Hace apenas dos semanas, Lemmy Kilmister fallecía dos días después de su cumpleaños a raíz de un cáncer. Exactamente el mismo caso ha ocurrido ahora con el famoso y polifacético cantante David Bowie.
Bowie, que había cumplido 69 años el pasado 8 de enero, ha perdido su larga lucha contra el cáncer (de aproximadamente año y medio). Su nuevo disco, «Blackstar«, salió a la luz el mismo día de su cumpleaños y quedará desgraciadamente como la última grabación del cantante inglés en vida.
Bowie exploró, desde finales de los sesenta hasta hoy, casi todos los rincones de un espectro musical que abarca desde el rock al glam, folk, blues, electrónica, etc, siempre dotando de su impronta innovadora y personal a sus creaciones. También se asomó a otros campos como el de la pintura o la interpretación sin dejar de ser siempre un personaje rodeado de cierto halo de polémica y controversia.
El artista llevaba más de una década alejado de los escenarios y muchos rumores hablaban de sus problemas de salud, aunque las filtraciones de información eran escasas. Ahora toca afrontar la triste realidad, y es que el cantante, además de actor y productor musical (recordemos actuaciones míticas en películas como «Dentro Del Laberinto» (1986) o «El Hombre Que Vino De Las Estrellas«, de 1976) nos ha dejado para no volver.