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El otro lado del metal (XX): Ojete Mordaza II «Las cosas no pasan por casualidad, tienes que trabajar y sacrificar muchísimas cosas»

Nombre: Ojete Mordaza II
Profesión actual: Consultor tecnológico / Endorser de UFIP
Grupos relacionados: Obsidian Kingdom
Puesto dentro del grupo: Batería, programación
Enlaces relacionados: Página oficial Obsidian Kingdom

01. Cuéntanos quién eres, y cuál es la faceta por la que te conocemos en el mundillo.

Soy Ojete Mordaza II y me encargo principalmente de la percusión analógica y digital en Obsidian Kingdom.

02. ¿Cuánto tiempo llevas tocando? ¿Y en tu grupo?

Tocando la batería unos diez años, y en el grupo cinco.

03. ¿Cómo describirías el proceso de pasar de ser un fan a subirse al escenario?

Es un viaje duro pero que proporciona una gran satisfacción. Para llegar hasta ahí arriba has debido hacer unos sacrificios de todo tipo que no imaginabas cuando solo eras un fan, y cambia mucho tu percepción de la industria y, por qué no decirlo, de la vida en general. Es un aprendizaje completo.

«Para subirse al escenario has debido hacer unos sacrificios de todo tipo que no imaginabas cuando solo eras un fan, y cambia mucho tu percepción de la industria y, por qué no decirlo, de la vida en general. Es un aprendizaje completo»

04. ¿Tuviste algún tipo de formación musical o eres totalmente autodidacta?

Soy totalmente autodidacta. He estudiado algo de teoría musical por mi cuenta en varias ocasiones para complementar mis habilidades, pero nunca tengo ni el tiempo ni la disciplina necesarias para estudiar, así que acabo olvidando casi todo. Al final me las acabo apañando, pero es una asignatura pendiente.

05. España siempre parece un lugar improbable para lograr el éxito con el rock/metal ¿Qué opinas de esta tendencia?

No estoy de acuerdo con que exista ese problema, o al menos no de esa manera. Si tuviera que señalar un problema en el país, iría más a las bandas que a lo que tú comentas, que parece más bien dirigido al criterio del público y los medios. Muchas bandas de este país siguen inmersas en una visión romántica de la industria que no termino de saber de dónde han sacado, porque es todo lo contrario a la realidad. Mientras sigamos creyendo que podemos sacar un disco, ponerlo en descarga directa, crearnos una página de Facebook y esperar a que nos llamen promotores de todo el mundo para ser teloneros de nuestras bandas favoritas, seguiremos teniendo este problema.

No importa que hagas una música excelente (lo cual, además, siempre quedará sujeto al criterio del oyente). Necesitas crear contactos, invertir en promoción, diseño, equipo, asociarte con figuras que te permitan acceder al circuito apropiado para tu banda y trabajar cada día todos estos elementos para que las cosas se muevan. Las cosas no pasan por casualidad, tienes que trabajar y sacrificar muchísimas cosas, y aun así la garantía de tener éxito es nula. Puesto así suena desolador, pero para nosotros supone un reto que nos motiva día a día.

«Muchas bandas de este país siguen inmersas en una visión romántica de la industria que no termino de saber de dónde han sacado, porque es todo lo contrario a la realidad»

06. ¿Cómo destacar frente a las demás bandas?

He de decir que el objetivo en sí no es destacar por encima de los demás, sino hacer todo lo posible por llevar el proyecto a la mayor cantidad de gente posible. Estamos aquí para pasarlo bien y que la gente disfrute con nosotros cada vez que ponga un disco nuestro, vea uno de nuestros videoclips o asista a uno de nuestros conciertos. Ahora voy a decir un montón de cosas que suenan a que esto es una empresa que fabrica y vende churros, pero que conste que de verdad la experiencia me ha enseñado que, para tener la oportunidad de estar sobre un escenario a miles de kilómetros de mi casa, hay que hacer todas estas cosas que nada tienen que ver con escribir canciones o interpretarlas.

