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Oranssi Pazuzu ‘Värähtelijä’

Fue en el año 2013, por causa del destino, que me tropecé con ‘Valonielu‘, un álbum recién publicado de una banda que desconocía por entonces, los finlandeses Oranssi Pazuzu. Este álbum supuso un shock para mí desde el primer momento, y caí rendido a su propuesta musical, prácticamente incomparable con la de otras bandas.

Un híbrido nuevo había nacido, creado a base de elevadas dosis de ADN de black y psicodelia, y la aportación justa de drone y dark-ambient. Y yo me acababa de encontrar con él. Era su tercer álbum, así que rápidamente fui a por sus dos obras anteriores, el tremendo ‘Kosmonument‘ y su primogénito, el ya descatalogado ‘Muukalainen puhuu‘, aunque han informado de que en no mucho tiempo se llevará a cabo una re-edición del mismo.

Desde entonces llevo esperando impacientemente más canciones de los de Tempere, y cuando anunciaron para este pasado 26 de Febrero la publicación de esta nueva obra, no veía el momento de que llegase el día. ‘Värähtelijä‘ sería su nombre, y estaría compuesta por siete emocionantes capítulos. Jun-his (voz, guitarra), Moit (guitarra, sintetizador), Evill (sintetizador, efectos, órgano, voz), Korjak (batería) y Ontto (bajo) son los seres que siguen detrás de esta nave y sus compinches de Svart Records serán los encargados de distribuir el artefacto por estos lares.

Por la idiosincrasia misma de la banda y por la evolución observada en sus tres primeros trabajos, ya intuía que no me podía esperar que esta nueva referencia – su cuarto LP, más un split con la banda Candy Cane – fuera un calco de su anteriores discos, lo que le daba más emoción al momento de descubrir los siete temas nuevos… Y después de muchas escuchas, sólo puedo decir que no tengo un vocabulario suficientemente amplio para expresar el grado de estupefacción que me produjo este ‘Värähtelijä‘, que desde ya, es top personal del año.

Sí, la psicodelia y las texturas electrónicas siguen presentes y han ganado terreno, las voces de Jun-his son las que tendría que tener el vocalista de la banda sonora del fin del mundo. Las guitarras siguen bebiendo directamente del sonido black, pero están repletas de efectos que hacen más tétricas y paranormales. Y todo esto orbita alrededor de una sección rítmica en la que la batería es como el péndulo de un mentalista, y el bajo ultraterreno son el eje central indiscutible. Todos los temas suenan diferentes, pero el álbum es increíblemente compacto y coherente. Su propuesta se ha vuelto más radical aún todavía, (si no confundimos la radicalidad con la brutalidad), con unas atmósferas y unos recursos musicales que los elevan a un limbo más allá de toda etiqueta.

Este álbum no es un viaje en el espacio. Ni tampoco uno en el tiempo. Porque está en todas partes y en todo momento a la vez. Es un artefacto que pertenece otra dimensión. Suena a futuro, pero en tu subconsciente despierta recuerdos previos a tu existencia terrenal. ‘Saturaatio‘ manipula tu propiocepción cada vez que aumenta o disminuye su presión sónica y te hace pasar por todos los estados de la materia. Nuestra consciencia empieza a descomponerse, la carne pierde consistencia, la ética se metamorfosea en algo ambiguo y la esperanza se disuelve en dogma necesario para conservar cierta cordura. Las guitarras, los sintetizadores y efectos sonoros te atacan desde todas partes a la vez, a lomos de un bajo monstruoso. Y Jun-His es el heraldo del Apocalipsis. El ocaso de todo está cerca. Lo sabes y acabas disolviéndote entre una nebulosa de distorsión y el ritmo marcial al que se impone la muerte.

Lahja‘ nos unifica a todos a través de los siglos. Las percusiones polirítmicas nos hacen conscientes de nuestro pánico a la temporalidad de nuestra naturaleza. El pánico a nuestra verdadera intrascendencia existencial como elemento del cosmos conocido. Un himno paleolítico compuesto en el futuro.

