Muy esperado, y bien recibido, nuevo lanzamiento de este impecable grupo de power metal progresivo. Fascinante analizar su trayectoria desde el origen, ya que se trata de la reencarnación de lo que antes llamaban “Astral” a secas, y que a tenor de la evolución experimentada, resultaría de lo más que razonable ese cambio de nombre.
Esta formación valenciana surgió tras la reunión de unos músicos con unas tendencias musicales tan diversas como el jazz, el funk, el heavy o el rock progresivo, y que sin embargo nos ofrecían en su debut (‘Mundo perdido, mundo prohibido‘ publicado en 2012) un gran trabajo de puro power metal en castellano con algunos tintes de progresivo.
Por aquel entonces, contaban en sus filas con Javier Plazas, que es un excelente bajista y que ha sido reemplazado de forma solvente en esta nueva etapa por Antonio Cantos. A la vez, José Cebrián sería sustituido por Ovidi Bea en las voces. En este último relevo estriba uno de los principales cambios de Astral a Astral Experience, ya que ambos cantantes tienen un timbre y un registro totalmente diferente, así que necesitarás abrir tu mente para asimilarlo si eres un seguidor del grupo. Mientras que José se ceñía al patrón power metalero, abundante en agudos y con mucha potencia, Ovidi canta en tonos medios y con una voz más áspera y rockera. Otro cambio importante es el de la música, con canciones mucho más elaboradas en arreglos, y que le proporcionan una identidad que antes no tenían, algo que con toda seguridad les dará una mejor proyección, al ofrecer detalles que les distinguen de las demás bandas del género.
La lírica del álbum es muy intimista, abordando los conflictos internos del individuo, que en ocasiones debe lidiar con la tragedia o las experiencias dolorosas. La mezcla corrió a cargo de Enrique Mompó y Fernando Asensi de Fireworks Estudios, todo bajo la atenta mirada de la banda, que parece saber exactamente a qué quieren sonar.
Un recitado con la cavernosa voz de Héctor Sierra (teclado) nos sumerge en el tema que da título al disco. ‘Emovere‘ posee una excelente orquestación, al estilo de bandas sonoras y que repasa algunos fragmentos del álbum. Impecable producción.
‘Ego‘ es un potente medio tiempo dominado por un 3/4. Muy melódica y con unos arreglos bien trabajados que dotan a la banda de un carácter fuerte pero minucioso, y casi progresivo, gracias a esas amalgamas que enriquecen la parte instrumental.
‘Renacer‘ comienza con una intro muy a lo Maiden con un desarrollo más rítmico. Arranque melódico, volviéndose más complejo en la parte instrumental.
‘Sin perdón‘ es uno de los mejores temas de ‘Emovere‘, con un ritmo infatigable de batería. En este tema cuentan con la colaboración de José Vicente Broseta (Opera Magna) como cantante invitado, repartiéndose las labores con Ovidi y demostrando porqué es uno de los mejores vocalista de este país.
Con ‘Allá donde estés‘ se afianza, aún más si cabe, el perfil metalero de estos chicos. No solo por la atronadora base instrumental, sino que además han incorporado algunas voces guturales con la colaboración de David Mancha (Skill to Kill).
‘Negro puñal‘ comienza como un medio tiempo melódico qué va ganando en intensidad. Algunos arreglos evocan el estilo de Metallica que tanto gusta al señor Rubén Albaladejo (guitarra). La letra es de J.Ramón Coll.
‘Ella‘ es una power ballad muy atractiva, con unos recursos y progresión de acordes y coros que recuerdan a Meat Loaf.
‘No hay cadenas‘ es un tema que se sale del carril por el que se mueven el resto de las canciones del disco, ya que se trata de un tema más rítmico y fácil de escuchar y que probablemente sea el más idóneo para presentar en una radio. Participa en la composición de la melodía vocal, Daniel F.Campañá (Quorum) (un servidor… jejeje… un placer y un honor).
‘Delirio‘ es una pieza de metal sin compasión que transmite mucha energía. Es la perfecta heredera de ‘La hora de la verdad‘ por su estribillo pegadizo, y porque es una de las canciones donde Ovidi resulta más convincente.
En ‘Horus‘, una viril entrada nos deja claro la contundencia que tiene esta canción. Se hace presente una estructura muy técnica de guitarras rítmicas, especialmente durante el puente que da paso a otros pasajes y que cambian las emociones de esta canción. Vibrante solo de guitarra.
Nos ofrecen como bonus track el ‘I Drove All Night‘ de Roy Orbinson. Esta es una cover que nos vienen ofreciendo desde hace años en sus conciertos con muy buena acogida por parte del público. En esta ocasión han decidido grabarla en estudio a dúo con Elisabeth Gang de The Splizzy Gang como cantante invitada y el resultado es muy interesante.
Lo mejor
- Los arreglos. No hay temas de relleno.
Lo peor
- En general canciones muy intensas.