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Rob Zombie y Marilyn Manson en el O2 Arena de Londres

Anunciada por sus promotores como la única ocasión en la que podrías ver a estas dos malas bestias juntas de gira, este pasado mes de Septiembre arrancó en Estados Unidos la ‘Twins of Evil Tour’.

Un nombre morboso para presentar a dos ídolos modernos del shock-rock, en el que podría ser uno de los espectáculos más potentes del año a nivel de escenario. Con bastantes puntos en común entre ellos, a parte del estrictamente musical, como por ejemplo su pasado en influyentes grupos antes de renacer como proyectos egostáticos, White Zombie en el caso de Rob Zombie, y Marilyn Manson & The Spooky Kids en el caso del ‘Reverendo’, lo cierto es que nunca se habían cruzado sus carreras a este nivel. Ambos también son reconocidos internacionalmente por su proyección casi mesiánica a nivel de lírica y estética, pero centrándonos en lo que de verdad importa, que al fin y al cabo son las canciones, el duelo se presentaba sin precedentes.

Lo primero que sembró de polémica esta gira, fue la prácticamente inmediata, y previsible, tensión entre ambos por el nivel de protagonismo. Dicha tensión estalló en Detroit, cuando el set de Marilyn Manson se vio recortado. Este hecho produjo que el propio Manson culpara y amenazara en directo del suceso a Rob Zombie, quien en lugar de aclararlo, intercambió insultos en medio del show. Poco después, RZ explicaría lo sucedido a través de sus canales oficiales, lamentando personalmente el penoso enfrentamiento, y describiendo como el día del suceso MM había acumulado un retraso que tuvo que salir de su show, hecho que no tenía nada que ver con él o su equipo, y que posteriormente confirmaba también el propio MM a la Metal Hammer británica, alegando que llegó incluso a querer solucionarlo – infructuosamente – a golpe de dinero en efectivo.

Pero independientemente de la opinión que se pueda formar cada uno, polémicas a un lado, y antes de que comenzase el concierto propiamente dicho, tendríamos la actuación de un solitario DJ, al que le tocó la papeleta de poner música mientras se terminaba de llenar el O2. Aguantando como pudo, y mezclando a su manera canciones de Rammstein con Nine Inch Nails, Metallica y hasta Blur, tuvimos que padecerle hasta que se dio por completado el trámite. Técnicamente, la persona que se iba a ocupar de esta tarea, iba a ser Jonathan Davis (Korn), pero tras realizar varios shows en la parte americana del tour, decidió apearse alegando agotamiento por la completa agenda que había tenido con Korn.

«La escenografía y el propio Manson fueron cambiando de forma comedida, pasando por todas sus fases de terror-social-religioso-político, y un aire siniestrado de mártir rockero maniático.»

Fotos de Marilyn Manson en el 02 Arena Londres
‘Manson comenzó con ‘Hey, Cruel World…’. Durante esta parte, la decoración del escenario se centraba en una gran cruz de Lorena iluminada sobre su parte central, y a juego con un sobrio set también de cruces y telas al fondo.’ Fotografía: Gf/Bauer Griffin

Marilyn Manson comenzó como viene siendo habitual en su actual tour con ‘Hey, Cruel World…‘ de su ‘Born Villain‘, una canción que al combinar muchas pausas con distintos grados de tensión me resulta complicada para empezar un concierto, pero aún así también me parece de lo mejor que han grabado en los últimos años, y sea como fuere, con las primeras notas distorsionadas que dejaron caer, el O2 estalló en mil pedazos. La furia del centro del pit me desplazó hacia todos los lados del eje cartesiano, llegando a temer varias veces por mi vida. La decoración del escenario, aunque llamativa, tampoco era demasiado espectacular. Se centraba en una gran cruz de Lorena iluminada sobre su parte central, y a juego con un sobrio set también de cruces y telas al fondo. De su ‘Cruel World’ pasaron a la también intensa y popular ‘Disposable Teens‘. El centro del pit seguía siendo un partida de hipopótamos tragabolas, donde yo era la bola, y Manson traqueteaba por el escenario mientras arengaba a la Gran Bretaña. Con ‘The Love Song‘ no me quedó más remedio que retirarme unos metros de la escaramuza para ver como Manson aparecía con su hábito rojo y sulfatando a las primeras filas. Destacar la juerga y al mismo tiempo violencia que consiguieron transmitir con ‘mObscene‘, contrapuesta frontalmente por ejemplo con el bajón pseudo-glam de ‘Dope Show‘, o la tediosa ‘Slo-mo-tion‘. Con el fin de paliar esa decadencia en nivel de pulsaciones, unieron dos canciones que dejaron prácticamente idénticas, como son ‘Rock is dead‘ y la versión de ‘Personal Jesus‘ (Depeche Mode), para volver a caer de nuevo en las arenas movedizas de las – por otra parte – aclamadas ‘Sweet Dreams‘ y ‘Coma White‘. El último tramo de concierto lo dejaron reservado para sus dos himnos generacionales del odio más celebrados, ‘Antichrist Superstar‘ (con púlpito incluido) y ‘The Beautiful People‘, esta última para alucinación masiva de todo el pabellón.

