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V.I.L. ‘Requiem for a prayer’

La escena extrema nacional se ha caracterizado siempre por ser tan sólida y potente en su composición como exigua en cuanto a la cantidad de grupos que la integran. Es un pequeño círculo, que poco a poco se va agrandando y en el que se percibe una nota de hermandad y proximidad entre sus miembros más grande quizá que en otros estilos.

Dentro de esa escena extrema en los últimos meses hemos vivido la ascensión de los alcoyanos V.I.L (Virulenta Infección Letal). A lomos de su disco debut, ‘Requiem for a prayer‘, se han paseado por todos los escenarios donde les han invitado, consolidando las buenas referencias que ya traían en el macuto, con un directo demoledor. Y no es para menos, porque el trabajo demuestra que estos cuatro tíos van muy en serio.

Lo primero que llama la atención es la cuidada producción y el fantástico resultado final obtenido. Cada instrumento se distingue con total claridad sin que por ello se pierda un ápice de fuerza. También me ha llamado la atención la variedad de estilos que, dentro del abanico del metal extremo, asoman en los siete cortes (más una intro) que comprende este disco.

«En la escasa media hora de escucha os encontraréis una base rítmica atronadora, una guitarras que van desde sonidos afilados, casi punzantes, hasta los riffs más técnicos y una voz que aporta registros variados y versátiles»

Así, podemos encontrar desde el death técnico y old school de la inicial ‘Scent‘, pasando por un sonido algo más actual y acelerado en el tema que supuso el primer single, ‘My forgiveness‘ (cuyo video podéis ver aquí, otras como ‘Pride of Monkeys‘ o la combativa ‘Fight in the shadows‘ que mezclan el brutal death con un partes más cercanas al Groove y con voces slam, temas más técnicos, complejos y elaborados como ‘Virulent Lethal Infection‘ o ‘Nature for sale‘. La escucha termina con ‘Zorr@ mutantes‘, otra descacharrante exhibición de brutalidad que a buen seguro marca la diferencia en directo.

Así pues, en la escasa media hora de escucha os encontraréis una base rítmica atronadora, una guitarras que van desde sonidos afilados, casi punzantes, hasta los riffs más técnicos y una voz que aporta registros variados y versátiles, adaptados a las distintas partes de cada una de las composiciones. Si a todo ello sumamos el hambre y la actitud que demuestran cada vez que se suben a un escenario tenemos delante a una formación candidata a marcar una época en la escena extrema nacional.

LO MEJOR

Sonido perfecto.

LO PEOR

Que dure menos de media hora.

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