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H.E.A.T. en The Garage, Londres

¿Con cuántas canciones de H.E.A.T puedes llegar a identificarte? El pasado viernes sentí que habían escrito para mí ‘Livin’ On The Run’: correr; ducharme; desayunar; hacer la maleta; trabajar; ir al aeropuerto; comer; pasar seguridad; arreglarme; siestear; aterrizar en Heathrow; coger el tren a Paddington; cenar; sortear el tráfico londinense hacia Islington; check in en el hotel; cambiarme de ropa; coger el metro a la sala; disfrutar del show; saludar a la sudorosa banda durante segundos en los 30 minutos que nos concedía la sala y en los instantes en los que pasaban por delante de mi puesto en la fila del merchandising…

¿Mereció la pena tanta precipitación? Podríamos preguntar a las 500 personas que estuvieron allí: la adrenalina se palpaba en el aire. Después me senté en la parada del autobús, esperando que se me bajara el subidón: no funcionó. Quizá es que había escogido la parada equivocada.

Es un clásico. Cada concierto de H.E.A.T fuera de España, el mismo ritual de reportera rockstar: camiseta Keep On Dreaming en el avión, Rayban Wayfarer y Cherry Coke. Añadámosle esta vez la comida japonesa. ¿Tiene el chirasi un efecto sedante sobre quien que va a reencontrarse con su grupo favorito? En todo caso, la pequeña cabezadita que eché en el avión, porque reactivó mis sentidos.

Atendiendo a las fotos promocionales y al nuevo disco, los tiernos chicos de Upplands-
Väsby se han vuelto malos por lo que había que adecuar el vestuario: cazadora negra de cuero, vestido ochentero micro y zapatos de cebra.

Después de recorrerte 1.364 kilómetros, una de las cosas que más puede fastidiarte es no llegar al show completo. Cuando comprobé que aunque me había perdido a los teloneros todavía estaba probando el roadie de H.E.A.T. me quedé flipada. ¡Lo había conseguido! ¡Todo había merecido la pena! ¡90 minutos de esta gira! Y todavía más: pude verlo desde la cuarta o quinta fila y desde mi flanco preferido, el izquierdo. El único punto negro es que el altavoz sólo me permitió disfrutar de las partes nobles del teclista. Hmm, ¿debería quejarme por eso? En cuanto a la organización, un elevador o una tarima hubieran favorecido al batería, que quedaba medio sepultado por la altura, aparte de tapado por el vocalista, y eso siempre ensombrece su actuación.

«Están aprendiendo a marchas forzadas y se convertirán en una alucinante banda de directo si no detienen su progresión, se autoexigen y se plantan para que no los vendan como guapitos mojabragas»

Resulta irónico que la entrada fuera para mayores de 14 años cuando la persona más joven podría tener 25; por mucho que les pese a promotores y demás y se empeñen en venderles como tal, H.E.A.T. no es un producto de marketing para quinceañeras más que en sus sueños húmedos de riqueza a cualquier precio: H.E.A.T. van a ser parte de la Historia.

Pero ahora centrémonos en el show.

Cada vez que la canción de Glenn Frey ‘The Heat Is On‘ introduce uno de sus conciertos, sabes que allí va a ocurrir algo especial y me pregunto qué pasaría si algún día se les ocurriera terminar con ‘Feel The Heat‘, una canción con gran carga sensual y emotiva, ¿no trata sobre eso el hard rock, sobre la sensualidad y la emoción?

Crónica del concierto de H.E.A.T. en The Garag
Atacaron con ‘Point Of No Return’. Y atacar es el término correcto porque desde esa primera canción hasta la última no fue el reprimido guitarrista Eric Rivers el que salió escena, si no la versión Mad Max-salvaje, sexy y decidido. Fotografía: Wildgirlsins

No se anduvieron con miramientos y atacaron con ‘Point Of No Return‘. Y atacar es el término correcto porque desde esa primera canción hasta la última no fue el reprimido guitarrista Eric Rivers el que salió escena, si no la versión Mad Max-salvaje, sexy y decidido- el Rivers que yo intuía y que siempre había fantaseado con ver. ¿Sería el influjo del cuero? El batería Crash tendrá que ejercitar más sus pectorales y sus abdominales para retener la atención de las féminas: el guerrero de la carretera ha llegado a la ciudad.
Y atacar es el término correcto cuando adaptaron las canciones a su vertiente más heavy y eligieron su repertorio más cañero.