Ya estás dentro, has caído y la música ha acaparado todos tus sentidos. Te notas extraño ante los sonidos que percibes y no sabes muy bien como catalogar lo que estás escuchando… flotas en un fluido denso, bajo el influjo de las sustancias psicótropas, la percepción se altera, las siluetas se disuelven y lo intangible hace presencia. Destellos de genialidad se acercan y te esquivan cuando quieres atraparlos. Es la propia ‘Värähtelija‘ que acaba de pasar como un cometa que trae consigo el sonido natural de un lugar jamás hollado por el ser humano. Un mantra sónico, de percusiones hipnóticas, de graves lisérgicos, de guitarras que forman vórtices ante tus ojos, y un gurú venido del más allá que hace que las cosas sucedan a pesar de tu voluntad.

Vuelves a la atmósfera durante un segundo y una amalgama brutal de ruido te recibe y te fuerza a mirar hacia abajo. Una sima que se pierde en la oscuridad, donde se alimentan los temores e inseguridades que habitan en tu interior. ‘Hypnotisoitu viharukous‘, con su urgencia y su increíble línea de bajo te empuja hasta el fondo, caes a toda velocidad y te frena poco antes de colisionar con el suelo, donde te recoge ‘Vasemman kaden hierarkia‘ con sus 17 minutos en los que te devuelve hacia arriba, al espacio exterior, la vastedad de lo insondable e inconcebible, donde nuestras medidas para cuantificar lo externo pierden su sentido. Te tropezarás con el omnipresente dúo bajo/batería que sigue invocando a seres de espacios inexplorados. Guitarras reverberadas, punzantes y etéreas, y esos efectos y esa voz, que solo pueden provenir de algún ser extra dimensional, te utilizarán como si fueras una marioneta, según su propia voluntad. Ellos son tus guías. Te llevarán al calor de otro Sol. Verás otra luz. Quemará tus ojos pero tu visión será más amplia. Te ayudaran a sortear las trampas del subconsciente socializado. Un grano de arena en el desierto. Un puñado de cenizas. Nada más. Sólo somos eso.

Te anuncian que se acerca el momento en que tengan que devolverte a tu lugar de origen… pero antes tendrás que superar un par de pruebas más. Te mueves despacio, los pensamientos avanzan ralentizados, al ritmo de ‘Havuluu‘. Puertas astrales a tu alrededor y un habitáculo desconocido. Algo te sacude. Te abalanzas contra una de ellas, como ‘Havuluu‘ lo hace contra sí mismo. A trompicones y de forma algo deslavazada, empujas cada vez más agresivamente. Cánticos místicos evocan fuerzas invisibles a ojos del hombre. Van haciendo presencia en forma de tormenta sónica. La inercia te convierte en imparable y vences la resistencia del portal. Justo como ‘Havuluu‘ hace contigo…

… Y logras entrar, y allí te esperan. ‘Valveavaruus‘ te susurra que no te esfuerces en vano. Que no tienes prisa. El tiempo ya está contado. Hilos fabricados de notas de teclado te llevan en volandas mientras el brujo conjura al universo. Te depositan sobre un lecho formado por las ondas emitidas por incontables guitarras entrelazadas y vientos cósmicos. Un bajo marca el ritmo al que late tu corazón. El brujo recita su liturgia. Se acelera tu pulso y recibes su libación. Melodías hipnóticas suenan mientras ves cómo las cosas que conocías van descomponiéndose y otra realidad va cogiendo forma. Ingrávido y sumido en un estado de calma, terminas por perder la consciencia…

… Como todo en vida, esto también se acaba. Me devuelven a mi lugar y estoy en mí otra vez, aunque ahora soy otro. El Pazuzu Naranja ha venido a visitarme y las cosas cobran sentido a medida que no les busco explicación.

LO MEJOR

  • Han cogido los ingredientes que han querido, y sobre una base eminentemente black, han desarrollado un sonido que, si ya antes era absolutamente propio, lo han llevado más allá. Esto no es música, es una llave a otro “lugar”. Es magia. Chamanismo del siglo XXI.
  • El recorrido del disco. Puedes escucharlo repetidas ocasiones y siempre encontrarás algo en que no te habías fijado.

LO PEOR

  • El tiempo que haya que esperar a por su próximo álbum.

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