nosotros. Quizá su actuación tiene mucho de pose, de presencia sobre el escenario. O quizá es que estábamos muy cansados. El hecho es que para nosotros no fue ni de lejos el concierto estrella de la jornada.
Con las fuerzas ya muy justas nos dirigimos por última vez hacia el Black Bikini. Allí íbamos a encontrarnos con una banda que, personalmente, ansiaba ver desde hacía mucho. Los suecos Opeth eran una tarea pendiente desde hacía mucho, y se da la mala suerte de que hemos tenido que coincidir cuando vienen presentando su setlist más ‘controvertido’. Salieron al escenario con ‘Devil’s Orchard‘, bandera de su último trabajo, que siguieron explorando con ‘I feel the dark‘. Mikael Åkerfeldt estuvo majo en su conversación con el público, incluso un poco demasiado graciosete en ocasiones. Hizo varias críticas a Manson, por las malas formas con que su equipo de seguridad los «echó» de los camerinos para que el divo saliera de los mismos, así como por las exigencias de éste respecto de la duración y horario de los conciertos de los demás grupos, cerrando el asunto con un sonoro ‘fucking cunt!‘. También dejó bien claro que la orientación de su último trabajo, ‘Heritage‘ (2011), es la que les sale del alma, cuando indicó que eso es lo que para ellos ha sido siempre la música. Su música. Aun así, no dejaron de sonar algunos temas death metaleros como ‘Heir Apparent‘, ‘The Grand Conjuration‘ o ‘Deliverance‘. El sonido fue bueno en general, aunque en las partes death las guitarras me sonaron un poco saturadas.
El broche a nuestro paso por este nuevo festival lo pusieron los madrileños Hamlet. Quienes a pesar de tener que lidiar con el cansancio acumulado del público, fueron capaces de levantar como un resorte a una muy importante cantidad de fieles que se acumulaban frente al escenario principal para ver su show. Lo de ver a Hamlet salir con la furia que lo hicieron, solo nos puso de manifiesto dos cosas. La primera, que hoy por hoy, son un estandarte y grupo imprescindible dentro de la historia musical de este país, por energía, por repertorio, por identidad y profesionalidad. Mientras que la segunda fue que en este Costa de Fuego, los grupos nacionales jugaron un papel tan importante o más incluso que las bandas extranjeras. Todos los grupos de casa lucharon por entusiasmar, y desde nuestro punto de vista lo consiguieron. En ese sentido Hamlet salió a por todas, y dejó su marca con una selección de himnos como: ‘Antes y después‘, ‘J.F.‘ que retumbó por toda la provincia, clásicos de siempre como ‘Habitación 106‘ o ‘Irracional‘, y una de las canciones que más satisfacciones les lleva dado dentro de su último disco, como es ‘Un mundo en pausa‘.
Así pues, en resumen, podemos hacer las siguientes conclusiones:
– A nivel organizativo y de infraestructuras, el festival es posiblemente de lo mejor que hay hoy en el territorio nacional. La ventaja que supone aprovechar las instalaciones preparadas para un festival supermasivo como el FIB son indiscutibles y mientras se sigan celebrando en fechas tan parejas, los que acudan a las futuras ediciones del Costa de Fuego gozarán de buenas instalaciones de comida (las mejores que nunca vi y probé), bebida, tickets, acampada, espacios, seguridad, parking, etc. Mención especial a la zona de prensa/VIP, un auténtico oasis.
– A nivel de cartel, el festival tendrá que esforzarse bastante en mejorar lo de este año. Hay que reconocer que el nivel de los grupos ha estado muy bien, pero hay que tener en cuenta un dato importante: casi todas las bandas nacionales de masas ya han pasado por allí. Hablo de: Barón Rojo, Obús, Hamlet, Angelus Apartida, Warcry o Dunedain, por nombrar algunas. Pocas quedan que tengan ese tirón, por lo que tendrán que hacer un gran esfuerzo en traer formaciones que hagan que la gente vuelva a acudir en masa, incluyendo unos cabezas de cartel algo más competitivos, en comparación con otros festivales.
– A nivel de horarios, está muy bien comenzar los conciertos sobre las 5 o 6 de la tarde, aunque con cuatro escenarios se vuelven inevitables los solapamientos. Es una pena tener que elegir a quién no ves y, aunque es imposible satisfacer a todo el mundo, habría que estudiar alguna fórmula.
– A nivel técnico, pensamos que el sonido podría ser mejorable. Nos faltó definición en muchas de las actuaciones y, aunque la nota general es buena, se puede mejorar. Mención especial merece el escenario del autobús, que aparte de estar bastante escondido, no nos parece la mejor opción para que desplieguen su actuación grupos de metal.
– Finalmente, a nivel de prensa se habrían agradecido más comunicados directos. Al margen de estar suscritos a su lista de distribución, de muchas cosas nos hemos tenido que enterar a través de su facebook oficial, y en base a consultarlo directamente. Que comprendemos su utilidad como herramienta de cara a transmitir con un gran alcance, pero en nuestro caso y para mantener informados también a los lectores, nos hubiese facilitado más el trabajo recibir información de forma más puntual y específica.
En resumen, estamos ante un festival que, puliendo varios detalles perfectamente explicables por tratarse de una primera edición, puede hacer historia en la escena metalera nacional. Y si no pasa nada, nosotros os lo seguiremos contando.
