Fotografías: Reaktiu
Después de un inicio de año prometedor y con bastante movimiento, llegaba a Valencia una de las giras más esperadas de lo que llevamos de curso. Los franceses Gojira hacían parada en la ciudad y además, en día en festivo, lo que ayudó a que la sala presentara un lleno casi absoluto.
Con bastante puntualidad y con una sala ya bastante animada, aparecieron los también franceses Hypno5e. Fueron los únicos teloneros, pues la otra formación que ha venido acompañándoles en la gira, Kruger, eran baja anunciada desde hacía semanas.
La verdad es que me sorprendieron para bien. Lo poco que había escuchado de ellos no me había terminado de enganchar, pero en directo me convencieron más.
Su setlist lo conforman temas por lo general bastante largos y en los que combinan fases de un post-metal ambiental que se difuminaba entre el abundante humo que les echaban, con otras tan bestias como precisas. Demostraron un nivel técnico bastante notable, aunque si hay que ponerles un pero diría que en ocasiones las partes ambientales resultan un poco lentas. En resumen, que para no llevar una idea demasiado clara de lo que iba a encontrar, quedé sorprendido para bien.
Como he dicho antes, la expectación para ver a Gojira era grande. Para cuando les tocó el turno de salir a las tablas, la sala ya estaba a tope de gente. Especialmente gente joven, lo que opino que es buena noticia. Tras sumir el escenario en tinieblas con abundante humo, comenzó a sonar la intro ambiental. A los pocos segundos teníamos al cuarteto sobre el tablado repartiendo cera como si fuera la última vez.
«Todo fueron buenas noticias el pasado miércoles (…) Muy buen concierto de una banda internacional. Y por otro, la sala presentó un lleno total»
Desde la inicial ‘Explosia‘, los franceses se mostraron agresivos, precisos y muy intensos. Su actuación estuvo muy bien acompañada de unos juegos de luces que, si bien dificultaron la labor de los fotógrafos (que por primera vez en esta sala disponían de foso), hacían aún más grande cada nota, cada golpe de caja. Aunque desde las primeras filas se escuchaba con bastante nitidez, fue desde más atrás desde donde más disfruté del show.
La base rítmica es auténtica dinamita, con un Mario Duplantier que domina desde atrás con un despliegue de fuerza enorme y un Jean-Michel Labadie que suda la gota gorda retorciéndose en cada nota. La fuerza de Mario quedó plasmada en la escena final del show, cuando quiso tirar una baqueta al público y la dejó literalemente clavada en el techo. La labor de los guitarristas no es menor, pero sí que me dio la impresión de que Joe Duplantier llegaba justo de voz a la cita. Tiró en bastantes ocasiones de efectos y se quedó un poco corto en alguno de los puntos álgidos del setlist. Aun así, notable para su actuación, en especial por la destreza mostrada a la batería cuando, por un momento, cambió de puesto con su hermano.
El setlist fue muy similar al de las otras fechas, y solo se cayeron ‘Toxic Garbage Island‘ y alguna más. Sonaron, entre otras, la ya mencionada ‘Explosia‘, ‘Flying Whales‘, ‘Backbone‘, ‘The Heaviest Matter of the Universe‘, ‘L’Enfant Sauvage‘, ‘Liquid Fire‘, ‘Remembrance‘, ‘Wisdom Comes‘, ‘Oroborus‘, ‘Vacuity‘ o ‘The Gift of Guilt‘.
En resumen, todo fueron buenas noticias el pasado miércoles. Por un lado pudimos disfrutar de un muy buen concierto de una banda internacional. Y por otro, la sala presentó un lleno total, lo que siempre es buena noticia para los promotores. Ojalá que siga la racha.
