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Firmam3nt ‘Firmam3nt’

Siempre tuve la sensación de que existía una especie de ley no escrita, que venia a decirnos que cualquier cosa que se hiciera en este país, era prácticamente por defecto, peor de las que se pudieran hacer más allá de nuestras fronteras, bien sea en la vieja Europa, o al otro lado del Atlántico.
Viene ya de unos años atrás, y puede que durante algún tiempo, este axioma no estuviese demasiado alejado de la realidad. Pero es innegable, que este “mantra” negativo, a lo largo de los últimos años, ha sido desterrado definitivamente, al menos en un gran número de casos.
Bien es cierto, que aquí las bandas de estos géneros más minoritarios en los que nos movemos habitualmente, es posible que tengan un techo más bajo que en otros lugares de Europa, y que por la idiosincrasia propia de nuestra geografía, clima, historia, desarrollo cultural y demás factores, éste no sea el lugar del mapa en donde este estilo de música tenga la acogida que en muchos casos merece, pero ese es otro tema. Muchas bandas sí están alcanzando cotas creativas muy altas, y eso se ve en el resultado final que logran en sus trabajos.
No me voy a poner a enumerar todos los ejemplos, porque hay muchos, pero sí dejo constancia de que Firmam3nt son otro grupo más que añadir a esa lista. Su disco recién estrenado es una muestra de que en este país, el nivel de creación musical dentro del ámbito que a nosotros nos atañe, véase el hard rock y metal, no tiene mucho que envidiar a la gran mayoría de nuestros vecinos.

Firmam3nt está formada por músicos con experiencia en el mundo del metal y el rock y han logrado marcarse un trabajo de debut la mar de apañado.
Los aquí sospechosos habituales son Alberto García (guitarra, Moshtrenco, As my world burns), Jorge Santana (batería, Funkomatic) y Txus Rosa (guitarra, As my world burns), que deciden hacer el petate, y salir a buscar una nueva historia, formando un trío instrumental. Estos serian los cimientos de Firmam3nt, que crecerían bajo la única ley de una absoluta libertad de estilos y estructuras musicales. El último integrante en incorporarse sería Sergio González (Mamá Ladilla, Wild, Rebel…), en el año 2015, que sustituiría al bajo a Antonio del Amo, que un año antes se había unido a la banda.
Los cuatro individuos antes mentados, después de darle vueltas y vueltas a sus composiciones, como podrás comprobar cuando te enchufes este rosco, se encerrarían en los estudios Asaltamentes Creaciones, para dar la forma definitiva a este debut.
Y salieron de allí con este homónimo álbum, una opera prima que consta de cuatro temas, cada uno de ellos asignado a cada uno de los puntos cardinales, lo que nos deja entrever, que seguramente algún concepto se esconda detrás del conjunto del álbum.

Cuando uno se pone un disco que supone su primer contacto con un grupo, siempre resulta excitante. Luego, dependiendo de por donde vayan los tiros, uno puede perder la sonrisa tan rápido como le vino, o puede acabar entusiasmado como si hubiese encontrado una pepita de oro sobre la alfombra. Y es que enfrentarse a una nueva banda y que te guste, es una sensación especialmente satisfactoria… y cuando estos tíos te descerrajan un tema como ‘North‘, así, sin anestesia y para empezar, pues entonces, ya te cuesta no quedarte con la cara de alelado durante el resto del plástico.
De una intro aferrada al post-metal-sludge, con un potente riff y percusión tribal, va evolucionado, guiada por la progresión de los instrumentos que aumentan en pegada e intensidad, hasta llevarlos al borde de la taquicardia… dando entonces dos pasos hacia atrás, hasta que pasados los cuatro minutos caen en un vórtice de potencia desbocada. En estas lides, jugueteando con la intensidad, pasa el grueso de los más de trece minutos de este fantástico tema. Los diferentes instrumentos andan repartiéndose el protagonismo. Batería curradísima, dibujos de guitarra que encandilara a los seguidores del post-rock, y el dios del metal mastodonizado se verá satisfecho con esos riffs monstruosos. Lineas de bajo que aportan musicalidad y profundidad cuando es necesaria, y una potencia brutal en las partes más densas, con un sonido muy percutivo, que es prácticamente perenne a lo largo del disco. Todo va fluyendo de manera magnífica y cada una de las diferentes partes te deja en las manos de la siguiente y tú solo tienes que disfrutar de lo que se despliega ante ti. Todo converge en un tramo final de metal progresivo, de elaboración pausada y de buen gusto, hasta que, como podíamos intuir, una tormenta de potentes riffs finiquita este inicio de bandera. Una barbaridad.