Al frontman Erik Grönwall se le notó más contenido que el año pasado, quizá porque Rivers venía con fuerza desde la banda izquierda y el bajista Jimmy Jay aguijoneaba desde la derecha, y se agradeció ese nuevo equilibrio. El rubio del pelo rebelde no tuvo que esforzarse titánicamente porque la audiencia cantaba antes de que se dirigiera a ellos. “Somos H.E.A.T y representamos a Suecia. Estamos encantados de regresar. El show de Londres fue el mejor del tour de ‘Address The Nation‘, dijo para introducir ‘Inferno‘. Bueno, podía haber acabado allí, en el infierno, después de haber colado esa mentirijilla, no me hubiera importado pincharle en el culo con mi tridente. ¿Madrid, recuerdas, cariño? Te desvirgaste con el crowd surfing ante 600 personas y ahora lo incluyes en cada fecha.

Pero el vocalista no fue el único en dirigirse a los presentes. El apolíneo batería, Crash, también se apuntó. “estáis muy sexys esta noche”, piropeó antes de ‘Late Night Lady‘. Bueno, que yo recuerde, el único que iba sin camiseta era él. No sé si estaría sexy, pero hasta a él se le notó mejorado con su instrumento.

Un show especial requiere un momento especial y exclusivo y ese fue el de ‘In&Out Of Trouble‘. Si en el estreno mundial como cabezas de cartel -en Gotemburgo en noviembre de 2012- os contamos que se habían llevado al saxofonista del disco, en esta ocasión se trajeron a un segundo guitarrista, más concretamente a Herman Li de Dragonforce. Puedo aseguraros que fue un duelo más impresionante que el habitual de Grönwall a la armónica.

“El espectáculo comienza ahora”, aseguró el vocalista antes de ‘Beg Beg Beg‘, que siguen enlazando con ‘Rock’N’Roll‘ de Led Zeppelin. Quizá no se equivocaba porque la guitarra de Rivers en ‘Downtown‘ me dejó boquiabierta –sí, a mí, a la dama de hielo-. “Cada vez más Yngwie Malmsteen”, como concretaría Alraune, nuestra compañera de The Hardline web y Firebrand radio. Sí, el cachorrito ya da buenos zarpazos. ¡Cómo está empezando a tocar! Y esto es sólo el principio.

Dicen que cuando los dioses están celosos suelen probar a los humanos. En ‘Danger Road‘, el decimoquinto tema, se estropearon los micrófonos y a Grönwall no le quedó otro remedio que hacer crowd surfing, como después admitió con ironía, y nosotros tuvimos que conformarnos con la versión instrumental.

Afortunadamente pudieron arreglarlo para ‘Emergency‘, el último tema antes del bis, uno de los temas más destacables de su cuarto disco, ‘Tearing Down The Walls‘.

«Un show especial requiere un momento especial y exclusivo y ese fue el de ‘In&Out Of Trouble’ (…) Se trajeron a un segundo guitarrista, Herman Li de Dragonforce. Puedo aseguraros que fue un duelo más impresionante que el habitual»

Los bises fueron para ‘Address The Nation‘: la potente base rítmica de ‘Breaking The Silence‘ y el embriagador ‘Livin’ On The Run‘, el primer himno de la era Gronwäll. ¿Nivel de satisfacción? ‘10.000 Miles‘ me sigue sonando pobre en directo y demasiado pronto en la selección (la cuarta, en esta ocasión). Yo levantaría a Crash y le tendría metiendo hostias en plan tribal al inicio de la canción, como hizo en algún show televisivo. Cuando Crash se suelta también ofrece lo mejor y me apuesto a que todavía no hemos visto de él ni la mitad (musicalmente hablando; la otra mitad siempre se agradece haberla visto). Su directo ha mejorado una barbaridad desde el año pasado y lo atribuyo al mayor número de fechas contratadas. Les queda aprender a tocar solos convincentes y seleccionar los temas que les permitan aprovechar todos sus recursos. Personalmente dejar fuera canciones como ‘Cry’, en el que pueden meter una guitarra que te deje temblando o como ‘All The Nights‘, en el que sólo los teclados arropen al vocalista y dejar al público con carne de gallina me parece un error de base; deben arriesgar más y creerse que están en primera línea, no centrarse en los básicos para aprobar con un bien.

Están aprendiendo a marchas forzadas y se convertirán en una alucinante banda de directo si no detienen su progresión, se autoexigen y se plantan para que no los vendan como guapitos mojabragas: cuando se tiene talento, ser guapo es sólo un plus visual. Ahora tienen a un guitarrista artillero y a un frontman todoterreno que te rinde a sus pies con una mirada o con una sonrisa y que sale airoso de cada imprevisto, ¿qué hay de un frente rítmico que humedezca el suelo hasta Nueva Jersey?

