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Hammer Fest en la sala Agora Live, Valencia

Llegó el 7 de noviembre, el Hammer Fest y el torbellino de caos y destrucción comenzó a asolar Valencia. En Agora Live se concentraba un monstruoso cartel de metal extremo para deleite del personal con nueve bandazas dispuestas a armarla gorda. Dentro del sitio aguardaban un par de tenderetes repletos de merchandising variado, tanto de las bandas presentes como un popurrí de otras tantas del mismo estilo. La barra también contaba con precios relativamente asequibles. En un principio, todo pintaba más que mejor para dar la campanada esa noche.

El festival comenzaba originalmente a las 17:30, pero no lo hizo hasta las 18:00 y con todavía poco público presente. Los encargados de abrir fuego fueron los madrileños Tötenwolf, que practican un thrash/black muy punkarra, al estilo guarrete old-school y con el añadido de teclados en algunas canciones para añadirle un tono tétrico a sus temas. Tuvieron media horita que usaron sin complicarse, dedicándose únicamente a tocar. El juego vocal fue de lo mejor, repartido entre su cantante y su teclista. A estas alturas el público permanecía bastante parado y todavía frío, así que no fue el inicio de velada esperado. Su último tema fue una cover de Parálisis Permanente, “Un Día En Texas”.

«La organización, el esfuerzo en inversión respecto a medios, tiempo y dinero y especialmente las actuaciones cumplieron las expectativas (…) Esperemos que Hammer Fest esté en nuestros calendarios en 2016»

Los segundos eran Necromutilator, banda italiana de black/thrash que venía dispuesta a hacer de su media hora de actuación una batalla campal. La formación era la clásica power trío, con su guitarrista zurdo al micro acompañado de bajo y batería. Estos tuvieron un directo mucho más agresivo y afilado que Tötenwolf, lo que parecía en un principio que animaría a la gente para soltarse la melena. Pese a las expectativas, no fue así y su brutal despliegue no terminó de convencer a las masas para calentar el cotarro, y la cosa se estaba poniendo chunga por momentos.

Hammer Fest en la sala Agora Live, Valencia
Tras su pedazo de intro (fragmento del film The Warriors), salía a escena el cuarteto blackthrasher Körgull The Exterminator. De la mano de su imponente y veterana cantante, Lilith. Fotografía: Sandra Muñoz

Las tornas cambiaron de la mano de Devotion. Sus cinco miembros sonaron contundentes desde el primer minuto sin necesidad de ir a tope, y es que sus juegos de cambio de tempo y la variedad en los patrones compositivos fueron su gran baza para la tarde. El death metal que practicaron ya comenzó a llamar la atención del público, que poco a poco iba llenando espacio en la sala y los más melómanos y desenfadados ya agitaban sus cabelleras sin piedad. En general sonaron muy correctos y variados, siendo hasta el momento los más llamativos. Comenzaba a gestarse un poco de ambiente por el momento…

Marthyrium tardaron un poco en empezar debido a problemas con el bajo, aunque cuando lo hicieron, lo hicieron bien. Los gallegos fueron a piñón y repartieron dosis de black metal por doquier a todos los presentes. Aunque no fue mi actuación favorita de la noche, lo hicieron correctamente supliendo los errores técnicos de antes de arrancar, aunque les faltó algo de chispa para destacar en un festival con bandas de estilos tan similares. A estas alturas la sala mostraba ya mejor aspecto respecto a afluencia.

Tocaba el turno de Körgull The Exterminator. Tras su pedazo de intro (fragmento de audio de la película The Warriors en que Luther choca los botellines con sus dedos mientras incita a los guerreros a “salir a jugar”), salía a escena el cuarteto blackthrasher. De la mano de su imponente y veterana cantante, Lilith, y su micro de medio pie tuneado con madera y clavos en forma de cruz invertida, hicieron de sus 45 minutos de actuación un terremoto de decibelios. Los primeros 20 minutos dieron la talla, aunque me resultaron un poco repetitivos a la postre y a la segunda parte de su actuación le presté menos atención ya que sonaban algo saturados y el panorama no tenía pinta de cambiar.

Ketzer eran los primeros en gozar de una hora entera de tiempo para su actuación. Su repertorio, que se basó en sus primeros trabajos, sonó contundente e incisivo, y es que los alemanes también tenían ganas de dejar el pabellón bien alto. El sonido les acompañó y se aprovecharon de ello, dejando algunos de los mejores momentos del evento. El respetable se mostraba receptivo y el ambiente fue agradable, donde reinó la descarga de adrenalina, sobre todo en las primeras filas. El último tercio de su actuación lo pasé en el exterior tomándome un respiro puesto que aún quedaban los pesos pesados en el cartel.

En el momento de Graveyard se acumulaba más de una hora de retraso en los horarios establecidos en un principio. Pese a ello, los barceloneses contaban ya con el máximo número de asistentes de la noche, que fue menos de lo esperado para un evento de este calibre, aproximadamente media sala llena. El quinteto catalán dio todo de sí, con buenas bases y un sonido correcto.

«El atronador death metal de los griegos Dead Congregation fue de lo mejor que pudieron escuchar los oídos de los presentes y la puntilla a un festival que fue mejorando paulatinamente en casi todos los aspectos»

Los suecos Interment tenían un gran objetivo, y es el de cumplir las expectativas de cabeza de cartel junto a Dead Congregation. Pese a ello, lo hicieron fenomenal, con un death metal a lo vieja escuela que supo a gloria. Una actuación de sobresaliente, de lo mejor de la noche sin ninguna duda: grandes riffs, batería machacona, una muy correcta puesta en escena y por supuesto un enorme vocalista, cuyo trabajo fue de lo más destacable en lo individual de la noche. Se notaba la veteranía de la banda y su puesta a punto en un show que estuvo impecable. Su cantante además me pareció de los más cercanos con el público pese a las diferencias lingüísticas, algo que echaba un poquito en falta porque en general las bandas no dedicaron mucho tiempo precisamente a hablar con el público ya que el reloj iba en contra de todos.

Hammer Fest en la sala Agora Live, Valencia
Dead Congregation acabaron de arrasar por completo con un despliegue impresionante, con muchas ganas y actitud para cerrar el evento. Fotografía: Sandra Muñoz

Debido al ya comentado retraso acumulado, Dead Congregation comenzó muy poco antes de que tuviera que irme. Sin embargo, me dio tiempo a visionar una pequeña porción de su esperadísimo show. Los griegos acabaron de arrasar por completo con un despliegue impresionante, con muchas ganas y actitud para cerrar el evento. Su puesta en escena también fue un punto positivo ya que no se limitaron a quedarse quietos tocando, cosa que se agradeció aunque el ambiente ya no iba a mejorar mucho más. Su atronador death metal fue de lo mejor que pudieron escuchar los oídos de los presentes y la puntilla a un festival que fue mejorando paulatinamente en casi todos los aspectos.

En líneas generales, la organización, el esfuerzo en inversión por parte de HammerAgency respecto a medios, tiempo y dinero y especialmente las actuaciones cumplieron las expectativas y quedaron muy por encima de la asistencia esperada, aunque lo cierto es que el sonido del recinto pudo ser un poco mejor. Una auténtica lástima que un evento de este calibre no haya petado la sala, y es que habían numerosos espectadores que provenían de diferentes puntos de España, pero no fueron los suficientes. Tan solo nos queda esperar que Hammer Fest esté en nuestros calendarios en 2016 dispuestos a volarnos los sesos de nuevo con más metal extremo.

Fotografías: Sandra Muñoz (HammerAgency)

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