Para destacar claro que es necesario escribir canciones buenísimas, pero llegarás a poca gente si solo haces eso. Sí, hay que prestar atención a la música, pero también a todos los otros elementos que giran alrededor de la banda: el aspecto visual, la puesta en escena, rodearte de un equipo técnico excepcional, cuidar las relaciones con la prensa, promotores, agentes varios de la industria… la lista es inacabable. Todo eso eleva el proyecto a un nivel distinto, y con el trabajo conjunto de toda esa gente es como puedes hacer que, cada noche, la gente que te va a ver se vuelva a casa con una sonrisa imborrable en la cara.

07. ¿A qué te dedicas en la vida real para llegar a fin de mes?

Soy consultor tecnológico de banca, uno de esos trabajos esclavos en los que somos expertos en este país. Poder hacerlo compatible con el grupo es un reto pero de momento me da para vivir, así que tampoco vamos a quejarnos mucho. En una próxima vida, eso sí, me meteré a ferretero, que es una profesión mucho más digna y reposada.

«Hay que prestar atención a la música, pero también a todos los otros elementos que giran alrededor de la banda: el aspecto visual, la puesta en escena, rodearte de un equipo técnico excepcional, cuidar las relaciones con la prensa, promotores, agentes varios de la industria… la lista es inacabable»

08. ¿Te genera más gastos o ingresos tu participación en la banda?

Ahora mismo estamos en fase de crecimiento y eso supone una fuerte inversión de tiempo y dinero. El balance espiritual que reporta estar en una banda como Obsidian Kingdom es siempre positivo, pero como me preguntas por el lado económico he de decir que, por ahora, el balance es negativo. Contamos con invertir la tendencia en un par de discos, empezando por ‘A Year With No Summer’, que sale el año que viene.

09. ¿Dónde está la frontera entre un hobby caro y una profesión con la que ganarse el pan?

El hobby no te importa que no de dinero, es algo que haces para pasarlo bien sin importarte necesariamente la parte económica. Desde el momento en el que enfocas tu banda como una pequeña empresa, estás convirtiendo tu hobby en algo más – ojalá, una profesión. Creo que la frontera está en la diferencia entre el objetivo de la actividad: pasarlo bien, a secas, o profesionalizarse.

10. ¿Consideras a corto, medio o largo plazo la posibilidad de poder vivir de la música?

Sí, sin duda todos contamos con poder dedicarnos a esto a tiempo completo a medio plazo. Nos queda mucho recorrido todavía pero estamos absolutamente convencidos de la viabilidad del proyecto; es cuestión de tiempo que empiece a funcionar lo suficientemente bien.

«Hay que trabajar cada día como un animal, y creer de manera ciega en tu proyecto. Afrontar todas las situaciones con la máxima profesionalidad posible y transmitir una buena impresión a la gente con la que trabajas»

11. ¿Que tendría que cambiar para que eso fuera posible?

Más que cambiar, es cuestión de crecer; ir llegando cada vez a más gente, y en ese sentido tenemos la suerte de que cada vez hay más personas que nos escuchan, nos escriben por correo y redes sociales y vienen a hablar con nosotros después de los conciertos. Poco a poco la familia va creciendo, y con su ayuda, estamos seguros de que podremos vivir de esto.

12. ¿Qué has aprendido hasta ahora del negocio como músico?

Creo que la lección más importante que he aprendido es que hay que trabajar cada día como un animal, y creer de manera ciega en tu proyecto. Afrontar todas las situaciones con la máxima profesionalidad posible y transmitir una buena impresión a la gente con la que trabajas y de la que, en última instancia, depende el funcionamiento de la banda: los fans que compran nuestra música, los promotores que nos contratan en giras y festivales, la discográfica que apuesta por nosotros, etc.

13. ¿Qué porcentaje de las experiencias personales se transportan a la partitura?

Yo diría que todas. No escribimos música de manera automática, todo lo que componemos sale de las entrañas por algún motivo que siempre es personal. Hablemos de lo que hablemos en nuestros temas, sea cual sea la emoción que queramos transmitir en un momento dado, siempre es algo que alguno de nosotros ha vivido o está viviendo. El mero proceso de plasmar eso en un tema es muy terapéutico, y conectar con la gente que te escucha a través de eso es fantástico.

14. Un deseo para el futuro

Que después de un concierto no me vuelvan a decir “tú debes ser el batería porque eres el único al que no reconozco de cara”. Bah, para qué me engaño, eso va a ser así siempre.

Fotografía de portada: ÓYEME!


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