Después de pasar una mañana de auténtico relax tras la penúltima jornada, el Sábado amanecía con ganas.
Nos llegaron noticias de que Here Comes The Kraken no iban a poder tocar, y que por lo tanto se habían modificado los horarios, de forma que apuramos la marcha para ver a The Eyes.
Los catalanes actuaban en la carpa del ciervo, y aunque sería la cuarta vez que los tendría delante, la verdad es que tenía muchas ganas de verlos. Llegaban con la reciente noticia de su separación, por lo que el concierto de hoy sería el último fuera de su tierra natal. Y en ese sentido… dieron un COOOONCIERTAAAAAZO. Se pudo apreciar toda la agresividad que llevaban contenida en un show sin descanso para nadie. Con guitarristas saltadores y walls of death incluídos. Es una pena que bandas como estas, que acaban de surgir como quien dice, se deshagan, ya que tenían un futuro inmediato más que prometedor. ¡Esperamos vuestra vuelta!
Mientras estaban The Eyes en escena, actuaba también Tim Vantoi en formato acústico en el “Arnette”, que sonó muy bien, y la gente lo disfrutó bastante. Fue un momento genial para que muchos aprovechasen a repostar y cargar pilas.
También llegaba la hora de SkarHead en el escenario principal. Un concierto que musicalmente fue bastante clásico, pero que en cuanto a nivel de entusiasmo dejó bastante que desear por parte de la banda neoyorquina. No lo terminé de comprender, teniendo en cuenta que beben de gente como Madball o Crown of Thornz. Resumen: sin pena ni gloria.
Más tarde aparecieron Deez Nuts en el Escenario “Jäger”. A los cuales no vimos, pero nos enteramos por lo que hablamos con otros compañeros que fue un concierto ameno, y lleno de buen rollo, que seguramente se recuerde en la siguiente edición.
Igual que había hecho Tim Vantoi anteriormente, Anti-flag ofrecieron un set acústico en el Arnette. Tuvieron bastante público para ser el mini-escenario, pero la gente cantó como si fuese la primera vez que tocaban. No estuvo mal, aunque a mi me sobraron los acústicos en el festival, parecían un poco de relleno.
Y por fin llegaba uno de los platos fuertes del día para nosotros, los albaceteños Angelus Apatrida. Creo que de todo el mundo es sabido que soy fan suyo desde hace años. Y que me hago kilómetros para dar y regalar con tal de verles. Pero sinceramente, en este Resurrection no tuvieron el sonido que se merecen. Como banda cumplieron con creces, y musicalmente ni os cuento, pero el sonido no acompañó. Desde un principio, a Guillermo casi no se le oía, y una de las guitarras parecía de adorno, aunque también sea dicho que según avanzaba el concierto iba mejorando, llegando a su fin casi como tenía que haber sido desde un principio. Cosas del directo!. Pero os voy a decir una cosa, aun con ese problemilla de sonido, fueron una de las bandas del festival. Y no es casualidad, ya que es el tercer año consecutivo que tocan en Viveiro, y eso, señoras y señores, no lo ha hecho ninguna banda todavía. Se curraron creo que el mismo set que la última vez que los había visto en el Derrame Rock, y no faltó la tralla para todo el que estaba allí. Empezaron con ‘You are Next’ de su último álbum ‘The Call’, y terminaron con el ya mítico wall of death con uno de sus himno-hits: ‘Give’em war’; y ‘Thrash Attack’ para rematar la faena. También sonaron clásicos de su repertorio como: ‘Versus the World’, ‘Blast Off’ o ‘ClockWork’.
Este año el público supo aguardar, ya que en otras ediciones no esperaban ni 5 segundos para salir disparados unos contra otros a repartir hostias a saco. BIEN! este año salió un wall of death bien!
Se fueron entre ovaciones, y para no variar, nos quedamos con ganas de más. El 9 de octubre los volveremos a ver, esta vez en Vigo.
