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Bonafide en la sala Metalarium de Badajoz

No por nada a Badajoz se la conoce como ‘La ciudad sin ley’. Si a esto le sumamos la palabra Bonafide, la combinación puede ser tan explosiva como la TNT.

A las diez y media, y con una Sala Metalarium con ganas de rock n’ blues, los suecos subían al escenario, y comenzaban a calentar el ambiente con ‘Doing the pretty‘ de su último álbum. Le siguieron las potentes: ‘Dirt Bound‘ y ‘Better you up‘, y aún así… el público fue muy exigente, teniendo que recurrir a ‘The Mess‘, donde por fin la sala entera comenzó a saltar, y seguir vibrando también al ritmo de ‘No doubt about it‘, haciendo honor a su nombre. En ese momento también se sumó el público los coros sin dudarlo.

A pesar de todo, hubo un sector pintoresco dentro del aforo, que por momentos hizo pensar que el buen rollo y buen talante del grupo se acabarían, y terminarían transformándose en los noruegos Mayhem, haciendo escabechina a más de uno. Afortunadamente no fue así, gracias a que la mayor parte se encontraba disfrutando, y gracias a que demostraron ser unos auténticos artistas e imponerse ante momentos como aquellos, metiéndose en el bolsillo a todo el mundo.

La noche continuó con un setlist improvisado, y con canciones como ‘Hard livin’ man‘. Tras eso llegó un rompedor solo de batería a cargo del señor Niklas Matsson y un primer bis, donde la gente gritaba repetidamente: «Another one!».

Crónica y fotos de Bonafide en la Metalarium de Badajoz
«Fue una gran noche en la que la banda supo ganarse a la audiencia». Fotografía: JessyKiller

La segunda parte fue mucho más intensa, con un público que saltaba, coreaba y pedía cada vez más al grupo. También hubo espacio para las bromas y la complicidad con los fans, y para por supuesto, practicar español. Las expresiones: «de puta madre!» o «bocadillo de lomo con queso» se las llevaron bien aprendidas. Mientras todo eso pasaba, la cerveza no dejaba de correr, y durante este segundo tramo dieron buena cuenta a su EP, pasando por versiones como: ‘Highway to hell‘ (AC/DC), ‘I don’t need no doctor‘ (Ray Charles) y ‘I can’t explain‘ (The Who). A continuación llegaría un segundo bis, para acabar de destrozarnos a todos con unos potentes guitarrazos. Pontus también volvió a sorprender al público al tocar mientras caminaba por toda la sala, dando muestras de que es puro nervio y energía.

Uno de los momentos más entrañables, fue también cuando toda la banda se acercó al más joven headbanguero que andaba por allí, un niño de uno 8 o 9 años, al que Pontus regaló una de sus púas y al que tanto bajista (Martin) como el guitarrista (Mikael) intentaron meter el gusanillo del rock n’ roll. No creo equivocarme al afirmar que, pesa a algún que otro problemilla técnico con uno de los altavoces… fue una gran noche en la que la banda supo ganarse a la audiencia, y hacernos pasar un concierto que tanto la ciudad de «Badajoh!», como la Sala Metalarium tardarán en olvidar.

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