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Trallery ‘Spiritless’

Tres añitos hacen ya desde que Trallery sacaron su descomunal Catalepsy, su LP debut que lanzaron justo tras su paso por la Wacken Metal Battle como finalistas españoles. Ahora los baleares dan un nuevo giro de tuerca a su trayectoria con un segundo pepinazo, titulado Spiritless y que es una nueva llamada a su aguerrida inventiva, ciertamente experimental. Grabado en Psychosomatic Recording Studio, mezclado y producido por M.À. Riutort entre finales de 2015 y principios de 2016 y posteriormente masterizado por Hay Zeelen, ‘Spiritless’ se hará un hueco en las colecciones de muchos a partir de este 4 de noviembre. El álbum no es a priori conceptual, aunque sí se han trabajado muchísimo la esencia en todos los aspectos, no solo en el musical, y es que desde el artwork y la producción incluida acentúan la ambientalidad, oscura y pesada. Vamos, que hay un buen viaje todavía por delante…

‘Catalepsy’ era un trallazo de mala leche con mucho juego en lo musical que se iba de largo respecto al thrash. En ‘Spiritless’ le han dado más cancha a este concepto y han sabido exprimir el jugo. El corte inicial, homónimo, ya deja entrever en sus primeros compases una buena dosis de thrash groovizado, cañero y sin dilaciones. La primera vez que tuve la oportunidad de escuchar el disco he de reconocer que me costó digerirlo, pero con paciencia y oído fue entrando poco a poco. Buena prueba de ello es que tiempo después me percaté de que tenía medio disco grabado en la mente, y es que algunos segmentos musicales, especialmente estribillos, tienen una soberbia labia.

Como bien hacían en algunos temas pasados como su descomunal ‘In The Wings Of The Night’, juegan con los interludios sosegados que aportan sobremanera a lo musical, como en este caso, con posterior solo y estribillo final.

‘Abominate’ entra cual castañazo, compactado con el brutal sonido del bajo de Humberto. Trallery demuestran técnica y compenetración en el sentido de que sus composiciones muestran un balance instrumental, compensándose entre ellos y aprovechando que Humberto y sus cuatro cuerdas ejercen un papel similar al de un guitarra rítmica cuando se le requiere. Los riffs de Biel no se quedan cortos y la percusión por parte de Sebas le añade ese acento brutote con diversos arreglos. También podemos apreciar que tanto la producción como la evolución musical han tendido a un sonido oscuro aunque depurado, de corte cercano al groove moderno.

Por si todavía restaban dudas, ahí está el riff inicial de ‘Evil Pride’, que a más de uno le rememorará a Lamb Of God. Ciertos segmentos siguen con esa tendencia thrashy que los mallorquines no abandonan, pero con mucho más juego en cuanto a cambios de ritmo y a no ceñirse a los patrones del thrash clásico. A destacar en este tema el genial estribillo, el solazo de Biel y cómo conecta con el último cuarto de tema. Las sensaciones que destila son espectaculares, y es que atmosféricamente el disco es una verdadera abominación.

‘Scavenger Crow’ es una pieza que posiblemente encajaría más en su ‘Catalepsy’, de tinte algo más sencillo sin por ello restarle la calidad de su peculiar brutalidad, mientras que ‘Unknown Confusion’ le sigue la estela con una genial combinación entre el riff del estribillo y el mismo cantado por Humberto. Por otra parte, ‘Hidden Scar’ es, en el ecuador del álbum, el súmmum que estábamos esperando. Un corte que congrega matices lúgubres y bestias a partes iguales, protagonizados por la línia de bajo y los arpegios de guitarra que se van reinventando en su progresión pero que sin duda son el distintivo clave del tema más allá de la sección central, más cruda.

Llegamos a la balada de rigor con ‘Hollow Stare’. Algo más fría en sus inicios, va paulatinamente ganando fuerza. La segunda parte del corte es un auténtico desfase y una golosina para el oído por cómo transforman la esencia melancólica, alzando el vuelo en un apoteosis con subsiguiente solazo de Biel a la guitarra y desenlazando en un final manso. ‘Keep Your Eyes Open’ nos da el puñetazo en la cara para advertirnos de que aún queda tela que cortar y no nos vamos a dormir en los laureles. Inclinación machacona que prosigue con ‘Hunt To Kill’, esta con break incluido como revulsivo en una segunda mitad de la canción para enmarcar.

‘Time Is Over’ es una oda al más puro estilo ‘Fade To Black’ de Metallica, compuesta al estilo Trallery, que muestran claras sus influencias más puras. En esta ocasión aprovechan más que nunca para tirar de épica en un corte inspirador y nostálgico que erizará los pelos a más de uno. La pieza que cierra el LP comparte matices con la que es mi favorita de su primer disco, su excelsa ‘In The Wings Of The Night’. En este caso mantienen la esencia aunque reinventada con el nuevo sonido, de tinte oscurecedor y desde luego con una mayor carga.

Así se despide ‘Spiritless’ tras casi 50 minutos de energía, con gran cantidad de aspectos y matices que conforman un disco denso y completo. Con un mayor influjo de sonidos modernos, esa cercanía al groove del nuevo milenio pero sin olvidar las raíces, Trallery se redefine con un larga duración entretenido y rico en sus múltiples facetas.

Lo mejor

  • Virtuosidad sin tapujos. Lejos de las etiquetas, Trallery demuestra su bagaje musical con descaro y elocuencia. Interludios mágicos, cambios de tempo, gran arsenal tanto de riffs con distorsión exagerada como de gráciles arpegios…
  • Un nuevo salto en su carrera. ‘Catalepsy’ ya no era un disco de thrash al uso, y es que incorporaba tímidos matices que han sabido realzar en ‘Spiritless’.

Lo peor

  • ‘Spiritless’ puede resultar algo denso y correoso en sus primeras escuchas para aquellos que conocieran a la banda por su trayectoria (vínculada igualmente a su proyecto tributo a Metallica). Para los thrashers más clasicotes será un paso duro de dar, aunque merecedor de ser dado después de todo.

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