Parece que desde su re-fundación en año 2009 la banda sueca October Tide ha cogido la dinámica de regalarnos un álbum cada tres años. Al año siguiente ya volvían con un trabajo bajo el brazo, ‘A thin Shell‘ (comentado aquí), y en el 2013, el aún mejor ‘Tunnel with no light‘ era recibido con aplauso unánime. En este 2016, para no faltar a la cita, nos ofrecen una nueva colección de ocho temas bajo el nombre de ‘Winged waltz‘, tercera obra desde que retomasen su carrera, y quinta en el total si incluimos los dos álbumes de su primera etapa (‘Rain witout end‘ y ‘Grey dawn‘), que datan de finales de los 90 (aunque serían reeditados en los años 2007 y 2008).
El barco sigue capitaneado por uno de sus fundadores, Fred Norrman, el cual reactivó la banda una vez que abandonó Katatonia en 2009. Esta vez le acompañan Alexander Högbom (voces), Mattias Norrman (bajo), y Emil Alstermark (junto con el propio Fred Norrman) a las guitarras, los cuales en su anterior ‘Tunnel with no light‘ ya estaban a bordo. A la batería se estrena en este trabajo Jocke Wallgren. Y no sólo estrenan batería, si no que también estrenan sello discográfico, ya que este nuevo disco sale el 22 de Abril con el logotipo del sello polaco Agonia Records impreso en la contraportada; algo que últimamente viene a ser un seguro de que el nivel de calidad será notable. Además será editado en cd, vinilo, y en vinilo en edición especial limitada, en diferentes colores para los coleccionistas más intrépidos.
Pero a pesar de estos cambios, una vez que el disco se pone a girar puedes comprobar que ello no afecta a su forma de entender y afrontar la música. Desde ‘Swarm‘, corte con el que abren el álbum y ya ponen las cartas boca arriba, vemos lo que nos encontraremos a lo largo de los más de cincuenta minutos que vienen a continuación. Aunque empieza con una entrada bastante melódica, en cuanto la batería empieza a retumbar y la voz se pone a rugir, no dejan lugar a dudas: estamos ante un trabajo de melodic doom-death hecho y derecho. Es un buen comienzo, interesante desarrollo de batería y un final que gana en intensidad, y que le da al tema un plus en emotividad.
‘Sleepless sun‘ y ‘Reckless abandon‘ continúan con la senda abierta por el tema precedente. Voz gutural, fraseo corto y contundente. Tempos controlados y cambios de intensidad son las coordenadas. Las guitarras y el buen equilibrio entre unos pasajes más densos y otros más ligeros de la primera, y el dinámico despliegue de los guitarristas y los numerosos giros que da el segundo, hacen que estos tres primeros temas dejen una buena sensación de inicio.
Sin variar su dirección estilística en demasía, pero dando pinceladas algo diferentes, llega ‘A question ignite‘, con una batería imprimiendo mayor velocidad. Riffs y arpegios consiguen que el tema te entre a la primera y un agónico estribillo, muy logrado, redondea otra buena canción.
A estas alturas ya has descifrado los recursos de los que vienen armados los de Estocolmo. Las canciones presentan una sección rítmica que es la que da robustez y densidad a los temas, y que actúa como el clásico “esqueleto”. Las guitarras, trabajadísimas, son las que se encargan de las melodías y armonías incansablemente, aunque obviamente aportan riffs potentes para dar más empaque a las secciones instrumentalmente más cañeras. Mientras que la voz, sin pausa alguna en su cometido, es la que da a los temas la agresividad y la contundencia necesarias para que la cosa quede con la fuerza que necesita este estilo.
Y buen ejemplo es ‘Nursed by the cold‘, con una melodía muy reconocible y que recoge todo lo dicho en el párrafo anterior y que podría funcionar perfectamente como un single, tanto por duración como por estructuración. Y sobre todo por ser un temazo como la copa de un pino. ‘Lost in rapture‘ es un verdadero ejercicio de contención, y de cómo mantener la intensidad trágica y la tensión en un tema que parece que va a despegar en cualquier momento en un arranque de velocidad, pero que al final nunca lo hace. ‘Perilous‘ empieza lento, pero en poco tiempo evoluciona y explota con una base rítmica muy densa, una línea de bajo acelerada y esas guitarras fantásticas, (que bajo mi punto de vista, siguen ejerciendo el trabajo más destacado de todos), para luego llevarnos por un laberinto emocional en el que los giros continuos de intensidad no nos dan tregua.
La producción a cargo de Sverker Widgren en los Wing Studios (Suecia) es muy competente. Todo suena como tiene que hacerlo, y el conjunto presenta suficiente profundidad para las continuas escuchas. Suena potente y es un álbum homogéneo.
Encaramos la recta final con ‘Coffins of November‘, que es el tema más largo y el encargado de despedir este ‘Winged Waltz‘. Con una sección rítmica muy elaborada, jugando con abundantes cambios de tempo (encontraremos aquí posiblemente las partes más lentas y más rápidas del álbum) y de una intensidad emocional que duele. Es una excelente manera de cerrar el álbum, y posiblemente sea mi tema favorito de todo el paquete.
Emocionalmente posee todo lo que un disco competente de doom-death debe tener. Te hipnotiza y arrastra a un paisaje en que los colores apagados, fríos y monocromáticos dominan, el aroma del musgo inunda sutilmente las fosas nasales, y uno siente el sabor amargo de la libertad que proporciona el hecho de haber perdido toda esperanza. Durante casi una hora te envuelve en sus brazos y no te sueltan hasta que suena la última nota.
Misión cumplida.
LO MEJOR
- El álbum funciona perfectamente como conjunto y se escucha bien de un tirón.
- No hay temas de relleno. Buen nivel general.
- El trabajo de las guitarras a lo largo de todo el álbum.
LO PEOR
- Las voces cumplen su misión de dar fuerza y potencia al conjunto, pero el precio a pagar es una escasa variedad de registros por lo que para algunos, podría resultar algo monótono este apartado.