Estoy segura de que muchos (me incluyo) han estado esperando con ansias el nuevo trabajo de esta banda noruega de metal progresivo. Su último trabajo ‘Coal‘ fue de los que te dejan con ganas de más. Y eso es lo que nos han traído, un álbum más técnico, más personal y más progresivo si es que eso era posible…
Grabado entre Noruega y Suecia, el disco ha sido mezclado por Jens Bogren en los Fascination Street Studios (Opeth, Symphony X, Kreator).
El francés con residencia en Noruega “Nihil”, se ha encargado de la portada del disco con un concepto artístico tenebroso y psicodélico a la vez. El álbum en cambio, no resulta tenebroso, sino que más bien suena melancólico, algo que supongo que es inherente a este tipo de bandas escandinavas, pero eso es precisamente lo que más atractivo me parece de ellas.
La composición del álbum ha sido, en su mayoría, obra del vocalista y teclista de la banda Einar Solberg el cual anunciaba a los medios que “el disco ha sido el más difícil de escribir hasta el momento”. También, según él mismo, el más técnico y maduro, y salta a la vista en cuanto escuchas el primer tema: ‘The Price‘. Los riffs “entrecortados” con los que empieza esta pista son la clave, pero no os desvelo por qué, ya que creo que os daréis cuenta en cuanto escuchéis el disco una vez. Curioso el uso del sintetizador para éste tema. Aunque va a ser una constante durante todo el disco, en esta canción el contraste suena peculiar y le da un rollo diferente.
Con ‘Rewind‘ y ‘The Flood‘ llegamos al corazón del álbum. Los cambios en el primero, tienen más dinamismo. Es como el tema “himno” del disco, los samplers le dan un aire como “espacial” y las melodías son más optimistas. ‘Flood‘ sin embargo tiene una evolución interesante a base de transiciones muy pronunciadas entre cadenas de riffs hipnóticos y tramos grandilocuentes con coros a lo Devin Townsend.
‘Within My Fence‘ cambia el ritmo del álbum, la pista rompe la dinámica general para continuar con ‘Red‘. Este tema suena más oscuro que los anteriores y más complejo en composición. En ‘Moon‘ la atmósfera se vuelve más envolvente. Me ha llamado la atención aquí la batería, que se hace todavía más visible (ya lo resulta en el álbum al completo) y evoluciona después hacia melodías con más texturas para finalizar con un toque djentero que parece como un guiño anecdótico ya que sólo aparece aquí.
Y acabamos con ‘Down‘ y ‘Lower‘, siendo esta última la despedida trágica que me ha recordado a lo que podría ser la moraleja musical de una novela dramática.
Claro protagonismo durante todo el álbum para Einar Solberg. La autenticidad sigue presente (…) y me sigue gustando mucho el toque melodramático que saben darle a sus composiciones.
Claro protagonismo durante todo el álbum para Einar Solberg. Tanto en las líneas vocales, más agudas y limpias (se echa de menos el registro gutural), como en los coros, y por supuesto en el teclado. Las guitarras y bajo pasan a un segundo plano y el uso del sintetizador se vuelve imprescindible para dar cuerpo a unos temas que parecen, en algunos puntos, poco “llenos” por decirlo de alguna manera. Como sensación general, me ha faltado intensidad en este disco.
Diría que algunos temas incluso pueden resultar repetitivos ya que los riffs entrecortados quedan planos y al no enlazarse le dan, a mi forma de ver, cierta rigidez al resultado final. El uso del sintetizador en este álbum me tiene intrigada. En algunos puntos parece como que disuelve la sensación de rigidez que mencionaba antes y le da carisma al sonido del álbum en general, además de una sensación de continuidad que creo muy necesaria en la estructura de cualquier trabajo. También es un recurso muy bueno para diferenciar tramos en temas de 6-7 minutos que perderían todo encanto si no fuese por ello. Sin embargo noto un cambio de sonido con respecto a lo anterior bastante grande. No sé si hablar de giro en el concepto de la banda o de evolución lógica y natural hacia un sonido más propio y diferenciado.
La autenticidad sigue presente sin embargo en este grupo y me sigue gustando mucho el toque melodramático que saben darle a sus composiciones. Por encima de los tecnicismos creo que un buen disco es el que inspira al que lo escucha y en ese sentido Leprous sigue sabiendo cómo tocar la fibra sensible y transmitir emociones.