La brújula de Firmam3nt gira hacia ‘East‘, que es el tema más corto y más complicado de los cuatro. El cabrón se comporta como un chaval con trastorno de déficit de atención, y no para de volvernos locos, ya que cada pocos segundos, anda cambiando el con qué entretenerse. Su primera parte no nos pone en guardia de lo que encontraremos en la desquiciada gymkana que supone su segunda mitad. Lo que comienza como un tema de atractivos y convincentes aires progresivos, desemboca en una catarata musical, en la que presentan mimbres suficientes para cascarse un álbum entero. Pero decidieron colocar todos los huevos en el mismo cesto. Así que, no has terminado de digerir un punteo y te asaltan con un bajo con sabor funky, para volver con un riff que te que te pone en la antesala de la explosión de una banda blackened death, para luego tropezarte con un ramalazo de tech-death… bufff. Con tanto cambio, se me complica hacerme del todo con unas partes que de forma independiente, sin lugar a dudas, son atractivas. Y es que cuando empiezas a asimilarlas, te echan fuera. Es un concepto arriesgado, dejándome con un sabor de boca agridulce. Con retales que me resultan convincentes, componen un conjunto que me resulta algo frustrante, ya que me impide disfrutar completamente de su ingredientes. Por otro lado, los amantes de las montañas rusas más vertiginosas y los esquizofrénicos, estarán en su salsa.

West‘ decide darnos un respiro de inicio, con un ritmo pausado y un bajo que carga con el peso del tema. Las guitarras siguen buscando recovecos por los que sorprendernos, y combinan los riff directos y abrasivos, con partes en las que asumen el reto de tornarse más sutiles y decorativas. Pasajes más reflexivos y menos rocosos que los de temas anteriores, sin por ello carecer de la fuerza necesaria, nos conducen a un tramo central, en el que el metal-sludge toma las riendas y los riffs vuelven a convertir la roca en lava. De aquí al final, la banda alterna las dos facetas antes mencionadas, de forma que redondean un tema realmente entretenido. Nos tenemos que reafirmar en el carácter mostrado por la banda. El conjunto resulta difícil de encasillar, a pesar de que puedas identificar sin problema los elementos que utilizan para componer sus piezas.

Sí, has acertado, ya sólo nos queda un punto cardinal, y este es el que da título al corte definitivo, ‘South‘. Desde el principio, sus sonidos más cercanos al post-rock te envuelven, pero como la cabra tira al monte, poco a poco van apareciendo los riffs más aguerridos, sin perder ese poso postrockero en ningún momento. El tema es completísimo, y comparte todas las virtudes de su hermano ‘North‘ en cuanto a fluidez y capacidad adictiva. La parte central es una verdadera delicia, con una atmósfera muy conseguida, en la que no te importaría encontrarte atrapado durante un rato más. La batería y el bajo vuelven a destacar con luz propia a lo largo de todo el corte, y las guitarras parecen infatigables en busca de melodías adecuadas para redondear el trabajo de la sección rítmica. En conjunto, quizá sea el tema más relajado, siempre teniendo en mente, que cabe de todo en esta canción, y cuando terminas de escucharlo, con un final que sorprende con la inclusión de un piano que le da un toque muy acertado, te deja con el hormigueo de volverle a dar a play. Y eso, es que la cosa está bien hecha.

Una virtud que tiene esta banda, es que se encuentra en un punto equidistante de un triangulo, en el que podríamos colocar a grupos como Mastodon o Kylesa en un vértice, a The Ocean o A Storm of light en otro, y a Toundra o Russian circles en el tercero, pudiendo atraer con facilidad a seguidores de cualquier de las opciones, si es que de modo natural, todas estas bandas no los comparten ya. El álbum suena bastante crudo, y eso le da un extra de potencia muy saludable.
Realmente, escudriñar para ponerle alguna pega a este trabajo, es buscarle tres pies al gato. Es un primer álbum al que no se le puede pedir más.
Quizá le falte cierta profundidad, de esa exhibida por alguno de sus hermanos mayores en el género post-metálico, y aunque todavía se pueden limar algunas aristas en el trabajo de post-producción, que le podrían dar mayor empaque ambiental y un mayor calado al disco, lo cierto es que tal como está, es un álbum muy competente, tremendamente entretenido de escuchar y con recursos compositivos y estructurales más que suficientes.

Puede que suene un poco precipitado decirlo ahora, cuando su disco acaba de salir a la calle, pero… ¡estoy deseando ver lo que nos ofrecen en un segundo disco!

Lo mejor

  • Entretenido de escuchar y muy variado.
  • Con calidad técnica y compositiva sobrada.
  • North y South funcionan realmente bien.

Lo peor

  • Una gran virtud de este trabajo, es que no renquea en ningún aspecto en particular, y en todos cumplen sobradamente con los mínimos que cualquier seguidor del genero puede esperar. Independientemente de que un tema te guste más que otro, no creo que tenga nada especialmente negativo que destacar.

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