Marilyn Manson y su banda dieron un show muy correcto, él como líder, y consciente de sus propias limitaciones, se concentró en canalizar la ira de los músicos mientras deambuló de un lado a otro soltando su discurso y cambiándose de ropa. Los que sí consiguieron absorber toda el entusiasmo del público, y devolverlo con una sobresaliente precisión de ejecución y sonido fueron su nuevo ejercito. La escenografía y el propio Manson fueron cambiando de forma comedida, pasando por todas sus fases de terror-social-religioso-político, y un aire siniestrado de mártir rockero maniático que tanto le ha gustado siempre exhibir.


Fotos de Rob Zombie y Marilyn Manson en el O2 Arena de Londres
Rob Zombie hoy por hoy es el rey en lo suyo, mezclando una estética de carnaval bizarro con terror ultra-kitsch y metal industrial technicolor. Fotografía: Burak Cingi

Tras los cambios oportunos en el atrezo del escenario, se podía percibir ya ligera impaciencia por ver salir a escena lo que para muchos era el plato fuerte de la noche. Cubriendo la parte frontal, se podía observar una gigantesca lona con un fotograma correspondiente al King Kong de 1933, alusión a la que el propio Zombie se refiere como posiblemente la primera película de terror que recuerda haber visto. Ajetreo de tramoyistas, expectación en aumento, y por fin suenan las notas del medley entre ‘Sawdust in the blood‘ y ‘Jesus Frankenstein‘ que están usando últimamente. El pit se desliza hacia delante mientras un gigantesco robot, fuego, fragmentos de películas, humo y pirotecnia acogen la llegada de los músicos a sus respectivos puestos. Al igual que me ocurrió con Manson, me parece un inicio complicado para un concierto, ya que en conjunto el medley se hace largo, y aunque ‘Jesus Frankenstein’ funciona como catalizador por dosis para dar la bienvenida, tampoco es que sea una canción especialmente inspirada. Lo siguiente que ocurrió sí que ya no dejó ninguna duda de donde nos encontrabamos.

Con el despliegue de ‘Superbeast‘, el escenario se envolvió completamente en llamas con un ritmo frenético y diabólico. El público manifestaba su euforia rebotando en masa, mientras un Zombie de 47 años y John 5 trotaban por el escenario de una punta a otra sin respirar por la boca. Le siguió una contundente pero más recogida ‘Meet the Creeper‘, dando salida también a uno de los varios artefactos gigantes que pasearían a lo largo de todo el show como respaldo visual. Breve ‘speech’ para encender los ánimos del respetable, y tocarle las bolas con el gusto de las británicas por las ‘boy bands’, hecho que empató con otra himno imprescindible suyo como la marchosa ‘Living Dead Girl‘. No faltó la presencia emblemática de White Zombie a través de las excelentes y celebradas ‘More Human Than Human‘, o el clásico ‘Thunder Kiss ’65‘, cuyo espectro netamente guitarrero permitió al bueno de John calentarnos las orejas con un dilatado y virtuoso solo. En los poco más de 60 minutos de concierto se vivieron situaciones épicas, como la provocada por una arrolladora ‘Scum of the Earth‘, que por momentos se les fue de las manos, o el fiestón salvaje que se montó en ‘Never Gonna Stop‘, ‘Sick Bubble-Gum‘ y ‘Dragula‘. Los tramos más pasivo/contemplativos tuvieron lugar durante ‘Mars Needs Women‘, con Zombie dando vueltas por el escenario sobre un furgo-trasto gigante, la ‘vaudevilliana’ ‘Pussy Liquor‘, o la incompleta versión de su antecedente generacional, ‘School’s Out‘ (Alice Cooper).

«En los poco más de 60 minutos de concierto se vivieron situaciones épicas, como la provocada por una arrolladora ‘Scum of the Earth’, o el fiestón salvaje que se montó en ‘Sick Bubble-Gum’ y ‘Dragula'»

Fotos de Rob Zombie y Marilyn Manson en el O2 Arena de Londres
‘Con el despliegue de ‘Superbeast‘, el escenario se envolvió completamente en llamas con un ritmo frenético y diabólico. El público manifestaba su euforia rebotando en masa’. Fotografía: Burak Cingi

Rob Zombie dieron un concierto impresionante, a la altura de cualquier expectativa, y acorde al emplazamiento donde se encontraban. En ningún momento dejó de suceder nada que no fuese llamativo, y para mi, que llevo siguiendo su carrera desde la primera grabación de White Zombie, es difícil mostrarse crítico y objetivo, porque era la primera vez que los veía, y durante toda la noche se me fueron amontonando y cruzando fragmentos de realidad con mi propia memoria estática.
Aunque puedan ser superados a nivel de escenografía o calidad de sonido por otras bandas, RZ hoy por hoy es el rey en lo suyo, mezclando una estética de carnaval bizarro con terror ultra-kitsch y metal industrial technicolor.


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