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Amorphis con Starkill en la Sala Rock City, Valencia

Fotografía: Reaktiu Página Oficial | Galería Amorphis

Noche redonda la que disfrutamos el pasado miércoles en la sala Rock City de Almássera (Valencia). Siempre es motivo de alegría que bandas con proyección internacional como Amorphis se posen aquí de vez en cuando. Y si además se marcan un concierto como el que presenciamos la sensación es de euforia.

A la fiesta se unieron los jóvenes Starkill, reciente fichaje de Century Media y que demostraron que no habían cruzado el charco desde Chicago para dejar pasar la oportunidad de hacerse notar y presentar a lo grande su único disco ‘Fires of life‘. Los videos que conocíamos de ellos ya nos anunciaban que su estilo mezcla el extreme power con voces guturales. Algo similar a grupos como Children of Bodom o Kalmah, pero con un sonido más americano. Sobre el escenario demostraron tener muy claras las ideas. Su líder, Parker Jameson, ejerce de vocalista y también de guitarra solista, así que acapara gran parte del protagonismo, ejerciendo de animador y también cumpliendo la función de presentar a los artistas principales de la noche.

En resumen, a tenor de lo visto, y dada su juventud, se les puede considerar un grupo muy prometedor de cara al futuro.

Después de la habitual pausa para preparar el escenario, las luces se apagaron, a la vez que desaparecía la música ambiente y la sala se llenaba de humo. Tras unos largos segundos hacían su entrada por primera vez en Valencia los finlandeses Amorphis. Aun tuvimos que contener el aliento mientras sonaba la intro de su último disco, ‘Circle‘, para comenzar a disfrutar de su majestuoso despliegue. Comenzaron con los dos primeros temas de sus discos ‘Circle‘ y ‘Skyforger‘, cerrando esa primera andanada brutal con una ‘Silver Bride‘ pletórica.

Si algo me llamó la atención en esos primeros compases fue encontrar a Tomi Joutsen algo fuera de tono en las voces melódicas, aspecto que mejoró cuando se pusieron a repasar temas de sus primeros discos y que corroboró en ‘The Wanderer‘.

Su puesta en escena mezcla la sobriedad con la que tocan los guitarras Esa y Tomi K., con el despliegue que hace Joutsen. Por medio, el bajista Niclas permanece como en un trance imbuido por la propia melodía.

Después de un buen puñado de buenos momentos más, de entre los que me quedo con ‘Nightbird’s song‘ y ‘The Smoke‘, llegó el momento de los bises, que cerraron a lo grande con ‘House of sleep‘, que nos recordaba que, siendo entre semana, era hora de volver a casa a disfrutar del buen sabor de boca que nos llevábamos.

En definitiva, una gran noche de las que no disfrutamos muchas en Valencia, y que sorprendentemente, no consiguió llenar la sala Rock City. Es una pena que la gente se perdiera un concierto así, pero habrá ocasiones en el futuro próximo de resarcirse.

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