Hace apenas año y medio nos llegaba la noticia de un nuevo fichaje para el roster de Century Media. Se trataba de una joven formación, de nombre Starkill, procedente de Chicago que practicaba una salvaje y acelerada mezcla de estilos. Sin tiempo para presentaciones, nos vimos con dos videos en el archivo y con el anuncio de que iban a ser los teloneros de los finlandeses Amorphis a su paso por España. Hace solo unos días, volvíamos a tener noticias suyas en forma de primer single de un nuevo disco. Está claro que lo de estos chicos es la velocidad.
Y es que como ya comentamos en nuestras primeras escaramuzas con este cuarteto, lo suyo es un demoledor combinado de tres elementos: extreme power metal, death melódico y black sinfónico. Partiendo de esos tres elementos, las variables son muchas, pero en la mayoría de los casos encontramos voces guturales, batería desenfrenada o destacables solos de guitarra, por nombrar algunos de los elementos más comunes.
«Lo suyo es un demoledor combinado de extreme power metal, death melódico y black sinfónico. Partiendo de esos tres elementos, las variables son muchas»
Así, y tras una pequeña intro con varios instrumentos de cuerda y orquestaciones, ‘Be Dead or Die‘ nos asalta con una velocidad endemoniada, tanto en la batería como en las guitarras, mezclando un poco todos los elementos mencionados antes. ‘Winter desolation‘ nos trae unos extrañísimos punteos de guitarra que destacan entre una amalgama de momentos que nos dejan un tema raro, hecho como a trozos. Enlazado con el anterior viene ‘Breaking the madness‘, un tema de enfoque inicial más extreme power pero que despliega un poderoso abanico de orquestaciones para un final más épico y elegante.
Con ‘Virus of the mind‘ nos traen el primer medio tiempo del disco. Un acierto, desde mi punto de vista, cortar un poco tanto despliegue sonoro, aunque ni siquiera en este corte renuncian a apretarle al doble bombo. Tampoco me gusta un pelo el efecto de distorsión de voz. Siguiendo en la mejor fase del disco, ‘Skyward‘ se presenta como un tema imponente, con una batería mucho más moderada y un correcto equilibrio entre orquestaciones, melodía y unas guitarras que, si bien son algo repetitivas, aportan contundencia. Le sigue el que ha sido primer single del disco, ‘Before hope leaves‘, que si bien a primera vista se quedaba corto, en el conjunto del disco aporta una pausa y un equilibrio bastante acertado.
«Aunque reconozco que me costó varias escuchas poder meterme a fondo en este ‘Virus of the mind’, al final le he cogido el gusto»
Y justo después de la calma, la tempestad. Tras el tema más pausado del disco, siguen dos cortes con una clara ascendencia al back sinfónico, ‘Into destiny‘ y ‘God of this world‘ destacando el segundo de ellos por la ferocidad de su ejecución. Y tras la oscuridad, se hizo la luz, puesto que el grupo nos sorprende con ‘My catharsys‘, un tema de power metal que podían haber firmado los mismísimos Dragonforce. El trabajo termina con ‘Convergence‘, el que posiblemente sea el tema más intrascendente de los diez que componen este lanzamiento.
En resumen, y aunque reconozco que me costó varias escuchas poder meterme a fondo en este ‘Virus of the mind‘, al final le he cogido el gusto. Aunque al principio me resultó un tanto confuso y excesivamente acelerado y me pareció que abusaba del doble bombo, poco a poco he ido descubriendo matices que permiten disfrutar de la mezcla de estilos que mencionaba al comienzo. Si hay un pero que ponerle , y es bastante gordo, es que no me ha gustado nada la producción del sonido. La batería parece demasiado artificial, lo cual, combinado con la velocidad que alcanza en algunas fases hace que huela a programada a distancia. Tampoco me han gustado los efectos de voz utilizados aquí y allá. Es decir, que el apartado técnico desluce un poco el resultado final.
[Rating:7.5/10]