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Crónica y fotos del II Southern Metal Fest en Madrid

La escena metalera en España es, al menos en cuanto a cantidad de bandas, notablemente rica. La inmensa mayoría tiende a practicar un heavy al uso con mucha influencias de los clásicos, y otros tantos tiran por derroteros más extremos. Sin embargo, no podemos olvidarnos de otros subgéneros como el southern metal, que aunque no goce de mucha popularidad dentro de nuestras fronteras, no puede ser discriminado. Ese es uno de los grandes motivos que llevó a Esteban, también vocalista de Grapeshot (uno de los grupos finalistas de la Wacken Metal Battle española) a organizar este evento, que congregaba a los amantes del estilo en esta segunda edición del Southern Metal Fest.

Crónica y fotos del II Southern Metal Fest en Madrid
Poco tardó en empezar lo bueno de la mano de Steakhouse y sus versiones adaptadas de temas famosos entre los que pudimos destacar la de ‘Fortunate Son’, ‘Highway to Hell’ o ‘La Granje’, entre otras tantas. Fotografía: Eduardo López

El sitio elegido fue Gruta 77, ubicado en el barrio de San Isidro, en Caravanchel, Madrid. El cartel estaba repleto de metal sureño y groove de la mano de: We All Fall, Forced Rejection, Evil Impulse y Hell’s Fire. También incluida aunque con un estilo un poco diferente (tirando más hacia el blues y el country) se encontraban Steakhouse Band, que fueron los encargados de iniciar musicalmente la velada.

Una vez abiertas las puertas, la muchedumbre empezó a entrar con ganas. El local había sido decorado especialmente para la ocasión con posters, globos blancos, rojos y azules e incluso una bandera confederada en el puesto de merchan. Poco tardó en empezar lo bueno de la mano de Steakhouse y sus versiones adaptadas de temas famosos entre los que pudimos destacar la de ‘Fortunate Son‘, ‘Highway to Hell‘ o ‘La Granje‘, entre otras tantas. También tuvieron tiempo para canciones propias entre las cuales destacaré la que usaron para cerrar su actuación, ‘The Fat of the Grass‘, una anécdota personal de uno de los miembros de la formación (no se especificó) relacionada con una obesa vendedora de droga. El sonido estuvo bien exceptuando los repetidos problemas que sufrió el bajista, que tuvo que corregir el volumen de las pastillas durante todo su show. El cantante y guitarra eléctrica se metió en el papel y cumplió con creces, acompañado de un segundo guitarrista con una acústica de 12 cuerdas que sirvió para emular un banjo cuando la ocasión lo requería (pese a que se echó de menos uno original). Incluso llegó a emplear una cigar-box guitar, todo un espectáculo. No era metal, pero lograron meter a la gente poco a poco en el ambiente sureño pese a que aún faltaba mucha peña por llegar…

Crónica y fotos del II Southern Metal Fest en Madrid
Pese a encontrarse un poco apretados en el escenario, los muchachos de Forced Rejection no dejaron de dar cabezazos y descargar toda la adrenalina en forma de riffazos taladrantes. Fotografía: Eduardo López

Tras un rápido cambio de backline, se subían a las tablas Forced Rejection. Este joven grupo de southern/groove lleva unos seis años en activo, y cómo se las gastan… Devastadores en todos los sentidos, desde los riffs hasta la percusión pasando por la desgarrada voz de su vocalista Óscar. Su actuación fue memorable y en mi opinión y sin desacreditar al resto de bandas, lo mejor de toda la noche. Pese a encontrarse un poco apretados en el escenario, los muchachos de Forced Rejection no dejaron de dar cabezazos y descargar toda la adrenalina en forma de riffazos taladrantes. Notable la gran labor de Ody y Héctor a las guitarras y Julio con su bajo de cinco cuerdas, que estuvieron en primera línea dándolo todo. Fernando se dedicó a machacar a la batería sin mostrar un solo ápice de piedad, haciendo que sus 40 minutos de directo se hicieran breves e increíblemente intensos, al menos para un servidor. Su sonido estuvo más ajustado y equilibrado que el de Steakhouse, probablemente por el cambio de backline. Respecto a su setlist, se dedicaron a tocar los tres cortes de su demo y su EP (‘Beyond This Path‘) al completo, además de una versión del ‘Graveyard Disciples‘ de Black Label Society.

Nada más acabar, se anunciaba la exposición de un pequeño aperitivo gratuito: mini-hamburguesas con salsa barbacoa texana y nuggets de pollo, todo gratis (sobra decir que las reservas volaron en cuestión de minutos…).

