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El otro lado del metal (LXIV): Micky Vega «Pensar demasiado en destacar puede acabar afectando a la calidad»

Nombre: Micky Vega
Profesión actual: Guitarrista, periodista musical
Grupos relacionados: InMune, Tao, Arborea, Sargon, 4 Monkeys
Puesto dentro del grupo: Guitarra, Voz
Enlaces relacionados: Facebook InMune | Facebook TAO

Cuéntanos quién eres, y cuál es la faceta por la que te conocemos en el mundillo.

Pues en este momento, soy guitarrista de InMune, el grupo liderado por Morti, y recientemente hemos sacado nuestro segundo disco, ‘Universal’. Además, soy cantante y guitarrista de Tao, mi propio grupo, con el que estoy desde 2012 aproximadamente. Anteriormente, he estado en otras formaciones como Arborea, Sargon o 4 Monkeys.

¿Cuánto tiempo llevas tocando?, ¿y en tu grupo?

Llevo tocando desde que tengo unos 11 años aproximadamente, al principio en mi casa, aunque ya había tenido algún episodio de tratar de tocar con algún amigo. Cuando tuve 15 años, formamos un grupo con unos amigos del instituto y tocábamos sorprendentemente mal, peor que la media. Al menos, destacábamos por algo. Aún tengo alguna cinta de casette de aquella época ya que, en un ejercicio de exhibicionismo suicida, encima nos grabábamos.

«Seguro que un porcentaje altísimo de los que escuchamos este tipo de música tiene o ha tenido un grupo, o ha intentado tocar un instrumento. Es muy difícil sentir tanta pasión por algo y que no le venga a uno el impulso de participar»

¿Cómo describirías el proceso de pasar de ser un fan a subirse al escenario?

No se si se deja de ser un fan en algún momento. Creo que en el mundillo del rock y del metal es bastante habitual que esa línea esté muy desdibujada: seguro que un porcentaje altísimo de los que escuchamos este tipo de música tiene o ha tenido un grupo, o ha intentado tocar un instrumento. Es muy difícil sentir tanta pasión por algo y que no le venga a uno el impulso de participar. Además, es un poco adictivo. Me viene a la mente una frase de un buen amigo mío tras su primer concierto: “Estaba tan nervioso que lo he pasado horrible… sin embargo, estoy impaciente por repetirlo”.

¿Tuviste algún tipo de formación musical o eres totalmente autodidacta?

Tuve formación, empecé cuando tenía unos 11 o 12 a aprender guitarra clásica con una profesora excelente, aunque después me pasé a la guitarra eléctrica porque me gustaba el heavy metal, así que estaba impaciente por tocar con distorsión. Así que entré en una academia donde me enseñaron teoría e instrumento y donde había unos profesores magníficos, aún conservo el contacto con algunos. En aquél momento, en que era un adolescente, quizás no era consciente el valor de todo aquello como lo soy ahora. Además, creo que era el momento idóneo para estudiar, ya que en la vida adulta es mucho más difícil dedicar tiempo a estudios de este tipo.

España siempre parece un lugar improbable para lograr el éxito con el rock/metal. ¿Qué opinas de esta tendencia?

No me suelo lamentar mucho por ello, de hecho no lo pienso muy a menudo. Seguramente tenemos las cosas más difíciles que en EEUU o Finlandia (o quizás no), pero creo que todo el mundo tiene derecho a hacer la música con la que se sienta a gusto. Si luego, comercialmente hablando, resulta que no es la pieza que encaja en este país, imagino que las cosas se vuelven más difíciles, pero creo que en España tenemos músicos muy tenaces, que creen en lo hacen. Y es lo que lo compensa.

«Seguramente tenemos las cosas más difíciles que en EEUU o Finlandia (o quizás no), pero creo que todo el mundo tiene derecho a hacer la música con la que se sienta a gusto»

¿Cómo destacar frente a las demás bandas?

De adolescente me preocupaba mucho, pero ahora únicamente me preocupo de que los discos que hago me gusten. No porque crea que no es importante destacar, imagino que lo es, pero creo que pensar demasiado en ello puede acabar afectando a la calidad. Hace poco tuve la oportunidad de hablar con el productor Paco Loco, que está más especializado en indie, pero dijo algo que me hizo pensar: opinaba que los grupos que sacan su primer disco están en un estado creativo mucho más libre, y que por eso le gusta más trabajar con ellos. Los que llevan varios discos están preocupados por gustar, por no bajar el listón y por el qué dirán, y que eso les distorsiona el trabajo creativo. Me gustó mucho este punto de vista, y creo que puede tener razón. Al final, la música es por lo que estamos haciendo todo lo demás. Ya habrá tiempo de pensar en la publicidad.

¿A qué te dedicas en la vida real para llegar a fin de mes?