A los que sí que vimos fue a Berri Txarrak, que la verdad gustaron mucho, ya que la gente por estas tierras los apoya de forma incondicional, y tienen muchos seguidores. Personalmente no he seguido mucho su trayectoria, y tampoco los había visto en directo, pero la verdad es que me entusiasmaron. Tuvieron un sonido contundente como pocas bandas en el festival, y por contundente me refiero a que todo sonó en su sitio, haciendo el conjunto casi perfecto. El público respondió a la perfección a una banda que se lo ganó de sobra, e incluso pidieron un “circle pit de esos que hacen las bandas en este festival”, y la gente se lo regaló; no me imaginaba esto para Berri Txarrak, pero muy bien. Tuvieron el detalle de dedicar un tema a The Eyes por su despedida, y hablando de los catalanes, mención especial para su batería, que saltó al público durante este concierto, y la hostia que se pegó no está escrita. Tremendo concierto de los navarros, que espero ver de nuevo ya con su discografía un poco más escuchada.
Al Monster se subían ahora Anti-Flag, banda mítica donde las haya, y que ya habían tocado en acústico en el “bochinche-escenario” Arnette. Se veía que la gente les tenía ganas, porque embravecieron cuando saltaron al escenario. Mención especial para dos cosas en este concierto. A la canción ‘Should I Stay or Should I Go’ de The Clash, que sonó cojonuda, y al batería Pat Thetic, que en la última canción montó un mini set de batería en el pit, y tocó entre un público que casi se lo come, ya que estaban flipando con aquello. De todas formas, no era la primera vez que pasaba algo así en el “Resu”.
OEEEE OEEEEE OEEEEEE…. Tranquilos todos que no pasa nada, pero siempre hay que celebrar la salida al escenario de unos señores llamados At the Gates, porque estos sí que son unos putos amos. Después de ver el concierto que dieron, me río yo de todos esos que ponían a parir al festival en el Facebook y Twitter diciendo que esta banda no pegaba en el cartel y demás soplapolleces. Los suecos patearon culos y más con temazos como: ‘Under a Serpent Sun’, ‘Suicide Nation’, ‘Blinded by Fire’ o ‘Slaugther of the Soul’. Dieron uno de los conciertos más completos del festival sin lugar a dudas, y hubo que aprovechar para verlos, porque a saber cuando podremos tener otra oportunidad. Particularmente me quedé más contento que Dios después de este concierto. Repitan conmigo. AT THE GATES!
Para cerrar el festival de esta edición de 2012 teníamos a los americanos Hatebreed. Con su hardcore eran de los más esperados, y no es que sea complicado verlos -hace no mucho los tuvimos en Vigo- pero es una banda muy muy querida, y con una legión de fans más que fiel. Estos tipos tienen fama de no fallar en sus conciertos y asegurar un disfrute cojonudo, y en el “Resu” cumplieron con las espectativas.
Desde la primera nota se le jodió el cable de la calma al público y despegaron del suelo; impresionaba bastante ver a más de 10.000 personas botar al unísono, engrandeciendo aún más a una banda que no lo necesitaba, pero ¿que cojones?, bienvenido sea ¿no?
Nos regalaron varios de sus temas más míticos como ‘Live for This’, o ‘Everyone Bleeds now’, y sobre todo, sobre todísimo, sobre todas las canciones, ‘DESTROY EVERYTHING’, que parece que la gente se lo tomó al pie de la letra, y las “capoeiras del metal” hicieron estragos. Grandísimo fin de fiesta para un Resurrection fest 2012 que se ha metido de cabeza en los festivales de referencia en el panorama europeo. Después vendría el turno de unos DJ’s, pero ni los vimos, lo sentimossss.
Tras saborear detenidamente el festi nos vamos con buen sabor de boca en general, pero lamentando no haber podido realizar nuestro trabajo en otras condiciones. Ya que en un evento de estas características, con una programación tan extensa, y varios días de duración, se vuelve muy necesario el acceso a un lugar donde recopilar lo que está sucediendo, organizarnos entre nosotros, o llevar a cabo entrevistas. Aun así y con todo, GRAN FESTIVAL. Nos vemos para el año que viene si seguimos vivos. ¡Saludos!