Sí, cambié de parada de autobús. No me habían saciado los segundos de mis chicos calenturientos favoritos, aunque me llevara un abrazo de cada uno, alguno hasta efusivo. Me acerqué a Rivers y a Grönwall como la maneater de Hall&Oates. “Hola de nuevo, chicos. Estoy tan puesta que no podía regresar al hotel. Además, se me había olvidado deciros algo importante”. Se miran. “¿Puesta? ¿De drogas?”, me pregunta uno de ellos. “De adrenalina”, contesto.

Fue sólo el principio.

Luego recibieron mi tratamiento Crash y el fotógrafo de la banda. Como es tradición, no podía irme sin fotografiarme con Rivers y Crash. “Dos mejor que uno, ¿no?”, dije.

Continúan siendo muy buenos chicos, aunque ahora vistan de cuero y Grönwall te mire de forma que te haga plantearte tener tus próximos tres hijos con él. “¿Ya te vas?”, pregunta y luego te apachurra en un abrazo. Eres una chica dura, una rockstar de piernas kilométricas y tacones de cebra, y no vas a mirar atrás, ¿verdad? ¿O sí?

¿Qué qué fue lo importante que se me había olvidado decirles? Quizá algún día lo sepáis… o no.


Listado de canciones

01. Intro de Glenn Frey de Heat Is On
02. Intro tipo cuento
03. Point Of No Return
04. A Shot Of Redemption
05. Better Of Alone
06. 10.000 Miles
07. Solo de Rivers introduciendo It’s All About Tonight
08. Inferno
09. Tearing Down The Walls
10. Mannequin Show
11. In&Out Of Trouble (con guitarrista de Dragonforce)
12. Beg Beg Beg
13. Downtown
14. Enemy In Me
15. Danger Road
16. Emergency
17. Breaking The Silence
18. Livin’ On The Run[/tab]


ENGLISH VERSION

How many songs of H.E.A.T could you tell speak about your life? Last Friday I felt they had written for me Livin’ On The Run: run; have a shower; pack my bag; work; go to the airport; have lunch; go through security; doll up; have a siesta; land on Heathrow; catch the train to Paddington; have dinner; avoid the traffic from London towards Islington; check in in the hotel; change my clothes; take the tube to the venue; enjoy the show; greet the sweaty band during seconds in the 30 minutes that the venue allowed us and when they came across me in my place in the row to merchandise…

Was it worth it so much rush? We could ask to the 500 people that were there: the adrenaline could be felt in the air. When everything ended I sat down in the bus stop, waiting for the high to come down: it didn’t work. Maybe I had chosen the wrong bus stop.

It’s a tradition. Every concert of H.E.A.T. outside of Spain, the same ritual of rockstar reporter: t-shirt of Keep On Dreaming in the plane, Rayban Wayfarer and Cherry Coke. This time added Japanese food. Does chirasi have a soothing effect over somebody that’s going to meet back her favourite band? At least, the siesta in the plane reactivated my senses.

If we are to believe the promo shots and the new record, the tender guys of de Upplands-Väsby have turned bad so I had to adjust my clothes: black leather bomber, little 80s dress, and zebra heels.

After having travelled 1.364 kilometres, one of the things that would suck the most would be to miss a single minute of the show. When I realized that though I had missed the supporters the roadie of H.E.A.T was still checking, I flipped all the way around. I got it! Everything was worth it! 90 minutes of the tour! And even more: a place in the fourth or fifth row and from my favourite side, the left one. The only black spot was that the positions of the amplifier only allowed me enjoy the down half of the keyboardist. Hmm, should I complain about that? Speaking about the organization, a riser or a platform would had assisted the drummer, that seemed half buried by the height of the stage and covered by the singer, and that always shadows the performance.

Ironic how the age allowance was 14 years and over and the youngest person could be 25; though promoters and related insist on sell them as so, H.E.A.T. it is not a marketing product for teenagers but in their wet dreams of richness whatever the price: H.E.A.T. are going to be part of the History.

But now let’s focus on the show.

Every time that the song of Glenn Frey ‘The Heat Is On‘ introduces one of their shows, you know something special it’s about to happen and I wonder what would happen if one day they would decide to end with ‘Feel The Heat‘, a song with a big sensual and moving load, isn’t hard rock about that, about sensuality and emotion?

They had no mercy and attacked with ‘Point Of No Return‘. And attacking it’s the correct word because since that first song until the last one it wasn’t the repressed guitarist Eric Rivers who was on stage, but the mad max version –wild, sexy and driven- the Rivers I sensed and that I always fantasized about. Would the leather be the one to blame? Drummer Crash would have to train harder those pectorals and that six pack to keep the attention of females: the road warrior has come to town. And attacking it’s the correct Word when they adapted the songs to the heavier side and chose their toughest set list.

