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Mutant ‘Pleiades’

Cuando hablamos de madurez compositiva en el mundo del thrash, solemos referirnos en muchos casos a grupos que empezaban a sonar cuando casi ni tenían pelo en las canillas, y a los que se les han abierto las carnes musicales cuando ya casi no les queda pelo en la azotea. No sabemos cómo andan de salud capilar estos tres galegos, pero está claro que a ellos les ha llegado la madurez mucho antes que a la media. Y la verdad es que no creo que nadie tenga queja de ello. Si buscáis SOLO thrash del de siempre, mejor pegar la vuelta.

Y es que la existencia de este trío ha cambiado bastante desde su anterior lanzamiento, ‘Titanomakhia‘. En primer lugar, han perdido el ‘Squad’ de un nombre que ha quedado solo en Mutant. También han sufrido cambios en la formación, con la salida de su bajista Campi y la entrada de Xalo, que aporta no solo cuatro vigorosas cuerdas, sino voces extra. Pero lo más significativo es el volantazo que ha dado su sonido en este ‘Pleiades‘ que lleva ya unas cuantas semanas dando vueltas sin parar en mi reproductor. Y es que su anterior trabajo entraba de pleno en la categoría del thrash. Sí, de vez en cuando algún detalle te hacía levantar la ceja, pero ‘thrash’ es la primera palabra que me viene a la cabeza para definirlo.

Lo primero que llama la atención al comenzar a sonar ‘Alcione‘ es que la producción es sobresaliente. Sonidazo redondo, potente y definido, a la altura de cualquier grupo de primera con que les queráis comparar. También compruebo que la voz de Pla ha cogido unos matices sureños muy interesantes, dentro de una variedad de registros verdaderamente remarcable. Desgarrada a veces, casi susurrante en otros momentos. El tema, por lo demás, comienza a dar pistas sobre lo que vamos a encontrar: estructuras más complejas sin dejar de repartir cacharrazos. ‘Guerra Florida‘ es posiblemente de lo mejor del plástico. Para cuando comienzas a situar el comienzo se desboca. Y cuando sincronizas el molinete cervical con el doble bombo baja de nuevo de revoluciones. Así un par de veces hasta que en la parte central se convierte en un amable paseo en el que riffs y voz van de la mano. Todo sin que la batería de Caki pierda presencia en ningún momento. Un delicia, oiga.

Obsidian‘ nos lleva desde lo más bajo del inicio a los riffs más thrashers y macarras hasta el momento. Las influencias progresivas van calando en la mollera, pero es un regusto southern muy gamberro el que queda con más persistencia al final. Si os gusta el metal progresivo, haceos un favor y escuchar unas cuantas veces el comienzo de ‘Children of the river‘. Esos minutos instrumentales son una auténtica gozada. Un sorprendente registro vocal y una juguetona melodía terminan de redondear un tema menos potente que el resto, pero que no desmerece en absoluto.

Road to Xibalba‘ es un tema de riffs cortantes y agresivos cargados de una especial maldad, que sabe cuándo imprimir la velocidad propia del thrash y en el que llama la atención el desgarrado registro vocal. En una onda similar, y para no dejar de menear el tiesto, ‘Twelve Gods‘ nos trae algunos de los riffs más decididamente thrashers del plástico, junto con un remarcable trabajo del bajo. Un protagonismo el de las cuatro cuerdas que se extiende al inicio de ‘Nahual‘, otro tema acelerado y con una parte central que reparte agresividad y técnica a partes iguales. Además, según avanza su metraje es capaz de sorprenderte llevándote por melodías inesperadas. Sin duda, otro de los temas que recordaréis de este disco. La escucha la cierra ‘Canvas‘, un tema mucho más amable y con unos estribillos que suenan a despedida, tanto en las partes instrumentales como en la voz. Aun así, tienen tiempo de meternos una vacilada sureña para demostrar la versatilidad que han alcanzado.

Y así, posiblemente sin haberlo querido, este joven trío se me ha metido en la categoría de grupos a los que es difícil ponerles una etiqueta sin caer en el error. Si este es su segundo trabajo, no queda duda de que el futuro que tienen por delante es prometedor, y que van a romper muchas barreras. Estamos ante un trabajo diferente y sobretodo, rebosante de calidad. Sí, vale, puede que requiera más de una escucha, pero vale la pena cada segundo que le dediqueis.

Lo mejor

  • La cuidada producción. El sonido roza la perfección.
  • Haber sabido reinventarse, integrando thrash, metal progresivo y otras influencias creando una etiqueta propia.

Lo peor

  • A los más trues les puede resultar excesivamente novedoso.
  • Para un correcto disfrute requiere varias escuchas y ponerle todos los sentidos.

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