Ni los propios organizadores del show preveían el éxito de asistencia, a juzgar por la cola que se formó en la entrada de la mediana de las salas Razzmatazz, y que nos dejó sin poder ver comenzar la actuación del australiano Plini y su banda. Nada grave, menos de media canción, pero las escaleras de acceso llenas con gente impaciente entrada en mano nos da una idea de la expectación que generan estos teloneros de lujo. El término progresivo, en muchas de sus vertientes, está de bonanza tanto en cantidad de público como en calidad y diversidad de propuestas, y esta noche se nos venía una tsunami de virtuosismo, melodía, progresiones y experimentaciones. Las tres bandas se complementan para formar un cartel diverso pero coherente en el que no hablaremos de cantantes ni cuerdas vocales.

Como os decía, una muy buena entrada arropaba a los encargados de abrir la noche, una banda formada alrededor del jovencísimo Plini que en los últimos tiempos ha despertado el interés de muchísima gente gracias a sus composiciones llenas de delays, atmósferas coloristas y guiños, muchos guiños al jazz. He de reconocer que yo, a pesar de ser bastante melómano y abierto de miras musicalmente hablando, me muevo muchísimo más por los ambientes del metal mucho más directo, enérgico, oscuro y extremo, así que la puesta en escena de este tipo de bandas me crea un choque cultural que me cuesta superar, así que tengo que poner todo mi empeño en cambiar el chip. La música del australiano es de esas que te pone de buen humor y te genera una cierta paz interior, y tanto él como toda la banda se encargaron de transmitirnos lo mismo con la actitud general, un escenario lleno de sonrisas, miradas de complicidad entre músicos que se hablaban con los instrumentos. Realizaron una actuación muy redonda sonora e instrumentalmente hablando aunque creo que les queda mucho donde crecer en lo que a directo y escenografía se refiere.

Poco tiempo para pocos cambios, y es que Intervals y Plini compartían miembros, a excepción del encargado de la batería. En esta ocasión, el guitarrista australiano pasaba a un segundo plano y Aaron Marshall cogía el control del escenario. El último trabajo de los canadienses ‘The Shape of Colour‘ va muy en la línea de la propuesta de la anterior actuación, y en este basaron casi todo su repertorio de la noche. Al cuarteto de Toronto se le vio más desenvuelto en el escenario y, sin ser un alarde de actitud ni un espectáculo circense, tuvo más conexión con el público. El sonido en la sala fue especialmente bueno en su actuación y la gente miraba hipnotizada como los dedos virtuosos de todos los instrumentistas recorrían los mástiles, quizá deberían haber puesto unas butacas en la sala.
Tras un descanso un poco más prolongado del que tuvimos entre las dos primeras actuaciones, salían a escena Tosin Abasi y sus secuaces. La ovación inicial con la que les deleitó el público de la ciudad condal fue toda una declaración: la espera para vuestra primera actuación en nuestra ciudad ha sido demasiado larga. Desde que en 2011 la banda publicara ‘Weightless‘, han gozado de una muy buena crítica y de los elogios de muchísima gente, y eso acabó desembocando en una sala llena y un ambiente muy propicio para una noche memorable. En la primera nota lo percibimos, el sonido había subido un escalón en su presión sonora, eso hizo que mucha gente de las primeras filas se quejara de una distorsión molesta, pero desde mi lugar en la sala (suelo ponerme lo más cerca del técnico de sonido posible) distinguía todos los instrumentos y pude apreciar la gran cantidad de matices que nos aportan los músicos de Animals As Leaders. El concierto transcurrió muy fluidamente, con tímidas palabras de Tosin entre algún tema, y que dejó claro que a él le gusta hablar con sus dedos más que con la boca. El concierto duró algo menos de una hora y cuarto, en el que se fueron sucediendo los cortes instrumentales sin apenas pausa. Todos teníamos claro lo que veníamos a ver, la técnica y virtuosismo de Javier Reyes y su compañero, del que hacen alarde en toda su discografía, y cumplieron con creces. A estas alturas de la noche agradecí el extra de contundencia y el carácter más metálico que tienen las composiciones de los americanos, que distancian mucho su propuesta de la des sus acompañantes con algunas dosis más de distorsión.

Como cabía esperar, la ejecución fue de sobresaliente y el sonido, si bien no fue tan perfecto como el que gozó Intervals, fue más que correcto y nos permitió gozar incluso de las complicadas y veloces líneas de ‘Cafo‘, el tema estrella, con el que despidieron el show. El trío de Washington confeccionó un setlist muy redondo lleno de temas que funcionaron muy bien en directo y que aportó mucho dinamismo a la noche. Mi único aporte negativo es que me pareció una show algo “soso” visualmente y quizá deberían contactar con Meshuggah para que les haga llegar el número de su técnico de luces.
No quería acabar esta crónica sin hacer un apunte totalmente subjetivo, banal y fuera de lugar… pero alguien debería decirle a Tosin Abasi que contrate a un estilista para elegir los próximos modelos de guitarra que vaya a utilizar ¡cada instrumento era más estéticamente horrible que el anterior!
Podéis revivir el Setlist de Animals As Leaders en la siguiente lista de Spotify.