Reconozco que tras haber quedado un poco decepcionado con el último disco de los finlandeses Ensiferum ‘Unsung heroes‘ comentado aquí [6,5/10], temía que el grupo iniciase un peligroso descenso hasta el olvido, como ocurriera tiempo antes con formaciones como Norther, con las que algunos de sus miembros compartieron un pasado común.
Pero no. Por si quedaba alguna duda de lo que Ensiferum son todavía capaces de hacer este One Man Army ha vuelto a recordarme que aun son capaces de enseñar los dientes. Y para comprobarlo no hay más que dejar pasar la clásica intro (un must en todos sus discos) para llevarse una buena sacudida con ‘Axe of Judgement‘, uno de los temas más rápidos y bestias que ahora mismo puedo recordar. Con ‘Heathen horde‘ nos traen un medio tiempo clásico, con las señas de identidad del grupo e incluyendo los coros como arma de refuerzo.
El tema que da título al disco viene con el acelerador pisado. En su día fue el primer single, y sigue sonando tan potente como lo recordaba. Un nuevo tema intermedio da paso a la trotona ‘Warrior without a war‘, un corte profundamente épico, metal de batalla al más puro estilo vikingo, con un duelo de voces desgarradas coronado por un gran estribillo coral. Sigue un tema bastante de relleno. ‘Cry for the earth bounds‘ es posiblemente la canción con más coros de todo el trabajo, y que también se enreda en unas partes instrumentales excesivamente largas que no aportan nada especial.
No alcanza los niveles que tuvieron los primeros discos de Ensiferum (…) pero es una mejora en relación con su anterior lanzamiento. Se afianza el uso de los coros masivos y algunos arreglos orquestales, algo que será difícil de llevar al directo.
Para sacarnos del letargo, ‘Two of spades‘ nos devuelve a una ejecución enérgica y un ritmo alegre, coronado esta vez sí, por un estribillo con refuerzo coral mucho más dirigido a un directo. Eso sí, a mitad sorprende con un arranque totalmente discotequero. Es como si Tony Manero se apareciera vestido de vaquero en medio de un capítulo de Vikings. El genoma más puramente vikingo resurge en ‘My ancestor’s blood‘, un tema principalmente lento al que han sabido imprimirle un extra de fuerza en los momentos adecuados.
La parte culminante de la escucha llega en ‘Descendants, defiance, domination‘. Un tema que comienza con una lenta introducción instrumental y que poco a poco va ascendiendo, introduciendo la melodía principal, hasta alcanzar un clímax de épica y majestuosidad realmente sobresaliente. Y para culminar el disco, y como viene siendo habitual, el combo finlandés nos sumerge en su particular afición al country/western con un tema que resulta casi cómico y que se ha convertido en otro clásico de su discografía.
En resumen, One Man Army no alcanza los niveles que tuvieron los primeros discos de Ensiferum, quizá hasta From Afar, pero desde luego, es una mejora en relación con su anterior lanzamiento. Se afianza el uso de los coros masivos y algunos arreglos orquestales, algo que será difícil de llevar al directo. Pero también volvemos a tener temas de los que te dejan sin aliento, que era lo que más se echaba en falta en aquel Unsung Heroes. Es sobretodo un disco que vuelve a desprender la energía que se espera de un grupo de vikingos como este.