Llegaba el turno de We All Fall, los que practicaban el sonido más alternativo de todo el festi. Con su mescolanza groovie-melódica tenían tres cuartos de hora para mantener la línea ascendente del festival, que en ese momento ya contaba con unas cien personas dentro del recinto. En su repertorio hubo canciones de sus dos discos, ‘Paradise Paradox‘ (2011) y ‘Miasmatic‘ (2014), especialmente de este último. Sonaron algunos temas como: ‘No Name‘, ‘Riding The Snake‘, ‘Dead Man Walking‘ e incluso una cover del ‘Children Of The Grave‘ de Black Sabbath con tintes groove y core, demostrando ya una importante veteranía y saber hacer sobre el escenario (eran la banda más longeva del cartel y se notó). Contundentes y seguros, el suyo fue otro huracán arrasando el Gruta 77. El público desfasó, siendo este el momento más intenso de la velada a pie de pista. Con el concierto ya casi acabando se alcanzaba la cúspide enérgica y ambiental de la noche…

Crónica y fotos del II Southern Metal Fest en Madrid
We All Fall demostraron ya una importante veteranía y saber hacer sobre el escenario. Contundentes y seguros, el suyo fue otro huracán arrasando el Gruta 77. Fotografía: Eduardo López

Tras un breve concurso de beber cerveza dirigido a todos los presentes, tocaba la hora de Hell’s Fire, que se encuentra actualmente en proceso de grabación de su nuevo disco. También decir que son los únicos que repetían actuación respecto a la edición del Southern Metal del año pasado. Con su imponente y vigoroso vocalista, Big Mario (ataviado con una bandana al estilo Mike Muir) los madrileños hicieron las delicias de todos los presentes que todavía teníamos resuello para dislocarnos las vértebras. No había tanta gente a esas alturas dispuesta a ponerse en primera fila, pero los que estuvimos lo vivimos desde el pequeño pogo que se lió. Soberbio recital con un estilo similar al de Forced, un potente cocktail de groove y southern metal. Isaac sustituía al bajista original, Jomer, a causa de una lesión, desenvolviéndose correctamente. Interpretaron una decena de temas entre los que se encontraban: ‘On The Road‘, ‘Cletus‘, ‘Nightstalker‘ y ‘March Of The Witch‘. Cerraron su bolo con el momento clave de la noche: una excelente cover adaptada del ‘Roadhouse Blues‘ de The Doors, impecable y original.

Pese a todo, la juerga seguía. Se organizó un pequeño concurso de pig squeals en el que unos pocos se dejaron las gargantas entre risas y cachondeos a cambio de los regalos en merchan que ofrecía la organización. El cansancio se comenzaba a notar debido a la hora (rozando las 04:00), pero todavía faltaban los ciudadrealeños Evil Impulse. La mayoría del respetable no vivió su bolo como el quinteto lo merecía: la noche y el alcohol habían hecho mella, aunque todavía quedaban unos cuantos a los cuales todavía les quedaba energía para descargar. El quinteto tuvo una hora completa para tocar, que aprovecharon para exprimir sus dos trabajos de estudio, tanto su EP ‘Flames From The Ground‘ (2013) como su reciente y exitoso LP ‘Who’s Gonna Kill Who?‘, salido en septiembre del año pasado. En estos últimos compases, su cantante Antonio se mostró muy profesional y comunicativo con el gentío, mientras que el resto de la formación machacaba sin demora ni compasión. El conjunto sonó compacto y potente, con un groove algo más afilado y bestia, finalizando con el ‘The End Of The Road‘ de su EP.

Crónica y fotos del II Southern Metal Fest en Madrid
La mayoría del respetable no vivió su bolo como el quinteto lo merecía: la noche y el alcohol habían hecho mella, pero Evil Impulse sonaron compactos y potentes, con un groove algo más afilado y bestia. Fotografía: Eduardo López

No hubo la asistencia que se esperaba y se merecía el evento, aunque los que estuvimos allí pudimos vivir una grata experiencia con un festival que no se resumió únicamente a lo musical, sino que fue decorado y ambientado para la ocasión, ganando muchos puntos. El sonido e iluminación de la sala no fueron protagonistas y eso se agradeció, dejando rienda suelta para que todos los presentes disfrutaran de una cálida noche de southern metal sin altercados ni incomodidades. Veremos qué nos depara edición del próximo año…

Fotografía: Eduardo López

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