Frontman Erik Grönwall seemed more holded back than last year, perhaps because Rivers was pushing hard from the left side and the bassist Jimmy Jay spurred on him from the right one, and I was thankful for this new balance. The blonde with coarse hair didn’t have to make a big effort because the audience sang before that he addressed to them. “We are H.E.A.T and we represent Sweden. We are pleased to come back. The show of London was the best of the ‘Address The Nation tour‘, said, to introduce Inferno. Well, he could have ended there, in the inferno, after having told that little lie, I wouldn’t have minded poking my trident in his bottom. Madrid, do you remember, my dear? You lost virginity with crowd surfing in front of 600 people and now you include it in every date.

But the vocalist wasn’t the only one to speak to people. The Apollonian drummer, Crash, also joined. “You are very sexy tonight”, he made flatteries before ‘Late Night Lady‘. Well, as far as I remember, the only one with no t-shirt was him. I can’t tell if he was sexy or not, but I also noticed in him some improvements on his instrument.

A special show requires a special and an exclusive moment and that was ‘In&Out Of Trouble‘. If in the worldwide release as headliners- in Gothenburgh, November 2012- we told you that they had brang the saxophonist of the record, this time they brang a second guitarist, to be precise Herman Li of Dragonforce. I can tell you it was a more impressive duel than the ordinary one of Grönwall on the harmonica.

“The show starts now”, assured the singer before ‘Beg Beg Beg‘, that they keep on linking to ‘Rock’N’Roll‘ by Led Zeppelin. Maybe he wasn’t mistaken because the guitars of Rivers in ‘Downtown‘ left me open mouthed –yes, to me, Lady Ice-. “Every time he gets closer to Yngwie Malmsteen”, would precise Alraune, our mate of The Hardline and Firebrand radio. Yes, the puppy gives good snatches. How he’s beginning to play! And this is just the beginning.

Rumor has it that when Gods are jealous they test the humans. In ‘Danger Road‘, the fifteenth track, the microphones stopped working and Grönwall was left no other possibility than crowd surfing, as he later admitted with irony, and we had to put up with the instrumental version.

Fortunately, they could solve it for ‘Emergency‘, the last song before the encore, one of the best songs of their fourth record, ‘Tearing Down The Walls‘.

The encores were for ‘Address The Nation’: the catchy rhythm section of ‘Breaking The Silence‘ and the intoxicating ‘Livin’ On The Run‘, the first anthem of the Gronwäll age. Level of satisfaction? ‘10.000 Miles‘ keeps on looking poorly live and too soon in the list (the fourth, in this occasion). I would make Crash stand and have him beating the shit out of the drums in a tribal way in the start, as he did in some tv show. When Crash unleashes he also offers the best and I bet that we haven’t seen of him even the half (musically speaking; I always give thanks for seeing the other part). Their live has improved lots since last year and I attribute it to the increasing number of concerts. They still have to learn to play convincing solos and to select the songs that make the most of their resources. Personally I think that leaving out songs like ‘Cry‘, in which they can use some guitars that leave you trembling or ‘All The Nights‘, where only the keyboards dress the singer and leave the crowd with goose flesh it’s a fatal error; they should risk more and realize they are in the front line and shouldn’t focus on the basic to get just a pass.

They are learning very fast and they would become an impressive live band if they don’t stop progressing, are demanding with themselves and say enough to those who want to sell them as beautiful boys panty wetters: when you have talent, being handsome it’s just a visual extra. Now they have a gunner guitarist and a frontman that can do it all and that can make you surrender to his feet with one look or a smile and that comes out harmless from every problem, what about a rhythm front that wets the floor as far as New Jersey?

Yes, I went to another bus stop. Seconds of my favourite hot guys hadn’t satiate me, even if I have a hugh of every of them, some of them even affectionate. I reached Rivers and Grönwall as the maneater of Hall&Oates. “Hello again, guys. I am so high that I couldn’t go back to the hotel. And I had forgotten to say something important”. They look to each other. “High? On drugs?”, asked one of them. “On adrenaline”, I answered.

That was just the beginning.

Then Crash and the band’s photographer recibed also my special treatment. Following the tradition, I couldn’t leave without having taken a picture with Rivers and Crash. “Two better than one, isn’t it?”, I said.

They keep on being good guys, even now they are dressed in leather and Grönwall looks at you in a way that makes you wonder if you are not going to have with him your next three children. “Are you leaving now?”, he asks and then he squeezes you in a hugh. You are a tough girl, a Rockstar of non ending legs and zebra heels, and you are not going to turn around, are you? Sure?

That you want to know what I had forgotten to tell them? Maybe one day you’ll know… or not.

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