La Sala Rock City acogía hace unos días un concierto con protagonismo exclusivo de material de la tierra. Tres bandas jóvenes y tres propuestas diferentes, pero un punto en común: la férrea voluntad de dar cera sin pulir ni nada.
Servus
Los primeros en asomarse al escenario fueron los locales Servus. Pude ver aproximadamente la mitad de su set. Suficiente para llevarme una grata sorpresa. Jaleados por un público de confianza, y sabiendo que tenían una buena oportunidad, se marcaron un bolazo. Seguro que si preguntáis al público, o a cualquiera de los miembros de los demás grupos os dirán algo parecido. Su groove tocado de thrash sonó tremendamente compacto y potente. Habrá que seguirles la pista.
Childrain
Tras el habitual cambio en el escenario, comparecieron los vitorianos Childrain. Tenía ganas de verles en directo, ya que las referencias que tenía eran muy buenas, y porque su último trabajo, Matheria, me gustó bastante. Y lo cierto es que no defraudaron. Demostraron que la experiencia y los kilómetros que arrastran les han servido para armar un show potente, dinámico y muy profesional. Intentaron por todos los medios que la gente se involucrara y terminara de redondear el concierto, pero parece que a la gente le cuesta un poco. Luego comentaré más sobre esto.
Desde el primer momento pusieron toda la carne en el asador y, sobretodo su vocalista Iñigo no ahorró ni molinetes ni saltos, llevando con su presencia y su movilidad en el frente gran parte del peso de la actuación. Sus compañeros supieron acompañarle en momentos precisos y contribuyendo a que se mantuviera la constante la intensidad. Mención especial merece el solo de batería de Mikel, feroz a la vez que técnico y que dio paso al tramo final del setlist. Comenzaron con varios temas de su disco anterior, A fairy tale for the dissent, para dar continuar dando un extenso repaso a Matheria. Fue en esta parte donde más protagonismo tuvieron los coros. Por poner un pero, quizá los temas elegidos para despedirse no fueran para mi los más acertados. Quizá esperaba un último motivo para menear la cabeza, y tanto ‘Awakening’ como ‘Matheria act. II’ son más pausadas. En todo caso, el resultado fue muy satisfactorio.
Bellako
La guinda de la noche la pusieron Bellako. Hacía solo unos meses que los había visto acompañando a sus paisanos Crisix. Y si entonces me sorprendieron, esa noche terminaron de convencerme. Y eso que el hardcore no es lo mío. Pero cuando un grupo se dedica a dar caña con esa convicción y esa intensidad, poco más queda que quitarse el sombrero.
Los de Mataró venían este vez presentando oficialmente su nuevo disco, Extinction (analizado aquí), y fue ‘El nieto’ la encargada de abrir el despliegue. Todavía recomponiendo articulaciones, asistimos a un extenso repaso tanto a su último disco como a su anterior EP, Infection. Al contrario que con Childrain, el grupo logró una conexión más intensa con el público, consiguiendo formar varios pogos, e incluso un wall of death. Encima del escenario, sus integrantes se movían y saltaban como pulgas en una barbacoa, y Rober desplegaba su característico abanico de gestos, poses, caras y movimientos. Esta vez usaron menos parafernalia (solo el canuto gigante asomó brevemente), pero no les hizo falta para meterse al público en el bolsillo. Su puesta en escena es garantía de espectáculo y si alguien no lo ve claro, lo mejor es que vaya a verles en sus siguientes fechas.
Sobre el público lo primero que me gustaría decir es que me sorprendió gratamente encontrar más de 70 personas en la sala. Con los tiempos que corren, el historial de esta ciudad, y la concurrencia de varios bolos más, es una cifra bastante aceptable. Por otro lado, no deja de sorprenderme la distancia que siempre hay entre el escenario y la gran masa de gente. Solo los más acérrimos suelen vagar por lo que podría llamarse primera fila, mientras que el resto contempla desde un distancia prudente. Esto no es una crítica. Cada uno disfruta el bolo a su manera. Pero un poco más de calor en el frente estaría bien.
En definitiva, un concierto muy disfrutable con tres bandas nacionales muy a seguir en sus respectivos géneros.