Algunos rockeros como los Rolling Stones hacen pactos con el diablo y se mantienen eternamente jóvenes. Otros directamente no quieren vivir para siempre como bien rezaba Lemmy en su famoso Ace of Spades, y es que el viejo Kilmister ya está algo cascado. Pese a sus casi 70 tacos, sigue dando la tabarra y así lo demuestra con ‘Bad Magic‘, el vigesimotercer larga duración de Mötorhead, que salió a finales de agosto.
‘Bad Magic‘ contiene 13 piezas, empezando por ‘Victory or Die‘, que suena potente y guarra al más puro estilo del trío británico. Más o menos igual que ‘Thunder & Lightning‘, arrancando más rápida y con un bajo más presente y sin dar un solo segundo de tregua.
‘Fire Storm Hotel‘ empieza con un riff muy rockandrollero, resultando un corte más calmado y fiestero. En el estribillo se nota especialmente que la voz cazallera de Lemmy empieza a llegar al límite, fruto de la edad y el Jack Daniels. El solo, pese a no ser un recital de técnica y virtuosismo, le va como anillo al dedo al tema.
‘Shoot Out All Of Your Lights‘ abre con un solo de batería que va poniendo a tono un corte con mucha miga. El riff del estribillo junto a los coros da un resultado potente. No obstante, la fórmula de los anteriores temas se repite: unos 3 minutos de duración de la canción con los mismos patrones, momento del solo de guitarra, etc.
Llega el turno de tres piezas que no superan los tres minutos de duración. ‘The Devil‘ apuesta por un tempo más lento, pero con un instrumental pesado (que no guarda muchos secretos y de ahí la escasa duración total). Le sigue ‘Electricity‘, que en 2:17 le da tiempo a repartir con un riff simple aunque enérgico, mientras que la batería se queda en segundo plano, resultando un conjunto repetitivo. ‘Evil Eye‘, con un lapso similar, es más de lo mismo: compases calcados y patrones muy similares, que dejan ganas de más.
‘Bad Magic’ es un disco del cual Mötorhead no puede presumir de haber arriesgado musicalmente ni haber experimentado mucho. Pese a ello, juega bien sus bazas y aprovecha sus puntos fuertes
‘Teach Them How To Bleed‘ va con más de lo mismo: un solo de guitarra con más chicha y extensión para explayarse, y la outro al estilo rock and roll más clásico son los dos puntos a destacar.
‘Till The End‘ resulta ser una pieza muy melódica. Una muy buena balada con ribetes hímnicos que demuestra que la velocidad y la potencia no lo son todo, aportando variedad a un álbum que estaba empezando a ser un poco cansino en ciertos aspectos. Aun con todo, tiene su característico pasaje de guitarra con un solo de guitarra que goza de gran protagonismo al no tener una batería agujereando los parches de fondo ni el monstruoso bajo de Lemmy repartiendo cera.
Después de disfrutar de ‘Till The End‘, que puede hacerse corto aun siendo el tema original más largo del LP, llega la hora de ‘Tell Me Who To Kill‘ recuperando todos los decibelios sacrificados. La distorsión retorna con unos buenos riffs y un bajo que suena fenomenal de fondo. La sección de cuerdas se muestra muy a la altura, un poco de innovación en la percusión no le hubiera venido nada mal.
Vamos entrando en la recta final con ‘Choking On Your Screams‘, que sigue los pasos de su antecesora pero con un puntillo más sombrío y apagado. Aquí la cascada voz de Lemmy encaja de lujo, compensando la falta de fragmentos que aporten variedad al conjunto. La penúltima canción, titulada ‘When The Sky Comes Looking For You‘, es semejante al resto. Los punteos de Phil Campbell le dan ese toque cañero a la par que Mikkey se limita a ir marcando con una base sencilla pero contundente.
El último track es una cover de la conocida y mística ‘Sympathy For The Devil‘ de los Rolling Stones, que lleva el toque personal de la casa. La percusión pasa de los bongos a los parches de la batería de Mikkey mientras Lemmy va cantando las estrofas y aportando con sus cuatro cuerdas. No es hasta el 1:50 cuando arranca del todo Phil con una parte más agitada. Los arreglos dejan en general un buen sabor de boca, cumpliendo las dos bases necesarias para clavar una cover: innovar y dejar el punto personal de la banda impreso en ella pero sin destrozar la versión primitiva.
En el cómputo global, es un disco del cual Mötorhead no puede presumir de haber arriesgado musicalmente ni haber experimentado mucho. Pese a ello, juega bien sus bazas y aprovecha sus puntos fuertes, dejando grandes obras y demostrando que aún con los años, Lemmy todavía es capaz de crear buenas obras en el estudio.
La potencia, velocidad y agresividad de Mötorhead de siempre. Sin grandes alardes y sin muchas complicaciones, los británicos cumplen su cometido.
Con 22 álbumes a sus espaldas, todavía son capaces de engendrar obras notables y deleitar a su público más clásico con su sello personal.
Lemmy sigue machacando en estudio y ampliando su legado, algo de lo que no todos pueden presumir.
Para los más escépticos, puede resultar monótono a causa de la poca variedad en general. Es como AC/DC, que sin experimentar mucho y repitiendo la misma fórmula, consiguen lo que buscan.
Que Lemmy en directo ya no dé para más y haya cancelado fechas de la gira de éste álbum, dejando a muchos fans en la estacada y otros tantos asustados por su deteriorado estado de salud.