Pues afortunadamente, a la guitarra: durante más o menos los últimos 10 años me he dedicado a ser guitarrista en grupos de versiones para ayuntamientos o para eventos de todo tipo y a dar clases de instrumento en centros para jóvenes. Ahora soy editor en un medio especializado: Guitarristas. En ese puesto, se me paga por estar siempre en contacto con la actualidad de la guitarra, probar los equipos más nuevos y conocer gente interesante. En otras palabras, ¡es un trabajo ideal! Iba para psicólogo, incluso soy licenciado, pero tuve más suerte en esta otra rama laboral, de modo que una vez me percaté de que podía vivir de ella, la acepté. Por otra parte, mi primer sueldo diría que fue en pesetas, trabajando como monitor juvenil en un colegio. Con el dinero, me compré mi primer ampli, que ahora está que da pena, el pobre.

¿Te genera más gastos o ingresos tu participación en la banda?

Todos los que tenemos un grupo sabemos que hay la época de sembrar y la de recoger. La de sembrar es cuando haces disco, promo, videoclip, y otras cosas que cuestan dinero. Pero cuando lo tienes todo hecho, viene el beneficio, que no siempre tiene por qué ser económico. El económico tiene su importancia, ya que sirve para recuperarte, pero también está el crecimiento artístico y la experiencia ganada. No lo digo en tono romántico, me estoy refiriendo a ello como un bien mucho más palpable de lo que parece, ya que, según mi manera de verlo, conforma tu carrera y tu trayectoria, sea pequeña o grande. Todos los grupos que están esforzándose ahora por hacer algo memorable dejarán su huella, y eso es valiosísimo.

«Cuando alguien hace un concierto y te deja con la boca abierta, no te importa en absoluto saber cuánto ha recaudado esa noche: se ha ganado tu admiración»

¿Dónde está la frontera entre un hobby caro y una profesión con la que ganarse el pan?

La verdad es que no me parecen categorías fronterizas. Hay un sector intermedio muy claro: hay muchos grupos que no pueden vivir sólo con sus discos de temas propios, pero tienen una propuesta artística tan buena que llamarla hobby es degradarla. El hecho de que el estilo musical que nos gusta no genere el total de dinero suficiente para abastecer a todos los grupos del país me parece un hecho secundario. Por ello, diría que lo que diferencia las propuestas serias de las menos rigurosas es su capacidad para fascinar con su calidad. Cuando alguien hace un concierto y te deja con la boca abierta, no te importa en absoluto saber cuánto ha recaudado esa noche: se ha ganado tu admiración.

¿Consideras a corto, medio o largo plazo la posibilidad de poder vivir de la música?

La verdad es que soy feliz pudiendo vivir de hacer cosas que tienen relación con la guitarra y el hecho de tocar pero, refiriéndonos exclusivamente a la venta de discos de temas propios, el panorama no apunta a eso por ahora. Sin embargo, los músicos dependemos de las infraestructuras y las plataformas de promoción y venta, que durante los últimos años han cambiado mucho. Es previsible que haya muchos más cambios en el modelo de negocio en los años venideros, por lo que podría ser que algunos grupos encontrasen su forma de sobrevivir amparados en ellos.

¿Qué tendría que cambiar para que eso fuera posible?

La música funciona gracias a la intercomunicación entre diversos tipos de empresa (el artista, el estudio, el management, el promotor, los publicistas, los distribuidores físicos/digitales) y no todos se encuentran en el mismo punto en lo que a modernización se refiere (empezando por los propios artistas). Se me ocurre que quizás algún día nos demos cuenta de que hemos estado demasiado tiempo agarrados a un modelo obsoleto, y cambie el sistema con el que se organiza todo. Pero creo que es algo que podría explicar mucho mejor alguien versado en el marketing, la verdad es que desde mi punto de vista todo me parece confuso y difícil de prever.

«Puesto que he tenido que trabajar como guitarrista de versiones, donde el entretenimiento del público es lo más importante, diría que he aprendido a disfrutar del hecho de hacer disfrutar. Como cuando haces el plato preferido de alguien para que se lo coma y diga “qué bueno está esto”. Eso mola.»

¿Qué has aprendido hasta ahora del negocio como músico?

Quizás el aprendizaje que me llevo es que, como en todos los trabajos, entregar algo bien hecho es lo que te hace estar orgulloso. En la música cada cual tiene su opinión y sus gustos, pero la mayoría de la gente se da cuenta cuando algo ha costado esfuerzo y dedicación. Otra de las cosas que he aprendido es a diferenciar cuándo toco para mí mismo y cuándo para los demás. Puesto que he tenido que trabajar como guitarrista de versiones, donde el entretenimiento del público es lo más importante, diría que he aprendido a disfrutar del hecho de hacer disfrutar. Como cuando haces el plato preferido de alguien para que se lo coma y diga “qué bueno está esto”. Eso mola.

¿Qué porcentaje de las experiencias personales se transportan a la partitura?

Yo diría que son inseparables. Mientras tocas, sigues pensando y sintiendo, incluso puede que seas más vulnerable en ese momento. Por eso la confianza en tus compañeros, en tu música, y en tu propuesta son clave. Yo creo que se transmite muchísimo sobre el escenario.

Un deseo para el futuro…

Que cada uno encuentre su sitio en la música que le haga ser feliz.

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